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Monument Valley y Valley of the Gods, tierra de gigantes

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Los Ángeles, Death Valley, el Gran Cañón, Zion, Bryce. La lista de mis deseos viajeros cumplidos iba tomando grosor mientras viajábamos por este rincón del inmenso país que compone Estados Unidos. Tocaba el turno de ir a otro de los lugares con nombre en mayúsculas marcado en nuestro mapa y en el mapa de la mayoría de los viajeros, estamos hablando del Monument Valley. 

Para ello volvimos desde Kanab pasando otra vez por Page para ir dirección oeste, nunca está demás ver los paisajes que se ven en este trayecto desde el parabrisas del coche, un constante deleite para lo ojos. Monument Valley se encuentra prácticamente en la frontera entre Utah y Arizona, en la zona del Four Cornes, una región con mucha tradición indígena. Fueron algunas horas conduciendo por carreteras aburridas una vez entrados en el territorio indio navajo que existe por aquí, un territorio más plano y sin mucho que ofrecer. La cosa es que estábamos un poco malacostumbrados después de haber conducido por paisajes tan alucinantes. 

A ambos lados de la carretera se encuentran los indígenas navajos con sus típicos puestos donde venden souvenirs creados por ellos mismos. Suelen ser colgantes, pulseras, pendientes creados con bonitas piedras extraídas de su territorio. Algunos sin embargo crean obras de arte como pinturas, artefactos y armas artesanales que siempre han utilizado ellos como los machetes o los arcos con flechas decorados de una forma tradicional. Sus puestos siempre se distinguen por su bandera roja-blanca-azul que tanto me recuerda a la holandesa, no puedo decir con certeza que representa dicha bandera, Mr. Google no me ha podido ayudar. 





Son gente que vive junto a la civilización blanca pero que sin embargo se intenta mantener un poco al margen. Promueven sus propias reglas y derechos legales que disfrutan de algunas facilidades por ser la verdadera civilización americana, es como una especie de civilización que quiere conservar sus costumbres como siempre lo ha hecho sin dejar que los blancos influyan demasiado. No obstante, el alcohol, el juego de azar y otros malos hábitos que vienen de la raza blanca es común entre ellos y hace estragos en su sociedad.




Monument Valley se encuentra también en territorio navajo pero esta vez no tan aburrido como la parte que hicimos horas atrás, esta vez estamos hablando de un paisaje único de película, un paraíso para todo fotógrafo. Jugar con la sombras, los tonos rojos y ese azul tan puro en el cielo, solo hay que esperar al atardecer o madrugar para tener una luz que hará deleite de tus fotos




Vista famosa que se puede tener desde el centro de visitantes
Monument Valley es uno de esos lugares que te dejan con la boca abierta. Ya acercándote al lugar donde se concentran estas formaciones rocosas se divisa a la lejanía estas rocas gigantescas que rompen el plano horizonte. Como Antelope Canyon es tierra regentada y conservada por navajos los cuales han creado una especie de paraje tribal el cual protegen de esta forma desde 1964. Para entrar tuvimos que cruzar una barrera donde te cobra la entrada de 20 dólares por vehículo. Dentro hay un centro de visitantes y un museo. La visita trata más que nada en conducir 17 millas (unos 27 km) entre estas formaciones rocosas que parecen que lo han puesto de decorado para una película. Por cierto, por aquí se han grabado escenas para películas como Regreso al futuro II,Forrest Gump, 2001 Odisea en el espacio entre otras múltiples largometrajes del estilo western.



El trayecto del "Valley Ride" es todo por un camino de tierra que bien podría estar mejor cuidado para lo que se paga y que te deja el coche cubierto por una capa roja si no algo peor, si vas con cuidado y sin prisa se puede hacer con un coche normal, simplemente hay que tener cuidado. Pero toda penuria merece la pena cuando conduces por este paisaje sacado de otro planeta. Durante la ruta hay varios miradores y puedes parar donde  mejor te venga en gana. Había bastante gente pero todavía había sitio en los que estábamos solos, se podía estar a gusto a estas alturas de la temporada. 



Cada roca tiene su nombre y descripción en un folleto que te dan, simplemente  buscan a lo que se pueda parecer, pura imaginación, el caso es que suelen acertar. Nosotros lo disfrutamos a nuestro ritmo, parando prácticamente en cada lugar que podíamos hasta el atardecer. En uno de estos miradores conocido como John Ford's Point te dan la oportunidad de hacerte la foto igual que Ford como en la película, o sea, subido a un caballo que tienen por allí y yendo a la misma roca donde se tomó la escena. Una turistada que tiene su punto de gracia y que cuesta 5 dólares.





Para dormir nos fuimos al norte, entrando de nuevo al estado de Utah, donde leímos que se encuentra otro lugar muy similar a Monument Valley, con la diferencia de que este es totalmente gratuito y nada turístico, es más, se permite hacer acampada libre gratuita, perfecto para nosotros que iríamos a pasar la noche allí. Era ya oscuro cuando llegamos y pasamos antes por Mexican Hat, una pequeña localidad conocida por una formación rocosa con forma de sombrero mejicano.


El sombrero mejicano que da nombre al poblado
El lugar en el que dormimos esa noche fue uno de los mejores en los que habíamos estado hasta el momento, como de costumbre bajo un mar de estrellas y rodeados de formaciones rocosas imposibles. Nos guardamos la visita para la mañana siguiente en la que haríamos las 17 millas de camino de tierra  que dura el recorrido en coche. Estábamos totalmente solos allí.


Nuestro hotel para la noche



El Valle de los Dioses es una zona que cae bajo tierra perteneciente a BLM, de ahí que se pueda acampar gratuitamente. A diferencia de Monument Valley que pertenece a los navajos, aquí si se puede hacer senderismo y backcountry (una ruta de varios días) sin restricciones, una joya escondida del turismo que se va haciendo cada vez más popular. Nos limitamos a hacer el scenic drive por este conjunto de rocas de inmensas dimensiones, todo es camino de tierra pero sorprendentemente en mejores condiciones que el Monument Valley que es de pago, también de 27 km pero no en lazo, el camino te deja en otra carretera diferente. 




Valle de los Dioses

Si ha hecho mal tiempo en los últimos días no se recomienda ir en automóviles de tracción de sólo dos ruedas, para ello se requiere un 4x4 ya que puede haber demasiado barro o riadas cortando el camino, como en muchos de los tantos caminos de tierra que tiene Estados Unidos. Es por eso que se ven tantas rancheras por aquí. Cruzando la frontera cerca de aquí y según el sitio de México seminuevos.com las personas cada vez compran  más vehículos 4x4, ideales para quienes quieren empezar con este tipo de aventuras. Algo muy diferente en nuestro países europeos.

Teniendo nuestro coche normal y corriente nos impidió ir a sitios que queríamos visitar de difícil acceso como por ejemplo a Grand Staircase-Escalante National Park. Tampoco existe ningún tipo de servicio, la cosa está entre tú y la naturaleza salvaje.

Como nota curiosa, aquí se han grabado escenas de algunos episodios de la serie Doctor Who y alguna que otra película.


Uno se pregunta como se puede mantener algo así en pie
En medio de el Valle de los Dioses
Tras hacer los 27 km que tiene de largo la carretera salimos hacia una carretera general que yendo hacia el norte te lleva hacia las alturas desde donde se tienen una vistas preciosas de todo el Valle de los Dioses, es una carretera de tierra y muy muy empinada que se tiene que hacer a 20-30 por hora pero merece mucho la pena.



El Valle de los Dioses desde las alturas
Salimos de allí y seguimos nuestra ruta hacia el este pasando por la histórica localidad de Bluff, una pequeña localidad de unos 300 habitantes situada al sur de Utah que dispone de servicios básicos (no hay mucho más por aquí) y que destaca por su Bluff Fort. Un lugar donde conservan edificios y hogares indígenas en una clase de museo al aire libre gratuito. 



Montañas de San Juan del estado de Colorado
Explica la curiosa historia de un grupo de 230 mormones que vinieron desde el centro del estado de Utah en 1880 en la llamada expedición de San Juan con la intención de crear una comunidad de agricultores en tierras del sureste de estado. Lo hicieron a través de una ruta llamada Hole in the Rock tras descartar otras dos rutas mucho más largas. El problema de la ruta que eligieron fue que unos grandes acantilados de roca impedían el descenso alCañón de Glenn. Encontraron una grieta en la roca del acantilado por la que podrían para descender hasta el lago que llamaron "the hole in the rock -el agujero en la piedra-", para ensanchar la grieta estuvieron meses trabajando para que pudieran pasar, llevaban consigo un ganado que llegaba hasta 1000 animales. Al pasar por la actual Bluff decidieron asentarse en la región.  Es una ruta que han utilizado desde entonces para el suministro de bienes conectando estos dos puntos de Utah. Hoy en día esta ruta llamada Hole in the rock Trail se puede hacer y en ella se pueden ver aún los restos del trabajo que hicieron, sobre todo donde se abrieron camino en el acantilado


Carro típico en Bluff Fort
Bluff fue una buena parada entre nuestros objetivos del día, el siguiente sería ir hasta el único punto en Estados Unidos donde se cruzan cuatro estados. Algo así tan especial geográficamente hablando no me lo podía perder estando tan cerca, estas rarezas son una de las cosas que más me gustan visitar cuando viaje y esta no iba a ser menos. 

Lo llaman Four Corners -las cuatro esquinas-, de ahí que a esta zona la llamen así mismo. Se relaciona a los nativos americanos porque toda esta zona está mayormente anclada en territorio indígena. Muchos lugares de interés turístico como estos están bajo poder indígena con lo cual significa tener que soltar billete para ver algo. La entrada para ver los Four Corners fue de 5 dólares por persona. Los cuatro estados que se cruzan en este lugar son Utah, Arizona, Nueva Mexico y Colorado. Han montado un "chiringuito" con banderas y muchos puestos de souvenirs de los navajo. Hacerse una foto tocando los cuatro estados era el objetivo de todos aquí con lo que si te encuentras con mucha gente la espera puede llegar a ser bastante desesperante. No es solo lo geográfico lo que une a estos cuatro estados, también lo hace la Meseta del Colorado y la tradición nativo americana



Meseta del Colorado




Nuestras andanzas de idas y venidas entre la frontera de Utah y Arizona terminaban aquí. Aprovechamos estando en los cuatro estados para decir hasta nunca a Arizona , hasta pronto a Utah y hola k ase a Nuevo Mexico por donde entraríamos y pasaríamos nuestros siguientes días de esta emocionante aventura por los Estados Unidos.

Pos anterior del viaje: Las mil y una columnas de hadas de Bryce National Park
Siguiente post del viaje: La cultura chaco bajo una tormenta sahariana en Nuevo México


La cultura chaco bajo una tormenta sahariana en Nuevo México

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Y venga ir hacía el este, a este paso íbamos a llegar hasta Florida. Estados Unidos es tan ancho que por muchas horas que conduzcas apenas has cruzado dos o tres estados, sobre todos en los estados gigantes que hacen frontera con México. Nuevo México sería el estado más al este al que llegaríamos en este roadtrip.

Habían varios lugares que queríamos ver especialmente. Chaco, Albuquerque, Santa Fe y Taos y otros que tuvimos que descartar por falta de tiempo, había que ir ya mirando hacia el oeste para que no nos pillara el toro. Dos meses dan para mucho pero no para tanto, todo es relativo, aún no corriendo demasiado ya notábamos que quizás estábamos siendo un poco avariciosos con la ruta y los kilómetros empezaban a pesar.

Desde el Four Cornes condujimos hacia la frontera entre Arizona y Nuevo México. Un cartel de bienvenida destartalado y lleno de garabatos con los afamados chili rojo y verde del estado nos daba la bienvenida, decía mucho ya de lo que nos esperaba, un estado algo más dejado de lo que habíamos visto hasta ahora. No por ello menos excitante, teníamos mucha ilusión de ver un estado poco visitado, un estado que suele quedarse fuera de la mayoría  de circuitos. Lejos de la ruta turística del oeste y todavía muy lejos del este, anclado junto a México con el que comparte muchas similitudes que iríamos descubriendo poquito a poco.


Necesitábamos una ciudad para repostar, hacía mucho que no estábamos en una ciudad o pueblo semi en condiciones para ir a un supermercado barato o tomarnos un café tranquilamente en un Starbucks o McDonalds, en territorio navajo no hay nada de eso y en cierta medida me alegra, no todo EEUU está infectado por estas cadenas de restaurantes basura que tanto nos gustan, no está mal para desintoxicarse. Esa ciudad fea, árida como ella misma fue Shiprock, una ciudad con carencia de felicidad, como si la gente aquí estuviera de transito, para ganar dinero e irse cuanto antes. Así nos contaba uno de los camareros en McDonalds, un hombre de avanzada edad con el que hablamos mientras limpiaba el suelo lleno de "papas". Echaba de menos su ciudad, Flagstaff, echaba de menos las montañas verdes, el aire limpio, harto del calor, de la sequía (que dura ya varios años), de la lejanía de todo. 

No quería seguir en Shiprock mucho tiempo pero el trabajo le daba de comer a él y a su familia. "De aquí se quiere ir todo el mundo", nos decía. Según yo tiene raíces indígenas, es algo que se nota en la cara, un nosequé. Tras un rato, mientras "interneteabamos" con nuestra cocacola, vino con un paquete de patatas que nos regaló. Nos envidiaba por lo que hacíamos, él también quisiera estar ahí fuera descubriendo al menos Estados Unidos. Es una de esas conversaciones que hacen que te des cuenta de la suerte que corremos al poder hacer algo así, ser libres y hacer lo que tú quieras y no lo que las obligaciones te hagan hacer.

No tardamos mucho en despedirnos de nuestro nuevo amigo, darle ánimos y salir hacia delante. Miramos una vez más en freecampsites.net para buscar un lugar en el que pasar la noche. Aún quedaban horas de conducir así que sin perder más tiempo pusimos rumbo hacia Farmington, la versión más grande de Shiprock. No nos habíamos esperado una ciudad tan grande por aquí, si lo hubiéramos sabido antes quizás hubiéramos hecho la parada en este lugar, lo tienen todo.

Es una ciudad donde se desvían highways principales, nosotros iríamos hacia la que va hacia el sureste para acércanos lo más posible a nuestro primer objetivo de Nuevo México, el Chaco Cultural National Historic Park, patrimonio mundial de la UNESCO.

La noche se acercaba y llegamos a nuestro "camping" gratuito. Uno de los mejores en los que habíamos estado...jamás (creo que ya dije algo así en la entrada anterior con Valley of the Gods). Sin esperar ver nada por aquí nos encontramos con que estábamos ante uno de los cañones que habíamos visto hasta ahora en este viaje, y eso que ya habíamos visto muchos de ellos, un paisaje de badlands creado hace millones de años por formaciones nacimientos que nos hacían pensar en el mismísimo Death Valley. Supongo que siempre cuando no te lo esperas, te gusta el doble.

Los badlands de Angel Peak

La idea de saber que íbamos a dormir ahí gratuitamente nos parecía increíble, una vez más, y como pasa con Valley of the Gods, es un área de recreación pública de BLM (Bureau of land Management) que te permite poner la tienda de campaña donde te plazca, No solo eso, en Angel Peak Scenic Area, (el nombre de este lugar) dispone de parcelas con retretes, barbacoas y bancos con mesas de madera, la mayoría de los sitios estaban ocupados por caravanas. Es un camino de tierra sin salida que muere tras unos cuantos kilómetros donde está el campground. Tras poner nuestra tienda de campaña al filo del cañón y relajarnos leyendo, el sol nos regaló uno de los mayores espectáculos naturales que pueden existir. Un cielo color fuego se despedía hasta el día siguiente.



Para llegar hasta Chaco teníamos que conducir una hora y pico. Es un lugar no muy accesible ya que para llegar no tiene que haber hecho muy mal tiempo los días anteriores, estamos hablando de muchos kilómetros en camino de tierra en tristes condiciones con una parte donde puede haber un arroyo al final que corta el camino, y eso que fuimos por su mejor carretera, otras directamente necesitas un buen 4x4. ¡Y eso que estamos hablando de un patrimonio del la UNESCO!

Saliendo temprano, despacito y con buena letra llegamos a Chaco, donde la carretera está asfaltada. Una vez más con un cielo azul nítido, supongo que es lo normal de aquí viendo el paisaje que se ve, como diríamos en Málaga, "más seco que las mojamas". Problemas de lluvia en este viaje se puede decir que estábamos teniendo 0.


Entrando en territorio chaco

Llegamos antes de que incluso abriera el centro de visitantes y aprovechamos para desayunar nuestra avena. Un centro de visitantes muy bueno, con mucha información, mapas y una película para ver. Los llamados chaco son una civilización indígena que vivía al borde del Cañón de Chaco, una cultura única y excepcional por estas tierras del lejano oeste. Una zona donde muchas de sus construcciones se mantienen en pie y que cuidan y conservan con mucho mimo. Ver el vídeo del centro de visitantes es imprescindible para saber a lo que vas, lo que se suponía que habían montado esta civilización primeriza por estas tierras áridas. La entrada es de 8 dólares pero con nuestro annual pass no tuvimos que pagar nada.


La cultura chaco habitaba estas tierras allá por los años 850 y desapareció del sitio por el 1250 tras una sequía que duraría unos 50 años, gente ancestral de los indígenas hopi y navajo. Fue una de las concentraciones de pueblos más densas de toda la región de las cuatro esquinas. Una cultura que ha dejado un patrimonio histórico importante y único en los EEUU que cuenta la historia de la gente originaria del país antes de que cualquier blanco explorador o colonizador les robara sus tierras. Los restos de los edificios que entonces construyeron alrededor del cañón se pueden visitar. Es como una ruta en coche de unos 14 kilómetros con paradas para hacer caminatas cortas entre las ruinas de unos 40 minutos cada una. Diferentes pueblos, algunos mejor conservados que otros, que con la ayuda de un folleto que hay al inicio de cada caminata te puedes informar e imaginar de como fue.


Productos indígenas en el centro de visitantes

El tiempo tan bueno que estaba haciendo llegó a su fin. De repente, una nube de arena y una ventolera muy fuerte levantó toda partícula que había sobre la superficie. A la lejanía veíamos como llegaba poco a poco esa nube de arena, por suerte ya estábamos a la vuelta de visitar las ruinas y los jeroglíficos de Una Vida pero aún así tuvimos que correr como si de nuestra vida se tratase, aquello no pintaba nada bien, no quisiera tener que utilizar la asistencia al viajero de assistcardNo fuimos los únicos que empezaron a correr para el coche. La temperatura parece que bajó de golpe como unos 10 grados, creo que podríamos estar escasamente sobre los 0 grados. Nos quedamos en el coche hasta que pasara un poco lo peor de la tempestad.

jeroglíficos de Una Vida
¡Qué viene, qué viene! ¡A correr!


Hartos de esperar seguimos conduciendo hacia el siguiente punto aunque las bolas rodantes conocidas como estepicursores que se ven en las películas del oeste nos lo ponían muy difícil. Estaban por todos lados y se amontonaban en la carretera, golpeaban muy fuerte lateralmente nuestro coche alquilado y temíamos que se arañara. Aquellas bolas se podían contar por cientos, vete tú a saber de donde venían. Rodaban como balones de fútbol, nunca había visto algo parecido, solo en las películas del oeste en la típica imagen del sonido del viento con el estepicursor rodando por el desierto aunque en nuestro caso no era solo uno, ¡eran montones de ellos!.

Senderos bloqueados por los estepicursores


De los lugares a visitar en el recorrido de 14 km destacar Una Vida, Hungo Pavi, Pueblo Bonito, Chetro Ketl, Pueblo del Arroyo y Casa Rinconada. Cada uno de ellos con una historia y un paseo entre sus ruinas. Probablemente el que más impacta y el mejor conservado de todos los lugares es el Pueblo Bonito, uno de los mejores lugares conservados hoy en día donde muchos de sus muros, sus kivas (lugar de ceremonias y reuniones que disponía cada familia) entre otras construcciones aún siguen en pie. 

Kiva

Como se imagina que podría haber sido Pueblo bonito


Pueblo Bonito
Echamos todo el día allí visitando ruinas y aprendiendo sobre esta cultura ancestral antes de partir hacia el sur camino de Albuquerque. Nunca nos habíamos imaginado que aquí nos podía nevar, pero nevaba, posiblemente una de las pocas veces al año que ven nieve por aquí. Lo que empezó con una tormenta de arena sahariana se convirtió en una ventisca siberiana, ¡qué frío! Llegamos tarde a Albuquerque y lo primero que hicimos fue buscar un lugar en el que dormir, siempre una misión complicada en ciudades grandes como esta y algo menos seguro pero pudimos encontrar algo un poco a las afueras de la ciudad. Estábamos ansiosos de conocer la ciudad de Breaking Bad y todo su pasado mexicano que guarda detrás.



Tras las huellas de Walter White y Jesse Pinkman por Albuquerque

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Bajo una nevada inesperada en un estado inesperado llegábamos a Albuquerque, la ciudad más grande y poblada de Nuevo México cobijada bajo las montañas de Sandia. Una urbe de mucha cultura mexicana e indígena que sin embargo no es capital de estado como muchos pueden llegar a pensar. Ese titulo se lo lleva la ciudad Santa Fe, ciudad a la que iríamos a visitar más adelante. Pero no es solo la importancia de la ciudad, ni su cultura mexicana, ni sus huevos rancheros lo que nos llamaba para venir hasta aquí, veníamos atraídos por la exitosa serie de Breaking Bad, que se grabó mayormente en esta ciudad, una de las mejores series que he visto jamás. 

Todo lo que veía lo relacionaba a la serie, tanto sus paisajes desérticos, sus casas, calles e incluso las matrículas de los coches (muy molonas), cada detalle cuenta. Veníamos con la intención de visitar los puntos más reconocibles de la serie, los lugares que más aparecen en pantalla, lugares de los que digas - ¡Esto lo he visto en la serie!. Está claro que la serie ha dejado una huella muy grande en la ciudad y eso lo saben bien, se aprovechan de ello e intentan sacar tajada de una serie que terminó hace algunos años pero que aquí parece que viven en un continuo éxtasis de Breaking Bad. Y en cierta medida es ciertoahora mismo se está grabando otra serie en esta ciudad que me tiene enganchado donde salen algunos de los actores de la serie, Better call Saul, una serie que mantiene viva la llama de Breaking Bad impidiendo que esta quede en el olvido.

Buscando por internet me informé por blogs en inglés, vídeos en Youtube y comentarios online de gente que había realizado una especie de ruta Breaking Bad. Por suerte me topé con un mapa al que sacaría mucho jugo. En él estarían marcados cada uno de los puntos calientes de la serie, desde Pollos Hermanos hasta la lavandería donde se "cocinaba". Como en español no he encontrado nada parecido haré mi mapa particular, una miniguía para visitar los lugares que más identifican a la serie. Agarra tu GPS y empieza a conducir por sus calles, ¡vas a vivir una experiencia única!

Aparte de imaginarte que estás en un capitulo de Breaking Bad es una buena manera de conocer la divertida y loca ciudad de Albuquerque, que tiene mucho más que ofrecer. Es una buena excusa para conocer la cara oculta de Albuquerque, la menos turística (no es que tenga mucho de turístico de todas formas) y la más auténtica, conduciendo por barrios, restaurantes y lugares auténticos. A continuación os dejo el mapa con los puntos de interés y una pequeña explicación de nuestras experiencias con alguna escena de la serie. Es una ciudad grande así que te recomiendo darle al menos un día.




Mapa de lugares donde se grabó Breaking Bad:






Sede de Tuco Salamanca (Tuco´s Headquarters - Java´s Joe)



El mejor sitio para empezar  el día y el tour de Breaking Bad es yendo a la Sede de los traficantes de metanfetamina de Tuco Salamanca (Tío de Hector Salamanca, él de la silla de ruedas). No por otra cosa que por los tremendos desayunos que sirven, los verdaderos y tradicionales desayunos de Nuevo México: Huevos rancheros y café ilimitado (free refills). Al pedirlo te harán la pregunta más común del estado: 

¿Chili rojo o verde?

Una cosa teníamos clara cuando empezamos este día por Albuquerque, íbamos a gastar más que otros días, para vivir la experiencia Breaking Badíbamos a comer y beber en los lugares donde se grabó la serie y este era el mejor sitio para empezar. La fachada del edificio con tanto graffiti no parece un restaurante y resulta que es uno de los mejores de la ciudad, uno de los más famosos de Albuquerque, su nombre es Java's Joe.




La escena más famosa en este lugar es cuando Walter White (que trabajó brevemente para los Salamanca) toma valor para entrar a su nido y tira una bomba contra el suelo haciendo volar todo a su alrededor. Escena clave en la serie para su legado. (vídeo arriba)

Sede de Tuco

El Downtown de Albuquerque (Civic Plaza y Parking del coche bomba de Gus)


Con la barriga bien llena (y eso que compartimos un plato para dos) nos fuimos al centro (downtown) de Albuquerque, una maraña de calles y edificios lleno de oficinas donde la vida transcurre como en cualquier ciudad grande. Gente con café en mano yendo de camino al trabajo con prisas para llegar a tiempo.

Nuestro objetivo principal fue visitar su plaza central -civic plaza- no tan solo por ser escenario de Breaking Bad si no para conocer Albuquerque más en profundidad. Una amplia plaza con algunos vagabundos y yonquis, como en cada ciudad grande de USA. Una plaza rodeada de curiosas esculturas, nada de otro mundo pero para echar el rato no está mal. No es lo más destacado de la ciudad, lo mejor está en el centro antiguo donde está todo el meollo turístico de la ciudad, lo comprobaríamos más tarde..

Civic Plaza
Vídeo de una escena en la civic plaza:





Una de las esculturas en la Civic Plaza
Cerca de la plaza te encuentras con el parking donde Walter pone una bomba en el coche de Gus, un parking que sale en diferentes ocasiones en la serie. Cuando me encontré con el lugar enseguida me vinieron a la mente escenas de Breaking Bad,¡es tan reconocible! A continuación os dejo con una escena para refrescaros la mente y una foto sacada por mí.


El famoso parking de Breaking Bad



Edificio del tren abandonado


Una visita fácil es el edificio abandonado de las vías del tren que se reconoce por sus ventanas verdes las cuales han inspirado al aspecto verdoso de la serie. Aquí se han hecho algunas fotos de portada para la serie y se han grabado escenas en las que sale Jesse  Pinkman ayudando a Mike.




Casa de Walter White y Skyler


Un sitio imperdible en esta ruta es la casa del protagonista. Uno de los lugares que más salen en la serie por no decir el que más. Llegando a este barrio residencial de Albuquerque verás como todas sus casas son parecidas, el estilo está bien definido en esta ciudad así que no te será tan fácil identificarla. Al pasar por su casa, aparcamos cerca y al acercarnos vimos una pareja mayor sentada tranquilamente en la puerta del garaje. En esta casa vive gente y no son Walter y Skyler precisamente. 

Nos pareció un poco incortés hacer fotos con ellos allí presentes así que no dudamos en preguntar. Nos comentaron que es algo con lo que conviven casi a diario y que empieza a ser molesto. Cada día pasa gente (y tours completos) por allí con el mismo cometido: ver la casa de Walter White. Nos contaron que un día, los productores de la serie tocaron en su puerta y preguntaron si podían utilizarla para grabar su serie. Tuvo que ser una propuesta jugosa porque aceptaron, no hay nada que unos buenos dólares no lo arreglen, supongo que habrán ganado mucha pasta con ello. Nos hicimos unas fotos y nos fuimos de allí para dejarles tranquilos. No me imagino vivir en un sitio donde vengan turistas todos los días, ¿dónde queda tu privacidad?

Casa de Walter White y Skyler

Palomita Park


Cerca de esta casa se encuentra el parque Palomita Park, lugar donde Mike lleva a su nieta a jugar al parque mientras este espera sentado en el parque reflexionando sobres sus problemas.

Actuando de Mike en La Palomita Park


Oficinas de Saul Goodman


Uno de los protagonistas con más carisma de toda la serie es Saul. Tanta que le ha llevado a sacar su propia secuela de la serie, Better Call Saul. Sus oficinas se encuentran muy cerca de la casa de Walter White y actualmente sirve como bar de copas. Eso sí, la cristalera y la puerta la han mantenido tal y como se utilizó para la serie."Saul Goodman, attorney at law".

Aprovechamos para bebernos una cerveza dentro de este bar. Dentro de él no se reconoce nada en especial y la camarera, irónicamente, no sabía mucho de la serie así que no nos pudo contar nada de lo que salió en la serie de su interior. La carta de las bebidas está ambientada en la serie y sus paredes están llenas de televisores con distintos deportes. ¡Vaya sensación especial beberte una cerveza en las oficinas de Saul!

Entrada al bar 
Carta de bebidas en las oficinas de Saul

Carwash



Unas manzanas al sur de la oficina de Saul se encuentra el carwash donde Walter White y Skyler lavaban el dinero sucio ganado con el tráfico de la metanfetamina. Aquí se grabó una de las escenas que más me gustan de la serie: 

Fuck you and your eyebrowns! 





Como en la serie, el sitio funciona como un auténtico carwash que en este caso es llamado Mister Carwash. Dentro de sus oficinas reconocerás el lugar donde Skyler trabajaba. Las paredes están decoradas con posters de la serie e incluso disponen de una pequeña tienda de souvenirs de la serie (no compres aquí como nosotros, es más caro que el old town). ¡Lo mejor de todo es que tienen palomitas de maíz gratis!


Interior del carwash

Pollos Hermanos (Twisters)



Conduciendo por un buen rato, en todo el sur de Albuquerque (South Valley) llegamos a uno de los lugares que más ganas tenía de todos:

Los Pollos Hermanos.

Este restaurante típico americano que tanto identifica a la serie es el que servía de "tapadera" para los negocios oscuros de Gus Fring. Un lugar al que solía acudir Walter White. En la realidad no se llama Pollos Hermanos sino que se llama Twisters, una cadena de comida mexicana, buenísima  por cierto. 

Pollos Hermanos
Nuestra comida. cuando tiene crema de yoghurt ya sabes lo que va a ocurrir
La cosa es que al entrar al restaurante, su interior, es totalmente igual que cuando se grabó la serie, incluso mantienen los reconocibles logos de Pollos Hermanos y te indican con un cartel la mesa donde asentaba el trasero de Walter White. Cuando llegamos su sitio estaba libre así que aprovechamos para comer allí. Lo malo es que puede ser que cuando estás comiendo venga gente que quiera hacer fotos. No fue nuestro caso aunque algunos nos echaban con su mirada y se frustraban por no estar en "el sitio". Había hambre a pesar de las palomitas del carwash así que aprovechamos para comer allí, bueno, bonito y barato. Otro platazo de comida mexicana picante picante, esta vez con chili verde para variar.
Al final tuvimos a la camarera haciéndonos fotos con el logotipo y el lugar de Walter.


Lugar donde se sentaba Walter White
¿Anda Gus por ahí dentro?


Lavandería de Gus donde se "cocinaba"


Había otros sitios a los que podíamos ir a ver pero el tiempo se nos echaba encima. Tanto comer y tantas vueltas provocaron que nos tuviéramos que echar una pequeña siesta en el coche antes de salir hacia la siguiente parada: La lavandería.

Es un lugar donde tienen un negocio real con lo que no te puedes pasear por la lavandería a tus anchas. Las fotos las tuvimos que hacer de extranjis a través de un portón.


Lavanderia donde se cocinaba el cristal

Casa de Jesse Pinkman


La casa del segundo protagonista de la serie, Jesse Pinkman (ganador de un premio Emmy por su actuación en esta serie). Esta vez no parecía que hubiera nadie por allí así que aprovechamos para hacernos las fotos de rigor. No es una casa tan reconocible como la de Walter White pero es otro lugar clave en la serie. Una mansión en una urbanización lejos de la casa de Walter y muy cerca de Dog House Drive In, un restaurante de comida rápida que sale en algún capitulo de la serie. Restaurante donde aparcas y te atiende una camarera en el coche, un sistema que hacen varias cadenas de comida rápida en Nuevo México.


Lugares como la casa de Hank, la casa de Gus y otros lugares que salieron en escena están también marcados en el mapa, sin embargo, no los fuimos a ver por falta de tiempo. Nuestras ganas de conocer las lugares donde se grabó de Breaking Bad estaban completas. Una experiencia muy especial que todo fan de Breaking Bad debería de hacer si anda cerca de Albuquerque.

Ciudad vieja de Albuquerque


Toda visita a Albuquerque es incompleta si no se visita su centro histórico. Un lugar donde sentir y vivir la cultura del Nuevo México tradicional: Música por las calles, comida mexicana en cada rincón, arte artesanal indígena, patios decorados con muchos colores, casas tradicionales del estado, shows callejeros, gente vestida del lejano oeste y tiendas de souvenirs por todos sitios. Un ambiente que te vuelve alegre en cuanto lo pisas. Alrededor existen varios museos de diferentes tipos como el moderno museo de historia y arte al que entramos brevemente a ver una exposición, el museo de historia de la naturaleza y de la ciencia entre otros.  Una pena que no tuviéramos mucho tiempo para verlo todo.


El pasado de los conquistadores españoles 
Museo de historia y arte
Entrando a través de una entrada del old town que te da la bienvenida pasas a callejear un poco por sus puestos de arte local y llegas a su plaza central (old town plaza), el lugar con más turístico de la ciudad. En ella se encuentra la iglesia de San Felipe de Neri del 1973 de la época de las misiones españolas. Entrando por sus tiendas nos avisaron de que en unos minutos iba a comenzar una actuación callejera. Trataba de una actuación de vaqueros del lejano oeste que acabó con todos muertos después de un tiroteo, 



Música tradicional por las calles del old town
Indígenas vendiendo sus artesanías y gente vestida de vaquero
Tiendas en old town

Actuación callejera cerca de Old Town Plaza

Matanza en una actuación callejera
Restaurante del Old Town
San Felipe de Neri
Virgen de San Felipe de Neri

Habíamos terminado nuestro tour de Breaking Bad particular pero no parábamos de ver cosas relacionadas a esta serie. Cada tienda de souvenirs que visitábamos tenía postales o material relacionado con la serie, algunas más que otras. Desde aquí también sale el tour de Breaking Bad organizado, un tour que se hace en una réplica de la caravana de Walter White, ¡dan muchas ganas de subirse! Otros tours se hacen en bicicleta. Nosotros elegimos por la opción barata de hacerlo por nuestra cuenta y lo comparto con vosotros para daros la idea de adonde ir, ¡espero que os sirva!

Para conseguir el cristal (de caramelo, of course) el mejor sitio para ello es The Candy Lady (marcado en el mapa de arriba), una pastelería donde vende la metanfetamina entre otras cosas. Existe alguna tienda más que vende este cristal de caramelo que tanto representa la serie, muy barato por cierto, sin duda el mejor recuerdo de la serie que tengo bien guardado en las profundidades de mi mochila para que no se pierda o se lo coman los ratones..

El cristal (de caramelo, tranquilos) y la caravana rota de Breaking Bad


Indian Petroglyph State Park


Al día siguiente fuimos a un lugar cerca de Albuquerque, propiedad del estado. Un lugar con cientos de petroglifos (dibujos en rocas realizados con el desgaste de la superficie a través de aceites naturales) llamado Indian Petroglyph State Park. Por este pequeño parque existen varias rutas de senderismo por los que encontrarás montones de petroglifos por las rocas y paredes, petroglifos de diferentes tipos y formas. Parece mentira que se mantengan ahí con el paso de tantos años. Una visita muy interesante a pocos kilómetros del centro de Albuquerque.

Vista desde un sendero de petroglifos
Uno de los petroglifos más famoso del parque
No nos habíamos esperado que Albuquerque nos iba a gustar tanto. Una ciudad muy auténtica en un estado muy interesante como es Nuevo México que con la excusa de Breaking Bad conocimos más a fondo durante un par de días. Conocimos más sus urbanizaciones, hablamos con muchos locales y probamos su excelente gastronomía, la mejor que habíamos tenido hasta ahora en Estados Unidos, y como no podía ser de otra forma, con mucha influencia mexicana.

Aún nos quedaban unos días más por el estado de Nuevo México teniendo como siguiente destino Santa Fe, la capital de estado y ciudad muy diferente. Haríamos paradas en lugares que había por una ruta escénica más larga pero interesante de camino a Santa Fe, ¡paradas que descubriréis en siguiente post!

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Santa Fe, el abuelo de los EEUU y capital de Nuevo México

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Para llegar a Santa Fe desde Albuquerque existen dos rutas. La más directa y rápida y la más larga y escénica llamada The Turquoise Trail. Como siempre hacemos en este viaje, aunque haya que conducir más kilómetros y gastar más en gasolina, casi siempre optamos por la carretera más bonita. Haríamos unas cuantas paradas para admirar el bonito paisaje y pasaríamos por un lugar de mismo nombre que la capital de España.


El paisaje mientras conducimos es de nuevo impresionante, con altas montañas nevadas en el horizonte y una vegetación desértica que bien me pueden recordar a los Montes de Málaga. Sintiéndonos como en casa conduciendo nos sentimos aún más cuando después de pasar el pequeño pueblo de Cedar Crest llegamos a la localidad de Madrid. Una población que se creó por la minería en el 1881 y que hoy en día explota sus recursos turísticos, un lugar curioso por el que parar con casas destartaladas pero con un ambiente hippie que atrae a la gente. Poco podemos hacer más que hacernos una foto con el cartel de bienvenidos a Madrid.



La carretera que cruza el pueblo de Madrid

 

Santa Fe

 

Antes de llegar a la ciudad decidimos echar lo que queda del día yendo a las alturas y dejar el centro para el día siguiente. Nos desviamos hacia Santa Fe National Forest desde donde se tienen vistas de todo Santa Fe y alrededores. Para ello subimos una cuesta sin descanso durante al menos media hora y llegamos a lo más alto que pudimos. Allí existe una estación de esquí y nos encontramos con el parking a rebosar. Marzo es todavía temporada de esquí aunque no lo parezca cuando estas abajo, la nieve que queda tampoco es que sea mucha, lo justo para esquiar. Intentamos averiguar si podíamos hacer algún sendero pero todos estaban cubierto de nieve, poco podemos hacer por aquí a no ser que queramos gastar nuestro presupuesto en esquiar (nunca lo he hecho).
Para no haber venido en vano cogimos nuestro friesbees multiusos y nos tiramos sentados en ellos por la nieve. No fue muy buena idea tirarme desde  tanta altura sin guantes y en un friesbee tan pequeño para mi culo, acabé con las manos destrozadas. Al menos hemos echado un rato divertido.



¡Esta noche toca hotel! Tras varias noches de camping y de dormir de extranjis en el coche por Albuquerque tocada relax, ducha e internet. El hotel elegido es el de la famosa cadena Hotel Super 8, están por todos los Estados Unidos y son famosos por ser buenos y más baratos que la media, además, disponen de desayuno caliente incluido. Como algo tan simple se puede convertir en todo un lujo para nosotros, cosas de viajar a largo plazo. Habíamos comprado un bono en groupon para ir barato al cine con palomitas y bebida incluidas, hacia mucho que no íbamos y nos queríamos dar ese lujo alguna vez además que queriamos vivir la experiencia de ir al cine en territorio estadounidense. Resulta que el cine se encuentra en la universidad de cine de Santa Fe y las películas que ponen no son las típicas americanas que uno se puede esperar, en este cine ponen películas de éxito de otros países. Esa noche ponían A war, todo un señor peliculón, no nos imaginamos que nos iba a gustar tanto una película danesa pero superó todas nuestras expectativas. Solo eramos 7 personas en la pequeña sala. Nuestra intención de tener la experiencia en un verdadero cine estadounidense no la cumplimos pero al menos la película lo valió.



El día siguiente lo dedicaríamos a descubrir la capital de Nuevo México. No sabía que esperarme de esta ciudad pero no era lo que vimos a primera vista. Me esperaba una ciudad más ciudad y lo que nos encontramos era más bien un pueblo pequeño que sin embargo sirve de capital. Una ciudad con mucha historia que es la capital de estado más antigua de todas que fue fundada en el 1610 y la segunda ciudad más antigua del país, un abuelo de EEUU.



Por el mismo centro el aparcamiento es de pago pero por la calle Alameda Street que sigue paralela al río se puede aparcar gratuitamente y está muy cerca del centro. Lo primero que te encuentras son sus edificios de adobe, ya sean casas, hoteles, restaurantes, iglesias... aquí todo lleva el mismo estilo de arquitectura colonial. La ruta la empezamos visitando probablemente uno de los edificios más bonitos de la ciudad, la Catedral Basílica de San Francisco de Asís. Una catedral que bien te podrías encontrar por cualquier ciudad italiana.

Desde esta iglesia se puede acceder fácilmente a lo más céntrico de la ciudad. Toda la zona está llena de tiendas vendiendo sus artilugios de arte mientras vas llegando a The Plaza, la plaza central de Santa Fe. Por más de 400 años, esta plaza ha sido y sigue siendo el corazón de la ciudad que actualmente atrae a turistas, musicantes, skaters y gente vendiendo comida por cada rincón. En la parte norte de la plaza es donde se ponen los indígenas en el suelo a lo "top manta" a vender sus manualidades artesanales.
Originalmente esta plaza fue el final norte del mítico Camino Real mexicano. Más tarde, en 1821, se estableció el Santa Fe Trail siendo esta ciudad el punto de conexión del comercio entre México y Estados Unidos uniendo Santa Fe con Franklin (Missouri). Esta ruta cubría 1448 km los cuales se tardaba mes y medio en cruzar.  Cuando Santa Fe se adirió a Estados Unidos tras la guerra entre los dos países de 1848 las barreras fueron levantadas aumentado y facilitando así el comercio entre las dos ciudades. La necesidad de este camino llegó a su fin con la construcción de las nuevas vías de tren en 1880 y que actualmente aún cruza la ciudad.. 

El Santa Fe Trail



Al lado de la plaza se encuentra el Palacio de los Gobernadores, el edificio público más antiguo de todos los Estados Unidos. Un edificio que empezó con el primer gobernador español cuando entonces Santa Fe era parte de México por el año 1610. En 1680 fue retomado por el pueblo indígena en la llamada Revolución de Popé, revolución en la que mataron más de 400 españoles echando a los demás colonos del lugar. Sin embargo, doce años más tarde los españoles volvieron a retomar la ciudad sin mucha oposición por parte del pueblo indígena.

Cerca del Palacio se encuentra el Museo de Arte de Nuevo México y el Museo Georgia O'Keeffe. A falta de presupuesto para museos seguimos andando por las calles de Santa Fe.
Otro de los puntos de interés es el Santuario de Guadalupe, la que es patrona de México. Es el santuario más antiguo de los Estados Unidos que sigue en funcionamiento. Unos simpáticos mexicanos nos dejaron entrar a su bonito interior. 





Seguimos caminando de vuelta al coche hasta que nos cruzamos con la iglesia más antigua de los Estados Unidos, ¡parece que todo aquí es lo más antiguo del país! En este caso se trata de la Iglesia de la Misión de San Miguel, una iglesia creada de adobe del 1610 que se mantiene perfectamente en pie gracias a sus reconstrucciones y renovaciones. Por último pasamos por la famosa calle de Canyon Road, una calle donde los artistas exponen sus obras decorando toda la calle, estando en Santa Fe es algo que no te puedes perder.

No es una ciudad que nos encantara siendo sinceros pero sí que es una parada para echar un buen rato aprendiendo sobre la historia de este curioso y antiquísimo estado norteamericano. Personalmente y al contrario de lo que muchos piensan, ¡me quedo con Albuquerque!




Santuario de Chimayó


El Santuario de Chimayó se encuentra en el pueblo de mismo nombre. Un lugar de peregrinaje importante para los cristianos católicos. Nombrado Monumento Histórico Nacional recibe alrededor de 300 mil visitantes cada año y se la conoce como la  "Lourdes de América" el centro de peregrinaje más importante de los Estados Unidos. Es un lugar con un algo especial que solo se respira estando in situ.


La visita es gratuita, se puede visitar tanto como el santuario como todo lo que lo rodea. Cerca de la iglesia se encuentra un lugar lleno de fotos de gente fallecida, llenando todo un mural, fotos pegadas por los familiares que llegan hasta aquí, casi todos ellos mexicanos. Los cristos del lugar están llenos de colgantes con la cruz. Da cosa andar por allí pero es sin duda algo muy singular que visitar en Chimayó.



Los edificios de este lugar son de adobe como bien lo es la iglesia que fue construida en el año 1810, una nueva arquitectura para nosotros que empezaba Santa Fe y continuaría este lugar y Taos más adelante. Otro lugar donde hemos visto algo parecido fue en nuestro viaje por Ghana, cuando el chief nos echó la bronca. En su interior existe una pequeña habitación llamada "el pocito" donde hay un pequeño agujero que contiene -"holy dirt"- tierra bendita de la que se cree que tiene poderes curativos. Junto a esta sala hay una habitación con fotos, muletas usadas y testamentos de gente que dice haber sido curada gracias a esta tierra bendita.

Iglesia de Chimayó
Una visita curiosa cuanto menos que hizo más ameno nuestro viaje hasta Santa Fe. Por el pueblo existen otras iglesias diferentes de lo que había visto hasta ahora. Sobre todo una iglesia dedicada a los niños, con su interior decorado con ropa y fotos de niños pequeños, creepy.


Continuando nuestro camino hasta Taos el paisaje seguía siendo alucinante, las montañas no paraban de sorprendernos con cada curva y las paradas eran obligatorias para admirarlo y tomar alguna foto. Las Montañas de Sangre de Cristo predominan todo el paisaje durante el trayecto Santa Fe - Taos. Aunque no lo parezca estamos a bastante altura del nivel del mar, es más, Santa Fe es la capital de estado que se encuentra a más altura de EEUU, estando en invierno tampoco era para tanto, solo se veía nieve en las altas montañas.



Por último, antes de llegar a la ciudad de Taos, paramos en Las Trampas, un mini-pueblo que fue fundado por 12 familias hispano-americanas asentado en las montañas en la que destaca una iglesia que bien parece una mezquita en primera instancia. Esta iglesia fue construida en el 1760 y es monumento histórico nacional del país. Se la considera como uno de los mejores ejemplos de arquitectura española mejor conservados en Nuevo México.

iglesia de Las Trampas
Nuestra siguiente parada sería Taos con su Taos Pueblo que es conocido por ser uno de los pueblos indígenas americanos mejor conservados donde actualmente existe una comunidad viviendo, es considerado Patriomio de la UNESCO. También visitaríamos el bonito lugar de Rio Grande National Monument. Es allí donde celebraríamos el 30 cumpleaños de Perrine, ¡todo ello en el siguiente post!


Post anterior del viaje: Tras las huellas de Walter White y Jesse Pinkman por Albuquerque
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Taos Pueblo: Misión imposible en Nuevo México

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Como hormigas que roban migas de pan en casa eramos nosotros para las montañas de Sangre de Cristo, subcordillera de la masa sin fin que forman las Montañas Rocosas. Inmensas ellas y cubiertas de una capa de nieve que brillan como si del mismo sol se tratara. Al norte del estado de Nuevo México, Taos nos esperaba con los brazos cerrados, si es que lo puedo decir de esta manera.

Sangre de Cristo Mountains, New Mexico

Lo primero que hicimos inmediatamente al llegar a Taos fue ir al centro de visitantes ya que estaba a punto de cerrar, a las 5 de la tarde suelen cerrar los centros de visitantes en este país, algo que maldecimos numerosas veces. Lo que más nos interesaba era saber sobre visitar Taos Pueblo, un lugar patrimonio mundial de la UNESCO en el que aún vive una tribu en casas de adobe, uno de los pueblos indígenas presentes mejor conservados de todos los Estados Unidos

La respuesta de la mujer del centro de visitantes nos dejó con la boca en forma de "o". ¡Taos pueblo se cierra a visitantes durante la temporada baja de invierno! Nos preguntábamos como era posible algo así, ¿cerrar un pueblo a gente? ¿Un pueblo con habitantes que salen y entran en todo momento? ¿Cómo lo pueden controlar? Decidimos ir hasta el lugar para ver que se cocía y comprobarlo por nosotros mismos.
Aprovechamos el centro de visitantes y recaudamos más información de Taos Ciudad y el National Monument de Río Grande, un buen lugar para hacer senderismo, queríamos averiguar donde íbamos a pasar el día siguiente en el que Perrine cumplía la difícil edad de 30 años, ouch!

Taos Pueblo se encuentra a tan solo 1.6 km de la ciudad por una carretera hacia el norte. En un 'plis-plás' nos plantamos en el pueblo. De camino solo veíamos caras de indígenas en sus coches entrando y saliendo al pueblo. Teníamos un poco de miedo por lo que pudiera pasar, seguramente no eramos bienvenidos por estar oficialmente cerrado al público. Nuestras pieles pálidas y los ojos azules de Perrine nos delataban. Aún así, aparcamos cerca de allí y nos acercamos a pie hasta una taquilla cerrada que decía los precios de entrada al pueblo, sí, te cobran por entrar a un pueblo y no es que sea barato que digamos. 

Taos Pueblo Unesco

Al no haber nadie alrededor nos adentramos hasta un cartel donde ponía lo de patrimonio de la UNESCO y empezamos a hacer algunas fotos a lo lejos del pueblo. De repente oímos unas voces y un coche que se para al lado de la carretera, - hasta aquí hemos llegado, pensé en mis adentros. Un chico de piel morena de mediana edad, claramente habitante del pueblo, se nos acercaba con un mensaje que teníamos claro que nos iba a decir pero con la incertidumbre de cuál iba a ser su grado de enfado. Lo primero que nos dijo fue que teníamos que borrar toda foto que habíamos tomado y que no podíamos estar por allí. Todo lo dijo lo más amablemente que pudo y sin ningún tipo de problema nos retiramos hacia nuestro coche. El chico nos contó que el pueblo cierra en invierno porque es cuando celebran sus fiestas y rituales y no quieren a nadie que les interrumpa. Situación que entendemos perfectamente. No fue una visita profunda al pueblo pero sí que llegamos a sentirnos por unos momentos por él con la adrenalina en nuestros cuerpos de lo ilegal, de todas formas, fue una pena que no lo pudiéramos hacer en condiciones y adentrarnos en este pueblo indígena tan histórico y vivo.

Taos Pueblo, foto sacada de Shutterstock
Taos Pueblo
Nuestra mejor foto robada de Taos Pueblo
Defraudados, nos fuimos en busca de un lugar para pasar la noche, el mejor sitio para ello se encontraba al sur de Taos Ciudad, en el mismo Río Grande del Norte National Monument, un lugar con mucho camping a lo largo de la carretera que lo atraviesa. Pero antes, nos cruzaríamos con la importante iglesia de adobe de San Francisco de Asis, a las afueras de la ciudad en una zona conocida como Ranchos de Taos. Rodeada de casas de adobe, algunas en ruinas que de verdad me hacían pensar que estaba en la África subsahariana.

Francisco de Asis Ranchos de Taos

El paisaje es una vez más tremendamente asombroso. Para dormir aplicaríamos la regla de 'entrar tarde/salir temprano' para así evitar pagar la cuota por noche del camping, no solemos hacerlo pero habíamos tenido muchos gastos estos últimos días, sobre todo en Santa Fe. La visita a este lugar lo dejaríamos para más adelante. Lo primero que hicimos al día siguiente sería visitar Taos Ciudad, ya que habíamos llegado hasta aquí teníamos que aprovecharlo como fuese visitando su ciudad.

Tipis en Taos
Pasando unos cuantos tipis de camino a Río Grande
De camino a Rio Grande National Monument
Camino de Río Grande desde Taos
Lo de la regla de salir tan temprano nos hizo ir a una cafetería donde esperar unas horas hasta que la ciudad despertara si es que queríamos ver algo abierto y algo de ambiente en sus calles. Lo primero que se ve en Taos es su fondo de pantalla, una ciudad bajo montañas gigantescas con picos nevados que la hacen una ciudad más pequeña de lo que es. Como en Santa Fe, en este lugar todo está construido del estilo colonial español. Todos sus edificios, no importa de qué, son de adobe. 

La ciudad en sí no es mucho, es una ciudad muy pequeñita, nada de lo que uno se haya podido esperar. Su centro tiene punto 0 en su plaza principal, llamada Taos Plaza, es a sus alrededores donde transcurre la acción de la ciudad. Bent St es una calle por la que juntan la mayoría de sus tiendas a la vez de unas cuantas galerías de arte, de las que la ciudad presume de albergar unas 100 de ellas en una ciudad en la que un 30% de la población se considera que son artistas de algo. Taos se la considera imán para escritores y pensadores; hippies y bohemios que acuden a esta ciudad en busca de inspiración y paz.


Galerías de arte en Taos
Una muestra del arte que existe en Taos (por detrás son 3 personas)
Adobe en Taos Plaza
Edificio de adobe en Taos Plaza
Ejemplo del típico edificio de adobe de esta zona de Nuevo México
Existen varios museos como por ejemplo el Millicent Rogers Museum, el Martinez Hacienda o el Harwood Foundation, museos los cuales se pueden visitar con un pase que vende la asociación de museos de 25$.


Arte en Taos

I chili Taos
I chilis Taos
Aprovechamos su gran supermercado para hacer las compras para el 30 cumpleaños de Perrine. Un número así tendría que ser algo especial con lo que nos emocionamos un poco comprando la comida preferida de Perrine.

A falta de Taos Pueblo nos fuimos en busca de aventura por sus alrededores, que mejor sitio para ello que volver donde dormimos la noche anterior, Río Grande del Norte National Monument. Trata básicamente del llamado Río Grande que como protagonista parte la tierra en dos creando uno de los gorges más bonitos que he visto en un lugar dotado de cañones profundos y conos volcánicos.


La carretera de tierra acompaña el cauce del río y cruza este terreno protegido hasta un puente altísimo muy famoso del lugar. A lo largo del río existen varios campgrounds y senderos por los que disfrutar de este área natural más en profundidad. La chica del centro de visitantes que hay en la entrada del parque nos dio la información necesaria para ello.





Hablando por unos de los senderos que nos llevaban a unas vistas del gorge del río Perrine comentó:

-¿Sabes cuál sería un buen regalo para mi cumpleaños? Poder ver por fin un bighorn  sheep (borrego cimarrón).

Desde que empezamos el viaje por los desiertos de California, era un animal que se nos resistía. Habíamos visto prácticamente todos los que queríamos ver pero el bighorn sheep no aparecía por ningún lugar. Y mira por donde, acabando el sendero, un grupo de ellos se encontraban a unos 20 metros, ¡vaya casualidad! Perrine estaba que no cabía en sí de la emoción. Resulta que se encontraban al lado de la carretera que veíamos desde el sendero. Fuimos a nuestro coche que se encontraba al inicio del sendero y nos dirigimos hasta allí donde pudimos parar y obsérvalos de más cerca. ¡Vaya cornamenta que tienen tan basta! Por algo tienen el nombre bighorn (cuernos grandes). Parecían no inmutarse ante nuestra presencia pero daba un poco de cosa salir del coche y acercarnos a ellos, son animales enormes. Les echamos unas cuantas fotos y seguimos nuestro camino hasta el puente que cruza la garganta del río.


Bighorn sheep in Rio Grande del norte national monument
Por fin un bighorn sheep ante nosotros




A través de los bonitos paisajes del río llegamos hasta el puente, conocido como "El puente de la garganta". Un puente de arco de acero que cruza de un lado al otro de la garganta con una altura de 172 metros. Las vistas sobre el río son bellísimas. Existe un área donde aparcar el coche donde los indígenas aprovechan la tirada del puente para vender sus souvenirs. Desde allí nos desviamos por un sendero para ver el puente a lo lejos con el río pasando por debajo, mereció mucho la pena.


Rio grande del norte gorge


La tarde caía así que volvimos hacia la reserva del parque para buscar un camping donde tendríamos la cena del cumpleaños de Perrine con aperitivos, plato especial, vino y una tarta de queso, sin duda un 30 cumpleaños que nunca olvidará. 




Al día siguiente pondríamos rumbo hacia el suroeste estado de Colorado para seguir nuestra ruta pero esta vez y por primera vez en el viaje conduciríamos hacia el oeste. 
Fue toda una experiencia viajar por Nuevo México, un estado con mucho que ofrecer.¡Dejamos el sur del estado para la próxima vez!


Post anterior del viaje: Santa Fe, el abuelo de los EE.UU. y capital de Nuevo México
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Colorido Colorado

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Adiós Nuevo México. Buenos días Colorado. El sexto estado en nuestra lista de este viaje. Colorado es bien conocido por sus impresionantes montañas, sus estaciones de esquí, siendo uno de los estados más bonitos de los EE. UU.Denver su capital y Aspen (Me hace recordar a la película de "Dos tontos muy tontos") son sus lugares más conocidos pero eso no es ni mucho menos todo lo que tiene que ofrecer. Nos mantendríamos por la región de los "4 corners", o sea, por el suroeste de Colorado con su famosa tradición indígena, su especial meseta del Colorado y la impresionante cadena montañosa de las San Juan Mountains

Mis dedos se aceleran cuando me viene a la mente los impresionantes paisajes por los que pasamos. Salimos de Nuevo México dejando Taos al sureste con nieve en los picos de Sangre de Cristo, una nieve que bajaría hasta la altura de nuestros pies conduciendo por las elevadas carreteras de Carson National Forest por la cual solo veíamos blanco a nuestro alrededor, parece que nos hemos librado de un temporal de nieve por muy poco. Pasamos por pueblos diminutos con nombres tan españoles como Los Ojos, Brazos o Tierra Amarilla y entramos a Colorado por la carretera con vistas majestuosa que llega hasta Pagosa Springs, famosa por sus aguas termales y primera ciudad tras muchos kilómetros donde se veía humanidad por las calles.

Los caminos nevados a través de los bosques del norte de Nuevo México

Como conducir 4 horas sin tiempo a aburrirse

¡Bienvenidos al colorido Colorado!




Durango



Nuestro destino era llegar hasta Durango, no precisamente en el País Vasco. Durango es la ciudad más famosa y grande del suroeste del Colorado que sirve de centro de operaciones para esa gente que viene a hacer deporte de invierno, caminatas por sus altas montañas o tener hotel para visitar Mesa Verde, otro lugar UNESCO que visitaríamos el día siguiente. Tras cuatro horas de coche no nos apetecía nada más que estirar las piernas un poco por la ciudad así que aparcamos cerca de la estación y empezamos a conocer esta coqueta ciudad. Sus calles están llenas de cervecerías locales y edificios con una arquitectura victoriana como hemos visto en tantos lugares coloniales. Una arquitectura que dan un toque muy coqueto a este lugar. Con lo pequeñita que es, tiene más restaurantes per capita que su capital y gran urbe Denver. Ciudad que empezó como la gran mayoría, la minería, allá por los años 1880s.

Otro de los puntos fuertes de Durango son sus rutas en bicicleta de montaña, alguno de los mejores mountain bikers del mundo provienen de aquí. Rutas como la Old Railroad Grade Trail o la Dry Folk Loop son de alto contenido escénico. Pero era algo que se nos escapaba, el aquiler de bicicletas no es nada que nos podamos permitir, no son nada baratas, nos pasó como en Sedona que nos quedamos con las ganas.


Hotel de estilo victoriano en las calles de Durango
Hotel de estilo victoriano en las calles de Durango
Ohhh caaaan youuu seeee
cervecerias Durango, Colorado
Cervecerías por Durango
Una de las opciones más turísticas y llamativas de la ciudad es su famosa locomotora que une las ciudades de Durango y el histórico pueblo minero de Silverton en las alturas de las montañas de San Juan. A estas alturas de la temporada aún no se encontraba en funcionamiento además de que un viaje en ese tren sale por un ojo de la cara, sea como fuere, nos íbamos a quedar con las ganas de hacerlo, con lo que a nosotros nos gustan los trenes. 

Estacion de Durango, Colorado
Estación del tren locomotora de Durango


Durango - Silverton: San Juan Skyway


Sin embargo se dice que la carretera que unen estas dos localidades es una de las carreteras alpinas más bonitas de los Estados Unidos, también conocida con el nombre de "San Juan Skyway".  A partir de Silverton hacia el norte se llega hasta la ciudad de Ouray por una difícil carretera llamada "One Million Dollar Highway" pero era demasiado desvío de nuestra trayectoria y dudábamos bastante de que estuviera abierta viendo las condiciones de nieve, nos conformamos con llegar hasta Silverton y volver. El paisaje por esta carretera nos dejó con la boca abierta durante prácticamente todo su recorrido, sus paisajes son de una belleza asombrosa que bien podrían tenerse viajando por Alaska. Podemos confirmar de que esta puede que sea una de las carreteras alpinas más bonitas del país y eso que no vimos lo mejor que llega hasta Ouray, ¡vaya pasada! 



Añadir leyenda
San Juan Skyway
Una de las decenas de paradas que hicimos de camino a Silverton

Llegando a Silverton se puede ver el pueblo desde las alturas a las faldas de las grandes montañas, el pueblo se queda en nada pero la vista es espectacular. Es un pueblo con solo su calle principal asfaltada que revive en la temporada de verano con la llegada de los turistas.

Silverton, COlorado
Imagínate estar ahí abajo en ese pueblo y mirar a tu alrededor.
Silverton, Colorado
Misma foto de arriba de más lejos
Bye bye
Tras 4 horas para llegar de Taos hasta Durango y hacer ida y vuelta a Silverton se convirtió una gran panzada de coche, menos mal que la gasolina es tan barata en este país y el coche consume tan poco, es algo que nos daba mucha libertad, sobre todo el más agradecido era nuestro bolsillo. Aprovechando el tirón y tras un descanso más que merecido en el Starbucks de Durango fuimos a buscar un lugar en el que pasar la noche, muy cerca de Mesa Verde National Park. lugar donde queríamos ir el día siguiente. De nuevo gracias a freecampsites.net encontramos un gran lugar en el que poner nuestra tienda campaña y calentarnos con una hoguera con vistas a Mesa Verde. Que gusto cuando se encuentra un lugar en el que acampar gratuitamente con estas vistas. Para los interesado os dejo con el mapa del camping gratuito aquí

Esa noche tuvimos una sorpresa inesperada. Ya habíamos leídos sobre ellos pero la probabilidad de verlo era muy pequeña, "seldom seen" decía la descripción de este animal. Se trata de un escorpión diminuto que casi no se ve por su color. Perrine pegó un salto cuando estábamos tranquilamente sentados en nuestra manta junto la hoguera que hicimos. Este pequeñín se removía entre sus pies calentándose junto a nosotros con la hoguera. Sabiendo lo de los escorpiones ya no estábamos tan tranquilos sentados y nos fuimos a dormir a nuestra tienda de campaña, ¡qué frío hace por aquí! Aunque no tanto como el que pasamos por el Gran Cañón.


Perrine después de pegar ese salto buscando el escorpión

Parque Nacional Mesa Verde 


Tercer patrimonio mundial de la UNESCO que veíamos en menos de dos semanas, los tres con una temática relacionada a las culturas primerizas de esta región, lugares una vez habitados (o aún habitados como Taos Pueblo) por gente indígena, gente de otro color y lengua de los que predominan en este país. Cultura y razas que no se olvidan y que se trata de mantener vivas con parques como estos.

Cuando llegamos a su centro de visitantes por la mañana aún estaba cerrado. aprovechamos sus modernos baños que están fuera para acicalarnos un poco y leer y releer los paneles informativos que se encuentran por allí junto a un indio (de la India) que esperaba con nosotros. Una vez abierto pedimos información y nos dieron un mapa con lo que podíamos ver y lo que no, la desventaja de viajar en temporada baja nos estaba pasando un poco factura y algunos de los lugares y actividades no se realizan en estos meses. Aún así se puede ver casi la totalidad del parque. A diferencia de Chaco y Taos, Mesa Verde lleva el titulo de parque nacional con lo que está más desarrollado y cuidado para el visitante que los nombrados anteriormente.


Saltando de alegría en la entrada de Mesa Verde
Siguiendo la carretera cuesta arriba se pasa un control donde te piden la entrada o el annual pass que una vez más utilizamos. Mesa Verde se encuentra en el Condado de Montezuma, nombrado patrimonio de la UNESCO en el 1978. En él se encuentran numerosas ruinas de pueblos de la tribu ancestral llamada anasazi, ancestros de los actuales navajos o hopis. Los primeros pueblos fueron construidos por los años 650 y más adelante eran construidos bajo salientes de acantilados -cliff dwelings- donde se protegían del mal tiempo que hacen tan famoso a este lugar y que fueron construidos a finales del siglo XII y están considerados como los pueblos ancestrales mejores conservados de los Estados Unidos. Una civilización que sobrevivía con una dieta a base de la caza y de vegetales como el maíz, las habichuelas o el calabacín. 

La palabra "Mesa" que tanto se oye por aquí viene a llegar a ser una superficie elevada plana rodeada por acantilados abruptos. Un accidente geográfico típico de superficies áridas como esta del suroeste de los Estados Unidos. Diferenciarla de la palabra "meseta" que llega a ser una superficie mucho más amplia y sin acantilados a su alrededor.
Un ejemplo de Mesa (vistas desde nuestro camping)
Nuestra visita trataría de ir parando con el coche por los Pueblos (es como se llaman aquí a las localidades indigenas) más famosos de los cuales se encuentran bajo los acantilados escondidos del sol. Por ser temporada baja no se podía andar por ninguno de ellos pero eso es algo que ya pudimos hacer en Tonto National Monument donde existen algunos de ellos.

Para subir por la "mesa" existe una carretera asfaltada con diferentes miradores de sus espectaculares alrededores. En un día como el que tuvimos se podían llegar a ver montañas a decenas de kilómetros y un terreno muy parecido al que podemos tener por Andalucía. Miradores como el Montezuma Valley Overlook y Park Point Overlook en nuestro camino hacia arriba. 


Pareja de codornices por uno de los miradores


Siguiendo la carretera llegamos a un punto donde no podíamos ir por la Wetherill Mesa que está cerrada en temporada baja así que fuimos por la Chapin Mesa por donde antes de llegar a los pueblos más famosos paramosen Cedar Tree Tower que tiene una corta caminata donde existen algunas ruinas por el suelo. Siguiendo por la carretera se llega a una de las paradas más importantes del parque, el Chapin Mesa Arqueological Site. Un centro de visitantes en el que hay un pequeño museo y una sala de vídeo de introducción a la cultura anasazi explicando cómo y por qué llegaron a construir estos pueblos como hoy en día se puede ver. 


Ahí estoy yo en primera fila empapándome de historia
Detrás de este edificio existe un sendero de unos cuantos metros que te lleva al mirador del Spruce Tree House donde había un ranger resolviendo dudas y evitando que la gente siguiera el sendero cortado que llega hasta las ruinas. Fue el primero de los pueblos del parque que vimos que se encuentran bajo un acantilado, una vista muy especial que esperábamos ver con ansia.
Seguimos por la carretera parando por los diferentes puntos de interés como los imponentes Cliff Palace y el Balcony House que vimos tras hacer un sendero de unos dos km llamado Soda Canyon Overlook Trail.


Soda Canyon Overlook
Soda Canyon Overlook

Por último hicimos el Mesa Top Loop para seguir viendo miradores y diferentes ruinas esparcidas por esta carretera en forma se lazo. Es una carretera por la que se debe de ir 30 km por hora pero con las confianzas y por no haber casi nadie en algunos momentos me puse a 50km/h hasta que un ranger me cazó, me hizo parar y me pidió los papeles. Nos llevamos las manos a la cabeza ya que estábamos seguros de que nos iba a caer una buena multa, ¡fatal para nuestro presupuesto!. Cogió los papeles del coche y se fue a su coche a comprobar todo, tras unos minutos el agente volvió y para nuestra gran sorpresa nos dijo que podíamos seguir pero que cuidara el limite de la velocidad porque la próxima vez no nos lo perdonaría. -Thank you very much sir!.



¡Vaya suerte la nuestra! Con el corazón a cien proseguimos por el Top Mesa. Ya me veía comiendo pan duro durante una semana para hacer balanza en el presupuesto. Vimos el Navajo Canyon View donde se veían casas incrustadas en las paredes a lo lejos y vimos restos de "pit houses" , el Sun Temple y el mirador de mismo nombre. Una visita de lo más interesante y útil para aprender de la historia más importante del país.

Una visita muy completa en la que aprendimos mucho de los anasazi que completaríamos en un día antes de salir en dirección a nuestra añorada Utah, un lugar que nos aguardaría grandes aventuras y paisajes.





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Arches National Park, pura fantasía natural

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Nuestra corta visita por el suroeste de Colorado visitando lugares como Durango, Silverton y Mesa Verde nos dejó con ganas de más. Colorado se merece un viaje aparte, un estado perfecto para los amantes de la naturaleza que necesita su tiempo, pero teníamos que seguir nuestro camino hacia el oeste para seguir con nuestra ruta que nos llevaría de vuelta a California en unos cuantos días. Ya llevábamos casi tres meses viajando en coche y todavía nos quedaban un par de semanas antes de llegar de nuevo a Los Ángeles.

Desde las interesantes ruinas indígenas de Mesa Verde salimos de Colorado pasando por Cortéz para entrar de nuevo a la increíble Utah por el este del estado. De nuevo se nos aparecían esos extraños paisajes rojos de planeta Marte que se reúnen en la Meseta del Colorado, de nuevo esa sensación de muchas ganas de hacer senderismo por esos paisajes bizarros, estábamos cerca de ello. Llegaríamos a Moab, centro de operaciones para ver dos de los parques nacionales más importantes de Utah y de todo EE. UU. : Arches National Park y Canyonlands National Park.

Primero pasaríamos unos días en Arches, un lugar que tiene mucho... mucho que ofrecer, sobre todo senderismo que era a lo que habíamos venido a hacer básicamente pero esto os lo enseño más adelante.

Moab es una pequeña ciudad que tiene de todo, con el paso de los años y gracias a los dos parques nacionales que la rodean se ha convertido en un lugar de reuniones para viajeros y gente en busca de aventura y deporte. Hoteles, restaurantes de todo tipo y supermercados abundan por la ciudad. Su gran centro de visitantes sirve de ayuda para el que quiera información, un mapa o un poco de WIFI gratis, siempre tan útiles estos centros, suele ser la primera visita que hacemos cada vez que llegamos a un nuevo lugar. Aprovechamos los servicios de la ciudad yendo al supermercado para nuestros días de senderismo, lavamos la ropa en un Laundromat y nos bebimos unos cafelazos tamaño americano para junto al portátil aprovechar del internet.

Para dormir nos la arreglaríamos para hacerlo gratuitamente muy cerca de Moab, a tan solo unos kilómetros pasando de largo por la entrada de Arches NP. Una carretera de tierra donde se puede acampar a los lados de la carretera gratuitamente que se llama BLM 378 (de nuevo gracias a freecampsites.net). Resulta que coincidía con unas vacaciones de estudiantes en el estado de Utah y era mucha la gente que nos encontramos de viaje por aquí, tanta, que llenaban los mejores lugares donde poner la tienda de campaña o la caravana así que tuvimos que buscar un poco en la oscuridad para encontrar un buen lugar. Una cosa teníamos clara, esta noche no dormiríamos solos, no sería el destino de soledad absoluta como en Anza-Borrego, por ejemplo.

Nuestras expectativas de Arches National Park eran muy altas. Durante nuestro road trip había sido tanta gente la que nos habían hablado maravillas de este lugar que teníamos muchas ganas de conocerlo. Antes de escribir nada sobre Arches deciros que... ha sido el lugar más increíble que he visto en todo nuestro viaje hasta la fecha. Thumbs up para Arches, un lugar de pura fantasía natural con arcos creados naturalmente de cientos de formas y tamaños. Es aquí donde se encuentra la mayor concentración de arcos naturales en todo el mundo, en total se estima que existen unos 2.000 arcos repartidos por todo el parque, ¡una locura!

Os dejo con las mejores caminatas y paradas de nuestro paso por Arches National Park:

Devils Garden Trail


El primer día fuimos temprano hacia el final del parque nacional donde hay una de las caminatas más bonitas y completas de Arches, su nombre: Devils Garden (Jardín de los diablos) y nadie debería de perdérsela si se visita este parque, ¡estás obligado!. Una ruta de senderismo  que nos tomó casi todo el día haciendo muchas fotos y parando mucho en cada punto de interés. Es una ruta relativamente fácil que todo el mundo podría hacer aunque algunas secciones requieren algo de agilidad para subir y moverte entre las rocas. Se podría hacer en 3 o 4 horas dependiendo de tu tempo y paradas, a nosotros nos llevó más de medio día porque paramos mucho. Una cosa que hay que tener clara a la hora de hacer este sendero es venir temprano para tener aparcamiento, cuanto más temprano mejor. Cuando terminamos el sendero estaba todo lleno de gente, la mayoría de ella solo viene para hacer la primera parte hasta el Navajo Arch o Landscape Arch, no son muchos los que hacen todo el sendero entero y es una pena. 

La primera parada una vez que empiezas la ruta hay un desvío que te lleva a Pine Tree Arch Tunel Arch, fue nuestro primer acercamiento a uno de estos arcos creados naturalmente con el paso de los cientos de años gracias a la erosión de este tipo de roca por viento y agua. 


Es como una ventana a un paisaje sorprendente, todo sus alrededores son dramáticos con todas esas rocas rojas, hoodoos y montañas nevadas como background. Pine Tree Arch es un arco muy grande por el que puedes pasar debajo, lo disfrutamos para nosotros solos. Más cerca de la ruta principal se encuentra Tunel Arch que más que un arco es un agujero en la piedra y se ve a la lejanía.




Tras esos dos arcos volvimos a la ruta principal para seguir con el sendero que tras unos kilómetros nos llevó hasta un lugar donde se encuentran tres arcos. El primero de ellos es Landscape Arch, el arco más largo de todo el parque nacional y del mundo (según Natural Arch and Bridge Society) aunque no el más famoso del parque. Un arco que está en peligro de derrumbamiento por lo delgado que es, parece mentira que pueda mantenerse tal y como está. Es inevitable que algún día caiga al suelo. En uno de los carteles informativos cuenta como en los años 90 alguien fue testigo de como se desprendió un trozo del arco y es una de las razones por las que cortaron el camino que pasa por debajo de este. Es el lugar donde la mayoría de los visitantes se vuelven al coche...

Landscape Arch
No solo de arcos va el parque

Pero nosotros seguimos adelante, lo mejor estaba por venir. Cerca de Landscape Arch se encuentran Partition Arch y Navajo Arch. Dos arcos bonitos, sobre todo Partition Arch desde donde se tienen unas vistas impresionantes del paisaje alrededor y donde se puede subir a lo alto para una mejor foto. Aquí estuvimos hablando un buen rato con una pareja de Salt Lake City (capital de Utah) que nos ofreció alojamiento por si pasábamos por allí. Es la segunda vez que gente de Salt Lake City nos lo ofrece en este viaje y nosotros sin planes de ir por allí.

En las inmediaciones de Partition Arch
Navajo Arch, un buen lugar donde cubrirse del sol

La siguiente parada sería, para mí, el arco (si se le puede llamar así) más bonito de todo el parque, el Doble O Arch, un arco que en realidad es una O gigante y una O pequeñita debajo, de ahí su nombre. Lo bueno de este arco es que te puedes subir en él. No es algo que se recomiende y de una forma u otra no se debe de hacer pero la tentación es grande y ya vimos a gente que lo hacía. Es seguro porque es un arco bastante grueso y el peligro de desprendimiento es casi nulo. Una sensación única estar ahí arriba, no apto para gente con vértigo.

Ahí estoy en lo alto del Double O Arch, aunque no se vea muy bien debajo hay un pequeño agujero que es la segunda O.

Desde allí existe un camino que se sale del principal que te lleva hasta un pilar de piedra de color negro y rojo muy alto llamado Dark Angel desde donde se tienen vistas tremendas.

Volviendo del Dark Angel
Para seguir con el lazo hay que conectar con la parte que vuelve hacia el parking por un sendero llamado Primitive Trail, un camino menos claro y sin tantas indicaciones pero que teniendo un poco de sentido de orientación se puede seguir sin problemas. Es un camino que ofrece vistas más extensas de las montañas y va a través de obstáculos que lo hacen más divertido. Hay que tener un ojo extra cuando está mojado o congelado, la roca puede llegar a ser muy resbaladiza y peligrosa. Por este trail paramos en el llamado Private Arch, un arco con un nombre que bien hacía justicia, lo teníamos para nosotros solos y fue un lugar donde descansamos tranquilamente en su sombra. Volvimos hasta el lugar donde se separaba el lazo en Landscape Arch y volvimos al coche para seguir viendo arcos por el parque.


Primitive Trail arches national park
En algún lugar del Primitive Trail
Private Arch


Skyline Arch, Tapestry Arch, Broken Arch y Sand Dune Arch


Pongo a estos 4 arcos en un grupo por encontrarse relativamente cerca entre ellos. Yendo al campground de Devils Garden llegas al inicio del sendero que te lleva por Tapestry y Broken Arch con la opción de llegar hasta Sand Dune Arch pero dejaríamos este último para ir en coche ya que nos pillaba de camino a la vuelta. Desde el parking del campground el primer arco que te encuentras es el Tapestry Arch que en realidad son 3 arcos juntos, muy grandes e impresionantes, por muchos arcos que hayas visto siempre te van a sorprender. Desde allí seguimos hasta Broken Arch y volvimos al parking, otro al que merece la pena llegar. De camino hacia Sand Dune Arch paramos en Skyline Arch, un arco que se encuentra cerca de la carretera principal que cruza el parque y al que se llega tras una corta caminata (0.6 km). Es un arco que se encuentra muy alto y que solo se puede observar desde la lejanía. Sand Dune Arch es un arco que para llegar a él se han de cruzar unos pasadizos de roca con un suelo de arena blanca dándole un toque muy diferente a todos los demás arcos. Una sensación Indiana Jones que nos encantó experimentar, eso sí, nos encontramos con muchísima gente por la facilidad de acceso que tiene.

Vista desde el sendero al campground
Sand Dune Arch
Tapestry Arch
Tapestry Arch

Broken Arch
Broken Arch
Skyline Arch
Skyline Arch
El día daba para más así que seguimos viendo arcos en nuestro camino de vuelta para salir del parque. Dejamos las cosas pequeñas para después de las caminatas largas.


Fiery Furnace Viewpoint y Salt Valley Overlook


Estos son dos miradores que se encuentran muy cerca el uno del otro y a tan solo algunos kilómetros de Sand Dune Arch. La primera parada sería Fiery Furnace Viewpoint, es un mirador en el que se puede ver un paisaje de hoodoos con unas montañas nevadas a sus espaldas, existe la posibilidad de andar entre ellos pero solamente con un permiso y con la compañía de un ranger (guarda forestal). Salt Valley Overlook, otro mirador del valle parecido al anterior.

Fiery Furnace viewpoint
Fiery Furnace Viewpoint
Sal Valley Overlook



Double Arch y The Windows



Después de unos kilómetros más al sur nos saltamos el desvío que te lleva hacia el arco icono de Utah ya que teníamos la intención de hacerlo el día siguiente porque es un sendero que requiere más tiempo y fuerzas. Seguimos hasta el siguiente desvío que te lleva a uno de los puntos más turísticos del parque, eso lo comprobaríamos al instante tras ver el parking tan lleno. ¡Muchísima gente! Casi imposible sacarte una foto solo así que decidimos que sería lo primero que haríamos al día siguiente, tocaba madrugar para tenerlo para nosotros solos. Aún así nos acercamos al Double Arch, como bien dice su nombre, un arco doble gigantesco donde todo el mundo subía por sus paredes. Aprovecharíamos también para hacer una parada en Garden of Eden, un lugar con muchos hoodoos al alcance de tu mano. Pero esto qué es ¿Bryce?


Double Arch
Double Arch
The Window al fondo
Garden of Eden
Tras ver como estaba el tema decidimos irnos a Moab a comer algo haciendo antes una breve parada en un lugar donde existen unas rocas gigantescas con nombres como The Courthouse Towers, The Organ, Torre de Babel o Three Gossips para sacar alguna foto del atardecer de una de sus grandes rocas que nada tienen que ver con arcos. Solo fuimos parando por estas rocas tan curiosas para sacar la foto e irnos directos a Moab antes de irnos a dormir a nuestro "camping".


Courthouse towers rock, arches national park
The Courthouse Towers Rock
Como nos prometimos hacer la tarde anterior, madrugamos mucho el día siguiente para tener The Windows para nosotros solos. Es uno de los lugares más visitados del parque así que teníamos que hacerlo de esta manera. Lo mismo ocurría con el Delicate Arch al que iríamos después, aún lo suficientemente temprano como para poder aparcar el coche, o esa era nuestra idea.

The Windows trata de tres arcos: El North Window y South Window además de Turret Arch. En North Window nos encontramos con un pequeño grupo de fotógrafos que hacían un curso de fotografía con una excursión por Arches y Canyonlands. Es un curso que se realiza una vez al año y que tiene como profesor a un estadounidense y a un ecuatoriano, pensaron igual que nosotros. Nos enseñaron un buen lugar desde donde se toman las mejores fotos, ¡echamos un buen rato aunque hiciera un frío que pela!

The Window Arch
The Window Arch

¡The Window toito pa mí!
Turret Arch
Turret Arch

Delicate Arch, el símbolo de Utah


Tras el buen comienzo del día nos fuimos sin esperar mucho hacia la caminata de Delicate Arch. Este arco es el arco imagen del estado de Utah y es protagonista en las matrículas de los coches entre otras cosas. 

En el parking había más coches de lo que habíamos esperado pero todavía era aceptable. Llegar a Delicate Arch se hace a través de un sendero de unos 5 km ida y vuelta que va mayormente por roca dura y que es algo duro de hacer, se estiman unas 2,5 horas y es solo recomendable para gente que se sienta en forma. Para nosotros tras hacer tanto hiking en los casi 3 meses de viaje resultó ser pan comido. Cuando llegamos había ya mucha gente madrugadora en la cola para sacarse una foto con el arco, se ve de lejos que es lo más popular del parque. A nosotros no nos gusta esperar demasiado así que hicimos lo que a nadie allí se le ocurrió hacer. Nos fuimos por su parte trasera, que aunque hay una cuesta muy empinada se puede hacer sin problemas. Además, el sol daba por este lado favoreciendo así a las fotos. Nos encontramos allí solos en nuestro mundo con el arco más famoso de Utah para nosotros solos. A la vuelta paramos en Wolfe Ranch, un rancho antiguo que aún está presente en el lugar. Existe otro desvío que te lleva a unos petroglifos pero ya habíamos visto suficientes anteriormente, en Albuquerque nos hinchamos de ellos así que lo pasamos de largo.

Delicate Arch por la parte delantera donde estaba todo el mundo esperando para hacerse una foto


Delicate Arch por la parte trasera
Delicate Arch desde otra perspectiva
Matrícula de coche con Delicate Arch


Para los más perezosos existe la posibilidad de ver este arco sin hacer ninguna caminata larga, para ello se puede conducir hacia Upper y Lower Delicate Arch Viewpoint. También lo hicimos para ver como se ve desde la lejanía. Ya que el arco se ve pero muy a lo lejos, se recomiendan prismáticos para verlo bien. Nada que ver con tenerlo encima de nosotros como en la caminata.


Tower Arch


Al ser una ruta no muy larga decidimos que haríamos otra caminata de longitud similar. Esta vez nos iríamos por una carretera de tierra bastante larga de unos 12 km lejos de los circuitos más turísticos hacia Tower Arch. Una caminata de unos 5.5 km ida y vuelta con la categoría de difícil por su dureza. No es nada de otro mundo pero con el sol que hacía en pleno medio día el calor apretaba y la sed se hacía presente, el agua no es que sea algo que abunde en este lugar tan árido.




La caminata merece mucho la pena hacerla, sus vistas son preciosas y la recompensa al final es grandiosa. El Tower Arch es un arco que no se queda detrás, su paz y aislamiento la hacen más especial. Aprovechamos para comer bajo la sombra de su arco junto a otras personas que pensaron lo mismo y echarnos una siesta de después de comer, las costumbres españolas, ¡qué no se pierdan!

Tower Arch

Otros lugares curiosos podrían ser Balance Rock, una roca que se mantiene en el aire como por arte de magia, uno se pregunta cómo no se cae de ahí, misterios de la naturaleza supongo. En cualquier caso, no nos pusimos demasiado cerca, ¡imagínate que hay un terremoto y esa bola cae en nuestras cabezas!


Balance Rock
Fueron dos días de ensueño, dos días que difícilmente olvidaremos y que marcarán para siempre nuestro viaje por los Estados Unidos, sin duda estaba siendo nuestro destino favorito hasta el momento. ¡Pero qué bonito es Arches!

Ahora le tocaba el turno a Canyonlands National Park, más lejos que Arches, al sur de Moab. Aún así, seguiríamos con nuestra base en el camping gratuito que encontramos, una buena forma de ahorrar con una ciudad que tiene de todo como Moab. Para celebrarlo nos fuimos a la hamburguesería más famosa de la ciudad, Milt's Stop and Eat, todo un icono, las colas son enoooormes así que ven pronto si quieres probar sus hamburguesas. ¡Canyonlands nos espera!





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Dos mundos en Canyonlands National Park, Utah

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Tras dos días para no olvidar perdidos entre arcos por Arches National Park tocaba visitar a su hermano mayor, Canyonlands, el parque nacional más grande del estado de Utah. Otro parque nacional que se encuentra bajo Moab donde los Ríos Colorado y Green forman una "Y" separando el parque en tres zonas que se distancian en más de una hora y no están conectados entre sí por carretera: "The Needles", "The Maze" (de muy difícil acceso) y "Island in the Sky".


Island in the Sky


Island in the Sky es la zona más visitada de Canyonlands National Park, supongo que por su cercanía a Moab, que se encuentra a 45 minutos. Es la zona que más cerca se encuentra de Arches así que dormimos de nuevo en nuestro camping gratuito. Para ver el paisaje más famoso llamado Mesa Arch decidimos ir con el amanecer, que es cuando se puede disfrutar más de unas vistas como estas. Ya lo hicimos en lugares como el Gran Cañón, Horseshoe Bend o en The Windows de Arches. 

Buenos días
Paisajes similares pero diferentes que te dejan perplejo cuando estás ante ellos. Mesa Arch era otro de esos lugares que queríamos disfrutar al máximo. No seríamos los únicos que pensaron en madrugar, al llegar a Mesa Arch nos encontramos con que el arco que sirve como de encuadre del paisaje estaba ya cogido por un montón de personas con los trípodes puestos. Está claro que es un lugar muy popular para venir a ver el amanecer. Resulta que era el grupo de fotografía que nos encontramos en The Windows y algunos madrugadores más. Para estar solos nos fuimos a la derecha del acantilado donde pudimos disfrutar del paisaje en solitario. Nos llevamos una hornilla para hacer café y calentarnos, ¡hacía mucho frío! Solo quedaba relajarse, respirar hondo el aire puro de la naturaleza y disfrutar del paisaje casi irreal que teníamos ante nuestros ojos. Al final pedimos al grupo de fotógrafos que ya conocíamos que nos dejaran un hueco para sacar algunas fotos como la de aquí abajo, es la misma imagen de portada de la guía de Suroeste de Estados Unidos de la Loleny Planet.

Amanecer en Mesa Arch
Mesa Arch amanecer, al final pudimos hacer una foto con el arco
Desde Mesa Arch nos dirigimos hacia otra de esas vistas panorámicas del cañón, un lugar llamado Grand View Point Overlook que se encuentra en todo el final de la carretera. Desde allí existe una caminata de 3.2 km de ida y vuelta que te lleva por borde del acantilado hasta llegar a una vista panorámica del cañón de White Rim muy espectacular, hasta se puede ver algo de The Needles en la lejanía, lugar al que iríamos al día siguiente. Nos estaba sorprendiendo tanto o más que el Gran Cañón del Colorado, ¡con eso lo digo todo!

Al final de la caminata con vistas al White Rim

Vistas del Grand View Point

A la vuelta paramos en otro mirador, para mí, uno de los que más me gustaron. Su nombre es Buck Canyon Overlook. Sorprende ver ese agujero abriéndose en la superficie. ¡Es una vista impresionante!


Buck Canyon Overlook
Seguimos conduciendo hacia atrás a la que sería la gran caminata del día, para ello nos fuimos a Upheaval Dome. Una especie de cráter de diferentes colores que para los que no quieren caminatas largas existen dos miradores. El primer mirador está a 1.3 km y el segundo más cercano al cráter a 2.9 km pero con bastante elevación. 

Upheavel Dome
Tras los miradores nos fuimos a hacer la caminata larga y dura llamada Syncline Loop, una caminata que suponía una especie de reto para nosotros. Esta ruta está catalogada como dura y difícil de seguir y solo se recomienda a gente con experiencia en el mundo del hiking, un cartel en el inicio te avisa de ello. Nos lanzamos a pesar de haber andado bastante ya durante la mañana pero nos encontrábamos con suficientes fuerzas como para hacerla. Cogimos comida y salimos desde allí mismo, desde Upheaval Dome. Es una ruta circular de 13.3 km que rodea al cráter, se suele hacer entre 5 y 7 horas.

Perrine junto al cartél donde te avias de los peligros del Syncline Loop
La primera parte no era dura en sí pero sí que había que estar concentrado en la ruta para no escoger el camino equivocado, a veces la ruta no es nada clara y tienes que suponer un poco por donde ir. El sentido de la orientación es importante para seguir esta ruta. En la segunda parte, después de comer algo, vino lo complicado de verdad. El camino deja de ser tierra firme para convertirse en un camino sobre rocas con mucha pendiente, una pendiente hacia abajo como si fuera escalada. Debíamos de estar con los 5 sentidos para no cometer errores ya que parecía peligroso. Yendo despacio y con buena letra llegamos al fondo del cañón. La tercera parte tocó ascensión al punto de partida, una parte que se nos hizo larguísima, estábamos muertos. Solo pensábamos en llegar al coche y quitarnos las botas. La ruta la hicimos en unas 5 horas y media, nada mal.







La caminata fue más que nada un reto para nosotros, no fue la más bonita que hemos hecho pero sí mereció la pena, ¡ya nos podemos considerar expertos! Tocaba volver a nuestra base para descansar, el día siguiente se nos presentaba de caminatas por The Needles.


The Needles District



Esta parte de Canyonlands NP se encuentra bastante mas lejos. Desde nuestro camping cerca de Moab tuvimos que conducir más de una hora para llegar al centro de visitantes. El camino en sí ya es bastante impresionante. Es una carretera que te lleva entre formaciones rocosas gigantes y paredes de roca que la gente suele utilizar para hacer escalada. Paramos en un lugar muy recomendado por la Lonely Planet. Su nombre es Newspaper Rock Recreation Area, una piedra de arenisca en la que existen agrupadas 300 pictografías, de aquí el nombre de "periódico". Unos dibujos que se atribuyen a los Ute y pueblos ancestrales de la zona durante un periodo de 2000 años. Es una parada fácil en la que no hay que andar nada para llegar a verlo, una parada obligatoria en tu camino a The Needles.

Newspaper Rock
Una vez llegados al centro de visitantes vimos una película del parque nacional muy inspiradora y nos dieron un mapa con las cosas para ver y recomendaciones de caminatas para hacer por el parque. 
Para empezar nuestra visita fuimos hacia Cave Springs, una caminata corta que te lleva por un antiguo campamento de cowboys y algunas pictografías, en la caminata existen dos escaleras y unas bonitas vistas de los alrededores. 

Es como si The Needles y Island in the Sky estuvieran en dos lugares muy diferentes, sus paisajes nada tienen que ver el uno con el otro. The Needles es un paisaje como si fuera de otro planeta, con formaciones de roca arenisca sobre un suelo desértico. Sin embargo, este recibe la mitad de visitantes que Island in the Sky, una de las razones es por su lejanía. Mucho de los visitantes vienen en 4x4 para descubrir muchas de sus zonas, solo accesibles con este vehículo. 



Nosotros nos iríamos a hacer una de sus caminatas en la maraña de cruces de caminatas que se reúnen en la zona de Elephant Hill. Elegimos ir hasta Chesler Park en una caminata donde pudimos ver a los llamados needles, unas formaciones rocosas mejor conocidas como "pinnacles", rocas pinchudas, a veces en forma de setas. La caminata no tiene grandes desniveles pero es larga, más cuando llevábamos ya 4 días sin parar de caminar. Existen muchas posibilidades como el conocido Druid Arch pero no había tiempo para mucho más.







Tras la caminata y bajo una tormenta nos acercamos hasta el Big Spring Canyon Overlook para terminar nuestra visita a The Needles. Para dormir nos fuimos de nuevo a nuestro camping por cuarta noche. Al día siguiente nos tocaba un día muuuyyy largo de coche, de una vez queríamos cruzar todo el estado de Nevada para llegar hasta Reno, muy cerca del Lake Tahoe, ya en el estado de California. Os cuento este curioso día de viaje por tierras desérticas y montañas nevadas de Estados Unidos en el siguiente post.




Post anterior del viaje: Arches National Park, pura fantasía natural
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Al Lago Tahoe por la carretera más solitaria de América

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Tocaba decir adiós al bonito estado de Utah tras 4 días haciendo rutas por dos de sus parques nacionales más impresionantes, sin duda es un estado que nos ha dejado huella. Este paisaje tan especial no se escapará de nuestra mente tan fácilmente. 


Por delante nos quedaba un día de mucho conducir, mucho mucho. Ni más ni menos que de Moab (en todo el este de Utah) hasta Reno (en todo el oeste de Nevada), ciudad en Nevada que está pegada a California, cruzar "de pe a pa" los dos estados haciendo un total de 1200 kilómetros que haríamos de una estacada, unas 12 horas sin parar metidos en el coche. Calculamos salir a las 5 de la mañana para llegar a una hora decente a Reno, donde nuestro más que ansiado hotel nos esperaba con las camas bien puestas tras muchas noches de camping por Moab. Con total oscuridad pusimos rumbo hacia el oeste, muchas horas nos esperaban con el culo pegado a sillón, 12 horas sin parar pero nos daríamos al menos 14 para hacer paraditas o imprevistos (que los tendríamos).

Una de las cosas que nos motivaban más a la hora de conducir por aquí era pasar por la llamada "The loneliest road in America" -La carretera más solitaria de América- Una carretera muy escasa de gasolineras y de vida humana con pequeñas ciudades con mucha distancia entre ellas, una manera de conocer un poco de la siempre olvidada Nevada (quitando a Las Vegas, of course

Nuestro viaje no pudo empezar peor. Tras un par de horas llegamos a Manti-La Sal National Forest, un lugar en mitad del estado de Utah. Una señora tormenta de viento y nieve se nos cruzó en nuestro camino. Lo que antes era lluvia se convertía en nieve en cuanto íbamos ganando altitud llegando a tal punto que casi ni se podía ver. 

En mitad de la tormenta
La carretera se estaba convirtiendo en una pista de patinaje, todo a nuestro alrededor estaba blanco y nosotros sin cadenas para los neumáticos y con visibilidad casi nula. No nos quedó otra que ir prácticamente a 30 por hora y esperar a que la tormenta parara. Fueron momentos de tensión ante el volante, estábamos en mitad de un puerto de montaña y la nieve no cesaba ni un segundo. Por suerte pasamos lo peor y empezamos a descender, la nieve poco a poco se fue convirtiendo en lluvia de nuevo, vaya alivio. El pueblo de Salina se nos presentó en el momento idóneo, estábamos escasos de gasolina y hacia un frío fuera bajo 0 que pelaba, el momento perfecto para un café y eliminar la tensión de nuestro cuerpo, además, en la gasolinera regalaban palomitas de maíz a los que llenaban el tanque. Vale, lo sé, es raro combinar café con palomitas de maíz, pero gratis es gratis :).

¡Ahí te quedas!
Más vale tarde que nunca

Pasamos por localidades como Scipio, Holden y Delta para dejar el estado de Utah. Era el momento de llegar a Nevada, el primer estado ya estaba hecho. Ely fue otro de esos lugares para repostar y comer, esta es la ciudad donde comienza de verdad la carretera Highway 50, mejor conocida como "The loneliest road in America".


Nuestra salvadora ciudad de Ely, lugar donde empieza la carretera más solitaria de América

Fue la mejor parte del día, es en esta carretera en la que disfrutamos más del paisaje. Una parte de Nevada desconocida para muchos pero de una belleza única. Cadenas de montañas un tras otra que se imponían siempre presentes el horizonte y a ambos lados de la carretera. A veces carreteras rectas interminables de kilómetros y kilómetros que te permitían hasta echarte una siesta sin tener un accidente donde se nos aparecieron fenómenos curiosos como la Fata Morgana (ilusión óptica en el horizonte debido al calor del asfalto) que parecían que los coches que estaban delante nuestra volaban sobre el asfalto.



El curioso reflejo de la Fata Morgana



Llegando ya a Reno el paisaje se volvió desértico, un paisaje más acorde a donde nos encontrábamos. Incluso llegamos a conducir por debajo del nivel del mar, la sal sobre la superficie y los montes pelados nos lo contaban. En realidad nuestro hotel reservado se encontraba en una ciudad pegada a Reno llamada Sparks, a tan solo algunos minutos de Reno. Fue impresionante volver a una ciudad tan grande después de tanto tiempo. De nuevo nos sentíamos ciudadanos de este mundo.

Paisajes desérticos casi en Reno
Una vez en nuestro hotel de arquitectura victoriana, el simpático recepcionista (¡no era indio!) nos dio las llaves de nuestra habitación y nos colocamos inmediatamente en ella, estábamos muertos tras tanto coche. No había ganas de salir así que nos duchamos y nos acomodamos en nuestra habitación, era lo que nos pedía el cuerpo. Reno es una ciudad famosa, pero con tu permiso, te vamos a dejar de lado.

Al día siguiente ya descansados hicimos compras por la mañana en el famoso Walmart y nos dirigimos hacia el Lago Tahoe, un lago con una parte en Nevada y otra en California, iríamos a la parte californiana para ya quedarnos en el estado. 

El Lago Tahoe es un lugar famoso para venir a hacer deportes de invierno, que con la ultima nevada que había caído estos días estaba en pleno auge. La ciudad de Tahoe City estaba llena de gente que viene a hacer deportes de nieve o a disfrutar y relajarse con las vistas del bonito lago. Es una ciudad típica de vacaciones donde todo es y luce muy caro, la gasolina sobre todo. Estaríamos solo para darnos una vuelta por el paseo del lago y seguiríamos rodeando este gran lago con el coche por suroeste, donde guarda sus mejores vistas.

Lago Tahoe
Lago Tahoe

Lago Tahoe
Tahoe City
Pasamos por pistas de esquí hasta llegar a Emerald Bay, donde se encuentra la vista más bonita de todas. La Cala de Emerald alberga una isla muy pequeñita llamada Fannette, donde se encuentra Vikingsholm, un mini castillo de arquitectura escandinava creada por un arquitecto sueco en 1929 que me hacia recordar a nuestros días en Bled (Eslovenia), guardando las distancias, ¡el lago de Bled es más bonito! Vikingsholm es considerado como uno de los mejores ejemplos de arquitectura escandinava en los Estados Unidos.


Emerald Bay con la isla de Fannette en medio
Vikingsholm


Para conocer mejor esta zona del lago necesitaríamos al menos 2 o 3 días, es un lugar para explorar detenidamente, con mucho deporte y senderismo que ofrecer. También hay que decir que es un destino para gente con más presupuesto que el nuestro para aprovecharlo mejor. Nosotros elegimos nuestros días para pasarlos en Yosemite, el que sería nuestro siguiente destino y en el que solo necesitábamos nuestras dos piernas y un coche para descubrirlo. 

Decidimos ir a dormir de camino a Yosemite National Park para empezar ya al día siguiente así que echamos un vistazo a freecampsites.net y vimos que había uno a más o menos una hora del parque nacional situado en la extensa Sierra Nevada. Ese sitio donde podíamos acampar gratis se encuentra en Stanislaus National Forest y para llegar a él tuvimos que conducir desde Tahoe por carreteras de alta montaña con todo el paisaje nevado. El nombre del camping es Lumsden Campground.


De camino a Stanislaus
Para llegar al sitio tuvimos que bajar hasta el río por una carretera muy estrecha y mala de tierra que hicimos a casi 15 km por hora si había suerte, había muchas piedras grandes sueltas y estaba en muy mal estado. Es más que nada para hacer con un 4x4 pero con paciencia lo pudimos hacer con nuestro coche, hay que andar con mucho ojo para llegar hasta el río, concentración 100% si no quieres acabar cayendo por el precipicio. Las vistas de este lugar de Stanislaus son muy bonitas, es un lugar que hace pocos años sufrió un incendio devastador que salió en todas las noticias del mundo (llegó hasta Yosemite) y que se encuentra en plena recuperación, aún se ven los troncos de los árboles renegridos por lo que pasó. El campamento junto al río es perfecto, una vez que sobrevives a la carretera llegar al camping es un gran alivio. Parece mentira que pueda ser gratuito, dispone de baños, mesas y cajas metálicas anti-osos para guardar la comida, cosméticos y cosas que puedan oler. ¡Habíamos entrado en territorio del oso! El día siguiente era un día que habíamos esperado ansiosamente desde que empezamos este viaje, íbamos a visitar uno de los lugares más famosos del mundo, Yosemite National Park.

Contenedor para guardar todo alimento para tener fuera del alcance de los osos
Hasta ahí abajo teníamos que llegar para el camping, no iba a ser tarea fácil.
A la mañana siguiente saliendo hacia Yosemite



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Cataratas de colores en Yosemite National Park

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Con el paréntesis delcorto paso por elLago Tahoe con noche de hotel incluida, estábamos listos para pasar de nuevo a la acción de verdad. Qué mejor sitio para ello que Yosemite National Park, el parque nacional más antiguo de Estados Unidos, patrimonio mundial de la UNESCO y uno de los más populares.Una fama ganada por su belleza única, no hay lugar para decepciones como a algunos les pueda pasar con elGran Cañon del Colorado, por ejemplo.

Salimos de Stanislaus National Forestpor la terrible carretera del día anterior cuesta arriba y el coche sobrevivió una vez más, nos quedaba más de una hora para llegar a Yosemite. Una vez más, nuestro annual pass nos hizo ahorrar una pasta de la entrada al parque, el dinero que nos hemos ahorrado con este pase se cuenta en cientos de dólares.

Lo primero que fuimos a hacer es ir en busca de un lugar donde acampar cerca de Yosemite, aquí no nos quedaba otra que buscar un lugar de pago donde poner nuestra tienda de campaña. Sabíamos lo de que suele estar lleno así que fuimos bastante temprano al centro de visitantes donde preguntaríamos por ello.  

Yosemite Village se encuentra en pleno valle de mismo nombre, cerca del centro tienen un aparcamiento gratuito gigantesco desde donde puedes andar por el pequeño pueblo. En el pueblo dispones de supermercado, hoteles y alguna tienda más aparte del buen centro de visitantes. Allí pediríamos el mapa del parque y preguntaríamos por las mejores caminatas para hacer en los tres días que teníamos pensado pasar. Respecto a lo del camping, todos ellos en el Valle de Yosemite estaban con el cartel colgado de FULL, el único sitio donde aún tenía plazas libres era en un campground de la entrada al parque, es decir, a 40 minutos en coche. Fue todo un putadón tener que conducir de vuelta para ir hasta el camping y pillar el sitio para que nadie nos lo quitara pero no nos quedaba otra opción. Así que de nuevo 40 minutos ida y otros 40 de vuelta desde el valle para empezar a visitarlo en condiciones, demasiado tiempo y gasolina perdidos subidos al coche.

Yosemite valley map
Nuestro mapa con las rutas marcadas
La carretera principal de Yosemiteestá siempre repleta de gente, da igual en que mes del año te encuentres, es una de las principales atracciones de este estado tan poblado llamadoCalifornia. Llegando por la carretera del valle, que no tiene salida, empieza el espectáculo, unas cascadas altísimas con agua en abundancia caen a ambos lados de la carretera y la gigante piedra de El Capitán con su pareja Half Domehacen de una delicia para la mirada de cualquier ser vivo. Si hay que destacar una cosa sobre todas las demás eso son sus cataratas, las veríamos para todos los gustos,por suerte nos encontrábamos en la mejor época del año para ello.

Decir que Yosemite cierra algunas de sus carreteras en temporada de invierno así que no pudimos ver la totalidad del parque, sobre todo no pudimos hacer la carretera que te lleva al famoso Mono Lake ni subir aHalf Dome.Nos concentraríamos en el Valle de Yosemite, lugar con atractivos suficientes como para mantenernos busy los tres días que teníamos planeados pasar por aquí.

Yosemite Falls
Una de las cataratas que se ven desde la carretera principal
Lo que nos quedaba de primer día lo dedicaríamos para hacer las visitas "fáciles" como el mirador de Tunnel View, posiblemente la vista más famosa del parque. Esta vista sirve ni más ni  menos que de portada de laúltima Loleny Planet de California. Desde el mirador puedes ver todo el Valle de Yosemite con sus bastos bosques y sus bonitas cascadas dibujadas en muchas ocasiones con arcoiris.Es un sitio muy visitado por la impresionante vista y la facilidad para llegar. Nosotros buscamos un poco de soledad con estas vistas y nos fuimos por un sendero cuesta arriba llamado Inspiration Point. Un lugar con las vistas parecidas (desde más alto) pero con la diferencia de que lo tienes todo para ti.La peor parte fue lo que cuesta llegar y los árboles que hay en medio de las vistas, habíamos planeado un día tranquilo sin caminatas duras y no estaba siendo así. ¡No subas si no quieres sudar la gota gorda!
Tunnel View Yosemite
Paisajes de portada

Yosemite Cascades
Las coloridas cataratas de Yosemite
Inspiration Point viewpoint Yosemite
Mismas vistas pero desde Inspiration Point
Una de las otras paradas obligatorias es la de Bridalveil Trail. Una cortísima (0.8 km ida y vuelta) caminata que te lleva a los pies de la Catarata de Bridalveil, un impresionante chorro de agua que cae a 189 metros de altura que cuando te acercas te moja de pies a cabeza, te recomiendo que traigas un chubasquero si se te ocurre acercarte por aquí.

Mojándonos en las Bridalveil Falls
Otras de las caminatas fáciles y bonitas de hacer es la Mirror Lake Loop, una caminata de 2.8 km hacia unos lagos que sirven de espejo de las montañas que lo rodean, ya he perdido la cuenta de cuantosmirror/reflection lakes hemos visto ya. Ruta muy plana por un camino pavimentado en la que vimos a muchas familias y gente mayor. Todas estas rutillas serían puro calentamiento para lo que nos esperaba los días siguientes... pero ya veis que no hace falta hacer grandes caminatas para tener vistas preciosas de Yosemite.


Mirror Lake

La noche en el camping la pasaríamos rodeado de gente sentada junto a su hoguera descansando de las caminatas. Como en Stanislaus y por toda esta zona de Sierra Nevada, aquí también existen en cada camping las cajas anti-osos para guardar todo alimento o producto que pueda oler, no se pueden dejar ni en el coche, estos osos han creado un instinto único como para averiguárselas y entrar en tu coche. Por suerte o desgracia no vimos a ninguno, tampoco a un puma que se vio cerca de este camping hace poco, un cartel te advertía de ello y de como tienes que reaccionar en caso de un encuentro. Nos lo estudiamos bien por si las moscas.



Sendero Yosemite Falls


En nuestro día dos empezaríamos subiendo por el sendero llamado Yosemite Falls, uno de los más populares del parque que te lleva desde los pies de la catarata hasta arriba, donde sus aguas se desploman de repente al vacío. La Yosemite Falles conocida por ser la catarata más alta de Norte América, aunque no sé si es del todo cierto. La ruta tiene un total de 12 km con 823 metros en elevación lo que hace que se estimen de 6 a 8 horas para completarla, es decir, echar el día prácticamente.Al terminarla, créeme, no tendrás muchas ganas de más. 

La primera parte va todo cuesta arriba hasta llegar a un mirador de todo el valle, primera parada para descansar y disfrutar de las vistasque ofrece esta ruta del valle.

Primer mirador de la ruta
Hasta llegar a las cataratas es una subida dura donde se gana mucho en elevación en muy poco tiempo, una parte muy agotadora para las piernas y pulmones que no terminaría aquí.Las vistas cercanas a las cataratas bien merecen la pena, este punto es llamado Upper Yosemite Falls Viewpoint. Mucha gente, como nosotros, estaba ya con la lengua fuera, gente que vimos que nos pasaban como rayos al principio de la caminata y que acabaríamos sobrepasando llevando nuestro ritmo no tan rápido pero contínuo

Los simpáticos stelar-jays azules
Los duros escalones del sendero
Yosemite Falls Upper Viewpoint
Tras varias paradas para descansar y bajar nuestro ritmo cardíacollegamos a lo que se llama Top of Yosemite Falls. Para muchos supone el final del sendero pero para nosotros seguiríamos más arriba para tener unas vistas incluso más altas de todo el valle a un lugar llamado Yosemite Point (3 km más). No iba a ser fácil llegar ya que la nieve a estas alturas lo cubría todo, borrando el sendero que se dirigía a lo más alto. Seguimos nuestro instinto y tras estar un poco perdidos llegamos al lugar con los puños de victoria en el aire. Era el momento de sentarnos, comer y ¡disfrutar de estas vistas tan increíbles!

Perdidos en busca de Yosemite Point
 ¿Pa' donde tiramos?
¡Todo el valle para nosotros!
We made it!
El famoso Half Dome
Yosemite Valley view

La cuesta abajo la hicimos rápido, aunque duro para las rodillas, lo pudimos hacer sin problemas. Lo malo era la gente que se acumulaba subiendo y bajando, demasiada para nuestro gusto, haciendo que tuviéramos que parar en seco en más de una ocasión. Es lo que tiene el ser una de las rutas mas populares.

Sendero de Vernal Fall y Nevada Fall


Al día siguiente haríamos otra ruta de las largas, aunque más corta y menos dura que la del día anterior (5-6 horas, 8.7 km). De nuevo una ruta que nos llevarían por cataratas asombrosas. Es difícil quedarte con una favorita, cada una tiene su punto diferente.

Para llegar al inicio del sendero cogimos el autobús de cortesía del parque ya que aparcamos algo alejados del inicio. Desde la salida empezamos a subir poco a poco hasta llegar al primer punto de la ruta, un puente de madera con vistas a la Catarata de Vernal
Nuestro siguiente objetivo era estar en lo alto de las Vernal Falls, una subida por escalones con vistas a las cataratas con una parte que se pasa por debajo de unas rocas y donde te mojas de lo lindo, sobre todo por el viento que había.




Una vez arriba existe como una roca lisa donde todo el mundo estaba disfrutando del sol y las vistas, algunos echando la siesta y otros comiendo. Se puede asomar la cabeza y ver como cae todo ese chorro de agua, ¡algo impresionante! 


En lo alto de Vernal Falls
Tras un merecido descanso iríamos a lo más duro de la ruta, subir hasta las segunda catarata llamada Nevada Fall por un camino muy rocoso. No menos espectacular que la anterior y con un tiempo de sol perfecto. Una vez arriba tocó otro rato de descanso, comer y bajar de vuelta.

Encima de Nevada Falls
Añadir leyenda

El sendero se puede seguir hacia arriba para llegar hasta Half Dome pero ese camino está cerrado en temporada baja así que tuvimos que irnos de vuelta, es la ruta más desafiante de Yosemite Valley, solo los más atrevidos se atreven a ello cuando se abre al público, una pena que llegáramos a destiempo.
 
Aprovechamos para irnos a Curry Village donde tienen wifi (limitado) gratuito. Para ello han creado como una casa de madera con muchas sillas, sillones y hasta mecedoras  donde la gente se sienta para aprovechar del internet con su móvil, portátil o beberse una cerveza tranquilamente. En frente de esta casa hay como un restaurante y un mini supermercado donde compramos unas bebidas y algo para picar. Un buen momento para sentarnos junto al portátil y descansar nuestras maltratadas piernas.

Habíamos pasado 3 días viendo maravillas en el parque, sin duda, el Parque Nacional de Yosemite, es toda una joya natural, un valle glaciar de una belleza sinigual donde las gigantes y majestuosas rocas de nombre Capitán y Half Dome andan presentes y perennes para el disfrute de sus visitantes. Nos despedimos con un atardecer con vistas de ensueño para decir hasta nunca a uno de los lugares más bonitos de los Estados Unidos. Era el momento de dirigirnos hacia la ciudad de San Francisco haciendo antes noche de nuevo en Stanislaus National Forest.






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San Francisco, mucho más que el Golden State Bridge

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Y de repente nos encontrábamos de nuevo en la costa. Como se hecha de menos el mar cuando estás un tiempo sin verlo, sobre todo para alguien como yo que ha nacido a 50 metros del mar, siempre es un placer volver a tu hábitat, ¡siempre!. San Francisco se presentaba como La Ciudad de nuestro viaje por esta parte de los Estados Unidos. La ciudad del puente, de la películas, del océano Pacífico; la ciudad de la niebla y de las cuestas; la ciudad de la revolución gay y del Chinatown por excelencia pero también la ciudad de los yonkis y vagabundos en exceso, de la concentración de gente rara más grande que nunca me he encontrado; la ciudad del parking imposible y caro, de las multas inventadas y una de las ciudades más caras en las que he estado nunca. San Francisco nos regaló sus dos caras diferentes, la buena y la mala, una historia más de unos viajeros que os escribo a continuación. Welcome to San Francisco!

Queríamos visitar San Francisco a bajo coste, una misión que resultó ser mucho más complicada de lo esperado. La primera estacada nos la llevamos llegando por un tráfico que fue aumentando en cuanto más nos acercábamos a la ciudad. Para poneros un poco en situación, la ciudad de San Francisco está rodeada de puentes salvo por el sur, no hay otra opción si vienes del norte o del este. Sus puentes son de pago sólo en dirección hacia la ciudad, nos tocó acoquinar dos veces. Uno que va desde Richmond al norte de San Francisco de 5$ y el famoso Golden State Brdge donde nos clavaron 7.75$ y que se paga por internet, tu matrícula es capturada por las cámaras ¡lo ignorábamos totalmente, fiuuuu! 

Antes de cruzar el ícono de la ciudad llamado Golden State Bridge hacia el centro de San Francisco decidimos parar en Sausalito, un barrio muy coqueto de pijos donde nos fue imposible aparcar gratuitamente, la segunda estacada del día era un hecho. 
Decidimos ir al Starbucks para tener buen internet y buscar en Couchsurfing alguien que nos pudiera alojar en la ciudad, no preparamos bien nuestra visita a San Francisco y lo estábamos pagando. Descartamos la opción de hotel u hostal porque todo era carísimo, imposible para nuestro limitado presupuesto. En Couchsufing nos fue imposible encontrar algo, la gente en San Francisco está muy solicitada y poca gente acepta sin casi tiempo de antelación, misión imposible. 

Eso nos dejaban pocas opciones, una de ellas era acampar. Como en LA, era algo poco común y caro en ciudades grandes (o eso creíamos en un principio, luego veréis porqué), no nos merecía la pena así que acudimos a nuestra última carta de la baraja, dormir en el coche en el rest area del puente de Golden State donde tienen servicios. Estos rest areas de las highways están creados para que puedas descansar y permanecer en ellos hasta un máximo de 8 horas, perfecto para echar la noche y salir de día a descubrir la ciudad, además podíamos disfrutar de las vistas del skyline de San Francisco, ¡que más podíamos pedir! Al final lo íbamos a hacer hasta gratis con el único gasto de tener que cruzar el Golden State para pasar la noche durmiendo de aquella manera de producto enlatado...no era la primera vez que lo hacíamos en el viaje.


Skyline de San Francisco desde el rest area donde dormimos
Las vistas de nuestro hotel
Al día siguiente nos fuimos al centro para visitar la ciudad. Estuvimos como 1 hora buscando un sitio que no fuera demasiado caro, ¡la de vueltas que dimos! Finalmente decidimos irnos al barrio The Mission, el barrio latino de SF. Aquí encontramos un parking donde dejar el coche durante todo el día por 15$. The Mission es un barrio con bonitas iglesias de misiones como la de San Francisco de Asís y bonitas fachadas con murares de edificios que nos gustaron mucho como la del Edificio de la Mujer, un mural que fue pintado por 7 mujeres artistas que llamaron MaestraPeace. 


En este barrio encontramos oro. Si quieres comprar fruta y verdura barata, ¡¡este es el lugar!! Es mucho más barato que en los caros supermercados, ve a los mexicanos de la calle Mission Street para comprar decente.


edificio de la mujer san Francisco
El edificio de la mujer


Las casas típicas de San Francisco
Desde The Mission se puede llegar fácilmente a pie hasta otro de los barrios bandera de San Francisco: Castro. Este barrio es y será de por siempre conocido como el barrio gay donde la opresión gay tuvo la mayor respuesta de la historia, si no conocéis la historia del Harvey Milk podéis ver la película "Mi nombre es Harvey Milk", donde cuenta la historia real de un ciudadano que llegó a ser político famoso y abiertamente gay cuando este tema aún era un gran tabú. Sean Peann hace un papel brillante en la película. Harvey convirtió al barrio de Castro en el centro de la libre expresión homosexual. Finalmente acabó siendo asesinado por otro político, el cual se acabó suicidando. Una historia dramática y apasionante a la vez que podamos sentir paseando por sus calles llena de arcoiris. 

Sus pasos de cebra son de los colores de la bandera gay y por sus tiendas puedes ver ropa y temática gay por todos sitios. La tienda de Milkey (575 Castro St) donde hacían reuniones políticas entre otros asuntos se puede visitar actualmente, ahora mismo sirve de tienda de ropa donde en sus paredes hay pantallas con la película.


Castro


Fue paseando por este barrio que nos pasó algo curioso, un asiático chino con su ipad y con una especie de micrófono incorporado nos paró por la calle para hacernos unas preguntas. Nos dijo que estaba en directo para la televisión de su país y nos preguntó cosas como de donde eramos o porque estábamos en SF.  No sé quien había detrás de esa pantalla pero respondimos con gusto, quizás nos hemos hecho famosos en China y no lo sabemos, habrá que ir a ver que pasa. ¿no crees? (cualquier excusa es buena para viajar :-P)

No volveríamos al coche, lo haríamos todo a pie, iba a ser un día de esos en el que acabamos con dolor de pies pero era la mejor forma para nosotros, casi siempre lo hacemos así, tratamos de coger lo menor posible el transporte público. La siguiente parada tras una larga caminata por la larga Market St nos llevaría al downtown de SF, la zona más concurrida de la ciudad. Decir que la calle Market St tiene zonas donde da cosa pasar, la cantidad de locos y enganchados dan un poco de respeto. No pasaría por ahí a altas horas de la noche.

Antes de llegar a Union Square nos desviamos hacia el famoso ayuntamiento de la ciudad en el que se puede entrar libremente y andar por donde quieras, incluso puedes ver a políticos y pasear por los pasillos de sus oficinas, algo que me sorprendió. Cualquier persona puede contactar con los políticos sin ningún tipo de barrera. Una de las cosas que se suelen ver en el ayuntamiento es muchas parejas casándose. En nuestro poco tiempo allí vimos como 5 parejas (todos asiáticos) haciéndose la sesión de fotos y haciendo cola para casarse. Estando en la planta de arriba fuimos testigos de una boda de inicio a fin. ¡Qué vivan los novios!




El ayuntamiento de San Francisco desde la Civic Plaza
El ayuntamiento tiene su mejor vista desde la amplia Civic Center Plaza, una plaza llena de extraños árboles para nosotros. Al otro lado de la plaza se encuentra el gran Museo de Arte Asiático. Siguiendo por Market St pasamos por la animada Hallidie Plaza, un lugar con mucho arte callejero donde se concentra la mayor cantidad de gente de la ciudad, estamos en zona de tiendas y eso siempre se nota, un afro-americano hacía claqué a ritmo de hip-hop, cosas así son las que me gustan ver en Estados Unidos, arte local. 

Es en este lugar donde el famoso cable car (una especie de tranvía) da la vuelta para volver hacia atrás. Es un punto en el que termina el carril y sobre un circulo da la vuelta  en el mismo eje automatizada de 180 grados. Es curioso ver como el tranvía sube esas cuestas empinadísimas llena de gente sin problema alguno. No nos subimos porque es ridículamente caro, y lo llaman transporte público...

cable car SAN FRANCISCO
Las cuestas del cable car

Desde la plaza nos fuimos hacia Union Square, uno de los lugares más famosos y céntricos de la ciudad, por allí subimos a lo más alto de un centro comercial (un restaurante llamado Cheesecake Factory) para tener vistas de toda la plaza. Aquí encontramos los edificios más altos que habíamos visto en San Francisco. se nota que estábamos en pleno downtown.

Union Square
En la plaza había una exposición y mucha gente sentada en mesas bebiendo un Starbucks,, escribían en su portátil e incluso vi a gente leyendo el periódico (elemento en peligro de extinción). Nuestro siguiente objetivo fue llegar al famoso barrio de Chinatown, un barrio por el que siempre nos gusta caminar. El barrio chino de San Francisco es uno de los más grandes y poblados de todos los Estados Unidos, una vez que cruzas la puerta del dragón es como si entraras a una auténtica ciudad china. A ver si tras la entrevista que nos hicieron en Castro nos iban a reconocer, el bolígrafo lo teníamos preparado para ir firmando autógrafos por sus calles. 

Sus restaurantes, tiendas, gente, los olores, los edificios, todo este conjunto te hace sentir como si estuvieras en la mismísima China (nada, seguimos queriendo ir a este país). Nos metimos por entre calles de Spofford Alley donde empezó este barrio y en entrecalles como Waverly Place donde en sus terrazas ondean banderas pintadas con rezos chinos. Encontramos un lugar donde creaban las galletas chinas de la fortuna, un mujer china mayor se encargaba de meter los papelitos en aquella masa. Por un precio de risa pudimos comprar un par de galletas de la suerte recién hechas. Yummy. Mejor no os digo lo que ponía el papelito.

Chinatown
Salimos de Chinatown y nos dimos una vuelta por las colinas de San Francisco, era el momento de subir cuestas y tener grandes vistas. Nuestra intención era la de llegar hasta la Coit Tower en todo lo alto de Telegraph Hill, el lugar más alto en el que puedes estar en la ciudad. No hace falta subir a la torre para tener vistazas de los alrededores de la ciudad, la cual está rodeada de agua, de puentes y con la famosa Isla de Alcatraz a vista casi de pájaro. Para no gastar demasiado decidimos que solo uno de los dos subiría a la torre, ¿piedra, papel o tijeras? Al final decidimos que le tocaría a Perrine (que mala perdedora) ya que la última vez que lo hicimos me tocó a mi subir, fue en Estambul en la Torre de Galata, ¡la próxima vez me roca a mí!

Al fondo el edificio que define el skyline de SF
Vamos ganando altura
La isla de Alcatraz
Vistas desde la torre de Coit

Bajamos la colina y tras un buen rato caminando llegamos a otro de los lugares imagen de la ciudad, una estrecha calle en zigzag cuesta arriba por la que van y vienen los coches, hay que verlo en directo para saber porqué es tan curioso. El lugar se llama Ina Coolbrith Park.

El camino de Ina Coolbrith Park
Atardece en San Francisco
Al volver al coche paramos por tiendas en el barrio de Missions para comprar fruta y verdura a muy bien precio, todos en las tiendas eran mexicanos. Cogimos al coche y cruzando el Golden State Bridge llegamos de nuevo a nuestro rest area donde nos haríamos la cena y pasaríamos la noche junto a otras caravanas. No nos podíamos quejar estábamos durmiendo gratis en San Francisco! Mientras cenábamos vimos como unos mapaches buscaban comida en las basuras, ¡vaya sinvergüenzas están hechos! Las fotos que tengo son muy malas así que mejor no poner nada.

Al día siguiente misma operación, buscar aparcamiento no mola en San Francisco, eso ya lo sabíamos. Tocaba visitar otra parte, es imposible aburrirse en esta ciudad, tiene tanto que ver y hacer que se necesitan semanas. Como era muy temprano aparcamos en una de las cuestas cerca de la costa norte -North Beach- y nos metimos en un Starbucks a bebernos un cafelito mañanero y aprovechar internet, se estaba convirtiendo en todo en ritual en nuestro viaje en Estados Unidos, nos iremos del país enganchados a la caféina... 

Estuvimos algo así como una hora y media fuera y al volver nos encontramos con una sorpresa en forma de carta cogida con el limpia parabrisas delantero, ¡una multaaa! ¿Pero cómo es posible? El parkímetro estaba pagado, ¿qué hemos hecho mal? La multa decía que nos cobraban 62$ por "parking on grades", seguíamos sin entenderlo, ¿qué quieren decir? Tuvimos que preguntar a un local que pasaba por allí para entender el porqué de la multa. Un hombre señaló a nuestras ruedas y nos dijo, "esas ruedas tienen que estar giradas contra el bordillo de la acera cuando es en una cuesta de esta pendiente" - Whaaaat!!?? Buscamos alguna señal que dijera algo sobre ello sin exito, nunca habíamos oído hablar de algo similar. Cómo pueden multar por algo así. Al no haber señales sobre ello y con la excusa de que somos "guiris" y no conocíamos la norma enviamos un email para reclamarla. No hubo suerte, a los pocos días nos contestaron de que la multa estaba bien puesta...

En fin, lo de si lo íbamos a pagar estaba por ver. 

Con tal putada teníamos que afrontar el resto de día. Nos fuimos a pasear por su costa, exactamente por The Marina y el Victoria Park desde donde se tienen buenas vistas. Llegamos hasta los famosos piers de la ciudad donde se junta gran parte de los turistas, en la zona conocida como Fisherman's Wharf En concreto pasamos por el Pier 45 donde hay actualmente astilleros trabajando y donde existen barcos reconstruidos en forma de museo o incluso un submarino como el USS Pampanito, reconstruido tras 6 viajes en la segunda guerra mundial. En este pier también se encuentra el Museé Mecanique.


Más adelante y pasando por restaurantes varios y mucha vida en sus calles gracias al buen tiempo que estaba haciendo llegamos al más famoso de todos, el"Pier 39". El lugar más animado de toda la costa norte. Lleno de lugares para comer, diversión, actuaciones callejeras y gente, mucha gente. Sin embargo, para mí, lo mejor del Pier 39 se encuentra al final, donde una colonia de leones marinos apestosos duermen tranquilamente mientras cientos de turistas les sacan fotos, algunos lo saben y posan para ellos, que granujas que son. También es un buen lugar para ver la Isla de Alcatraz a lo lejos, a la que desgraciadamente no pudimos visitar por una cosa y otra. Nuestra gran tarea pendiente en SF por si algún día pasamos de nuevo por aquí.

Los leones marinos de Pier 39
Pier 39
Alcatraz
Esa noche dormiríamos en otro lugar diferente, nos enteramos de que existía un camping gratuito llamado Bicentenial Campground (solo 5 parcelas) no lejos del rest area donde habíamos dormido ya 2 noches. Para acampar hay que llamar para reservar y recoger el permiso en un centro de visitantes de Golden Gate National Recreation Area. Por suerte quedaba un lugar libre así que nos dirigimos hacia allí. Además, es una zona de mucha belleza natural que disfrutaríamos de lo lindo por el resto del día. Desde esta parte de San Francisco existen unos miradores del puente, del skyline de SF, del océano y de unos acantilados impresionantes. Por los miradores de los acantilados se pueden entrar a unas baterías de artillería de defensa los cuales están en un estado preocupante. En la zona también se puede visitar un faro que se encuentra en un paisaje digno de admirar. Tan cerca de una ciudad loca como San Francisco y tan salvaje donde mucha gente vienen a desconectar. 

Me encantó.

Golden Gate National Recreation Park
Los bnkers en la costa californiana
Quien iba a esperarse esto a distancia de bicicleta de San Francisco
El Faro
Un barco que se pierde por el inmenso Océano Pacífico
Ya que estábamos por aquí aprovechamos para ir a los miradores del Puente de Golden Gate, donde también hay unas baterías de artillería de defensa abandonadas. Lugar obligado para tener unas vistas muy buenas del puente y la ciudad. Must do!

El famosísimo puente de Golden Gate, que a decir verdad, tampoco es para tanto.
Esa noche dormiríamos mucho mejor que en el coche, de nuevo podíamos utilizar nuestra tienda de campaña en un lugar único y privilegiado con vistas al mar. Al día siguiente empezaríamos a viajar por la famosa Highway 1 dirección Los Ángeles, nos vamos back to LA baby! Disponíamos de 5 días para ello, una de las carreteras más bonitas de toda la costa Oeste de Estados Unidos que queríamos ver con tiempo suficiente.

Y tras 7 días volvimos a SF... :

Volvimos a San Francisco desde Los Ángeles... en un caravana gigantesca, el cómo y el porqué lo explico en los próximos artículos. Y no, no nos tocó ninguna lotería.

Llegando a SF por el sur
Playa del oeste de SF
Volvimos a San Francisco a echar un día más para ver algunas cosas que nos habíamos dejado en el tintero como por ejemplo el gran parque de Golden Gate Park. Un parque gigante y rectángulo en pleno centro de San Francisco, algo así como el Central Park de Nueva York pero más grande aún. Un parque muy visitado por el que nos daríamos una buena vuelta. El tiempo era feo y hacía frío pero aún así nos lo pateamos durante un par de horas o tres visitando sus diferentes partes.


Fuente: Wikkicommons
La plaza de los museos de Golden Gate Park
Molinos holandeses en Golden Gate Park
Pájaros coloridos en el Golden Gate Park
No podíamos irnos de SF sin ver su famosa niebla, ni se podía ver el puente desde el rest area donde dormimos en nuestra caravana
No nos podíamos ir de San Francisco sin conocer su famosa neblina que a menudo cubre a la ciudad de esa capa blanca. Cambiábamos de estado...y no cerca precisamente, ¡más aventuras en el próximo post!


Post anterior del viaje: Cataratas de colores en Yosemite National Park
Siguiente post del viaje: Próximamente

Ruta de 6 días por la highway 1 de la costa californiana

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Si queríamos costa, la íbamos a tener a base de bien. Tras la doble cara que nos dejó San Francisco cogimos la archiconocida highway 1 con 6 días por delante para parar donde quisiéramos. No es fácil, entre Los Ángeles y San Francisco hay un sin fin de lugares interesantes para disfrutar del sol, del océano, ciudades con encanto y del placer de conducir. No podíamos verlo todo así que hicimos nuestra elección. Es difícil meter estos 6 días en un post pero allá que voy, a continuación enumero las 17 paradas más importantes que hicimos en esta bonita costa californiana:


Ruta de 6 días entre SF y LA, lugares de nuestra ruta marcados en el mapa:






1- Muir Woods National Monument


Antes de ir en dirección sur, subimos un poco al norte a un lugar que tanto nos recomendaron y que vimos en todos los tours para hacer desde San Francisco. Un lugar donde aún viven unos dinosaurios en forma de árboles, unos gigantes llamados secuoyas o redwood de costa por los que se puede caminar en una de sus rutas, uno de los pocos bosques primarios de redwood supervivientes de la Bahía de San Francisco. Al norte de California existe un lugar patrimonio de la UNESCO llamado Redwood National Park, con una mayor concentración de estos árboles que nos quedamos con ganas de visitar por su lejanía. Es por ello que nos fuimos hacia Muir Woods, para tener aunque sea una idea de lo que puede llegar a ser un bosque primario de estas dimensiones. El nombre de este bosque es referido a John Muir, que como ya expliqué en otros posts, fue uno de los causantes de la protección de las maravillas naturales del país. 

Hicimos una ruta de una hora para ver lo mejor del parque, un paseo sencillo al que pudimos acceder gratis gracias a la celebración del centenario de los parques nacionales. Un paseo que provocó molestias en nuestros cuellos de tanto tener que mirar hacia arriba, ¡estos árboles son gigantescos! Nos recordó a nuestro paso por Waiopua Forest con sus árboles kauris en Nueza Zelanda, los únicos que hacen frente a las secuoyas de Estados Unidos.

Muir Woods National Monument
Caminando entre los redwood de Muir Woods National Monument


2- Devil's Slide



Desde Muir empezamos nuestra ruta dirección LA, primero había que cruzar la siempre bulliciosa San Francisco para llegar a nuestra segunda parada del viaje. esta sería no muy lejos de SF, un lugar llamado Devil's Slide. Es básicamente una parte de carretera que pertenecía a la hwy 1 que cerró por sus continuos desprendimientos de tierra que hacían cortar la carretera en numerosas ocasiones, de ahí su nombre. Tuvieron que crear un desvío por otro lado dejando este trozo de carretera para la visita y goce de este bonito trozo de costa. Lo que más me sorprendió, a parte de su bonito paisaje y acantilados, fue una roca en el mar en la que había una gran colonia de cormoranes (a primera vistas parecen pingüinos), ¡había cientos de ellos! 
¿Qué estamos en National Geographic? Hicimos medio camino y nos dimos la vuelta, la ruta va en una sola dirección. La gente suele hacerlo corriendo o en bicicleta, es un buen lugar para ello. Vimos a un ranger voluntario que explicaba las dudas de la gente y te dejaba mirar por sus prismáticos. 

Colonia de cormoranes 


3- Pigeon Point Lighthouse



A unos 40 km al sur de Devil's Slide se encuentra este faro histórico. Un faro construido en el 1871 para guiar los barcos que pasaban por la costa californiana. Es el faro más alto de toda la costa oeste del país y paseando por el lugar visitar un pequeño museo con la historia del lugar y del faro, fue una parada más que interesante. Actualmente aún sigue en uso y es un monumento que se preserva que fue nombrado Pigeon Point Light Station State Historic Park.

Pigeon Point Lighthouse

Es conocido también por ser un buen lugar para la observación de ballenas. Hay una pizarra blanca donde la gente o el encargado de allí apunta lo que se lleva visto en el día/días, ese día habían apuntado el avistamiento de varios tipos de ballena aunque nosotros no vimos nada estando un rato allí. 

Una paradita en camino...

4- Pebbles Beach


Para playas especiales esta de Pebbles Beach, entre Pigeon Point y Santa Cruz (No confundir con la Pebble Beach debajo de Monterey). Una pequeña playa que no tiene arena, ni piedrolas, ni trozos de pescado como en Salton Sea, esta playa es una delicia para tus ojos ya que está formada de preciosas piedrecitas multicolores que parece como joyas. A la entrada existe un cartel donde te advierte de que no esta permitido llevarte piedras a casa, supongo que mucha gente lo hacía haciendo peligrar esta inusual playa. A pesar de ello me permití el lujo de coger algunas piedrecitas, no pude evitar la tentación. Se lo envié a mi madre en una carta con una postal, ¡un buen regalo californiano! 



5- Santa Cruz


Welcome to the surf lifestyle! Melenas rubias al aire, cuerpos atléticos con sus tablas bajo la axila, sol, mar, parques de atracciones y fiesta. Santa Cruz es la ciudad de las vacaciones por excelencia. Una ciudad que para mí sonaba a mítico, tan sonada desde que era pequeñito, no me podía permitir el lujo de pasar de largo. Este lugar lo tenia que ver con mis propios ojos. De esta localidad costera han salido marcas como O'neil o Santa Cruz, marcas de ropa urbana famosas en todo el mundo y que todo el mundo conoce.




Al llegar lo que nos encontramos es un viento infernal, el cual fue amainando cuando íbamos acercándonos al centro que parece estar un poco resguardado de ese molesto viento. Visitamos su playa más surfera de todas, donde los expertos cabalgaban sus olas, una zona llamada Steamer Lane. Un espectáculo que puedes estar horas y horas observando, Las ganas que nos dieron de coger una tabla y surfear fueron tremendas pero eso es algo que no nos podemos permitir en Estados Unidos (aunque la primera idea era pasar un mes surfeando en California) Nos guardaríamos esta carta para cuando llegáramos a Centro América que es más agradable para el bolsillo.



Tras ver a los surferos nos fuimos al centro de la ciudad donde el mayor atractivo está en su famoso parque de atracciones al más puro estilo estadounidense que puedes acceder gratuitamente (aunque tienes que pagar para subirte a los "caricoches") Un lugar muy concurrido de americanos de vacaciones. ¡Todo es carísimo en esta ciudad! Por el downtown de la ciudad también hay un par de cosas de interés. Es una ciudad para echar un día tranquilamente y disfrutar de sus playas.

Parque de atracciones de Santa Cruz
De camino a Monterrey


6- Monterrey


El primer día lo terminaríamos en un hotel de Monterrey que encontramos a un precio decente (en Santa Cruz era demasiado caro por desgracia), ¡ya iba haciendo falta! Ya casi no recordábamos la última vez que dormimos en uno, ¡desde Reno!. Lo aprovechamos al máximo poniéndonos las botas en el desayuno buffet y saliendo a la hora del check-out (11 de la mañana). Recargamos las pilas para seguir adelante con este viaje por la bonita costa californiana.

Monterrey puede que tenga menos nombre que Santa Cruz pero no por ello tiene menos encanto. Es una de las ciudades más grandes y pobladas que hay entre SF y LA, una ciudad costera que tiene su punto y que pudimos disfrutar con un tiempo espléndido, vaya suerte estábamos teniendo. Paseamos por todo su paseo marítimo hasta llegar al Coast Guard Pier, donde nos llevamos una sorpresa al ver una gran colonia de leones marinos tumbados al sol, jugueteando y gritando, fue todo un espectáculo verlos de tan cerca.


Aunque lo más famoso de la ciudad es sin duda alguna su muelle, conocido como Old Fisherman's Wharf -Muelle de los pescadores-. Un muelle por el que pasear con vistas al mar y con un puñado de restaurantes ofreciéndote una porción de sopa espesa de almejas y moluscos, muy típica en esta zona, sobre todo en Monterrey.  Fue un buen inicio del día antes de seguir hacia el sur. Nos saltaríamos la famosa península de Monterrey y su 17 mile drive, nos da coraje que cobren por solo conducir por una carretera, así que la pasamos de largo, dicen que merece mucho la pena. 


¿Un poco de sopa de almejas?


7- Carmel-by-the-Sea


¿Un pueblo cuyo alcalde fue Clint Eastwood? Pues ahí vamos.


Carmel-by-the-Sea, a parte de ser conocida por tener tal alcalde es conocida por lo especial de su arquitectura. Por lo que veíamos trataba de un lugar de ricos en el que nos habíamos colado. Aquí aprovechamos para comer una hamburguesa gourmet de una oferta que encontramos en Groupon, una buena forma de comer bien no gastando tanto, hasta echamos una pequeña siesta en su bonita playa bajo el agradable sol. Esta ciudad tiene su encanto y su playa es una de las más bonitas que hemos visto en toda la costa. 


Playa de Carmel-by-the-Sea
Fue muy agradable pasear entre tanta galería y casas de estilo europeo, un buen lugar donde no nos quedó más remedio que hacer window shopping. La verdad es que la arquitectura de las casas americanas dejan mucho que desear y cuando te encuentras con algo así pues llama bastante la atención, no sería la última vez que nos encontraríamos con otro tipo de arquitectura en la highway 1.

Un poco a las afueras de esta pequeña localidad se encuentra el afamado San Carlos Borroméo de Carmelo Mission. Una misión española establecida por Junípero Serra en 1770. Una de las misiones más bonitas de California que bien merece ser admirada. Su entrada es de 6.5 dólares pero nosotros, al llegar en horario de cierre y al encontrarnos con una boda que se celebraba, pudimos colarnos y ver todo sin tener que pagar, vaya suerte la nuestra.



San Calos de Borroméo


8- Big Sur


Llegábamos a la zona más salvaje e intacta de toda la carretera que va entre las dos ciudades. Big Sur es una zona costera sin núcleo claro (casas desperdigadas y un camping) donde la vegetación es abundante, sus playas salvajes y su belleza inigualable, estamos ante el bonito Los Padres National Forest. Llegamos ya al atardecer dándole un punto más dramático a las vistas. Tuvimos que pasar por puentes de vértigo cruzando acantilados pegados al mar y tuvimos que parar en casi cada curva debido a sus tan bonitas postales que nos dejaba el paisaje, la mejor forma posible para terminar el día. Paramos al lado de la carretera donde no hay nada aparte de naturaleza y decidimos dormir ahí en el coche, una vez más con vistas insuperables. Había un coche más y una caravana, no estábamos solos y eso nos daba más tranquilidad ya que no estábamos seguros de la legalidad. Normalmente en sitios así ponen que es ilegal aparcar por la noche pero en este lugar no ponía nada así que nos pareció un buen lugar en el que pasar la noche.





Al día siguiente seguimos por la zona Big Sur, descubriendo sus maravillosos paisajes de playas infinitas. La sensación de libertad se hizo gigante al despertar en este lugar y el placer de conducir por esta carretera nos hacía más vivos. ¡Qué maravilla! 


9- Mcway Beach y Partington Cove


Una de las playas más fotografiadas de toda la costa oeste de Estados Unidos que se encuentra junto aJulia Pfeiffer State Park. Una playa que tuvimos para nosotros solos al llegar tan temprano. Tanto, que no tuvimos que pagar para aparcar, todavía no había nadie controlando. Es una playa muy bonita en la que una catarata de agua dulce cae directamente al mar. No se puede acceder a la playa pero si hay un caminito que te lleva a unas vistas de ella desde arriba.

Al no poder acceder a la playa de Mcway que es donde íbamos a desayunar nos fuimos un poco hacia atrás a la Partington Cove, a la que se llega por un corto sendero entre matorrales. Allí llevamos nuestra hornilla, nuestra avena y nuestros plátanos y desayunamos de lujo junto a un pescador que había por allí.

Desayuno con vistas en Partington Cove
Mcway Beach a la sombra mañanera
Cerca de allí se encuentra una corta caminata que nos llevó a unas cataratas llamadas Salmon Creek Falls

Salmon Creek Falls


10- Elephant Seal Point


Aunque parezca mentira, en esta costa se pueden ver ni más ni menos que grandes colonias de elefantes marinos. Unos animales bastante más corpulentos que los leones marinos que acarrean una nariz muy graciosa, gorda y caída. Lo malo fue que esa nariz no la pudimos ver lo que nos gustaría ya que en esta época del año no se suele ver al macho en la playa, es cuando le toca ir a alta mar en busca de alimento, la hembra no tiene esa nariz tan graciosa por desgracia (o suerte para ellas). Esta playa estaba llena elefantes marinos hembra con sus pequeños, se podían contar por cientos. Es increíble la cantidad tan grande que vienen a esta playa, se han apoderado de ella y ahora es un área protegida. Son muchos los turistas que paran aquí para sacar fotos. ¡Nosotros tampoco nos resistiríamos!

El único macho y su nariz especial



11- Hearst Castle y San Simeon


Quizás una de las paradas más famosas de toda la hwy 1. Este castillo ha ido escalando puestos en la preferencia turística de California. Todavía me acuerdo cuando unas semanas antes de salir de viaje nos encontramos a una pareja mayor de Chicago en una parada de autobús en Torre del Mar (Málaga). Cuando les contamos que íbamos a Estados Unidos una de las primeras cosas que nos dijeron que no nos perdiéramos fue este castillo, era uno de sus lugares favoritos.

Y aquí nos encontrábamos tras una parada para comer en San Simeon, un lugar coqueto con un muelle de madera que parece que se va a caer y con una niebla que inundó el paisaje que no permitía ver más allá de un par de metros.


Muelle de San Simeon
Hearst Castle, foro sacada de Shutterstock
Desde San Simeon cogimos carretera hacia el castillo. Un parking gigantesco nos daba la bienvenida donde cerca se encuentra el moderno centro de visitantes donde se compran las entradas. Nos tuvimos que conformar con ver el castillo desde muy lejos ya que la entrada al castillo no nos lo podíamos permitir. Demasiado caro para ver un castillo... para castillos los que tenemos en Europa. Es una carretera en la que solo pueden pasar buses turísticos impidiendo así que te puedas acercar para aunque sea verlo por fuera. Con nuestra lente a 300 mm pudimos sacar una foto del castillo cubierto por la niebla espesa que había. Este castillo se encuentra en lo alto de una colina y se utilizó para la famosa película de Citizen Kane.


Hearst Castle desde el parking, cuando la niebla lo permitió
Paisajes verdes alrededor del castillo

12- Cambria 


A tan solo unos kilómetros al sur de San Simeon se encuentra la bonita localidad de Cambria. Lugar costero que nos recordó un poco a Carme-by-the-Sea. Otro barrio de pijitos que queda acorde a las riquezas que se respiran por los alrededores de Hearst Castle. Nuestra parada en este lugar se limitó a dar un paseo por sus bonitas casas de bonita arquitectura y a tomarnos un café y postre en uno de sus bares. Es un buen lugar en el que hacer una paradita para estrechar las piernas.


--------------------------------------------------------de vuelta a Elephant Seal Point (10)


Para pasar la noche decidimos dar la vuelta y volver a elephant seal point donde existe una especie de rest area en la que poder pasar la noche. Desde este lugar me fui en solitario a dar una vuelta por el sendero que te lleva hasta Point Piedras Blancas en pleno atardecer. Fue un paseo de lo más completo ya que por sorpresa me encontré con un coyote que vigilaba mis pasos desde la lejanía. Me encantó verle sentarse y ver como observaba cada no de mis movimientos, los coyotes no suelen ser amenaza para el humano así que disfruté de su compañía. Desde allí podía ver una playa que tenía para mi solito en la que los elefantes marinos jugueteaban en las aguas cerca de la orilla. Uno de los recuerdos que con más cariño guardo de este viaje. Me encanta ver a los animales en plena libertad sin nada ni nadie que les incordie.

Pasamos la noche en el coche con el sonido desagradable de los elefantes marinos, ¡no sabía que podían llegar a ser tan ruidosos!

Coyote junto a la playa de los elefantes marinos
Playa lleno de elefantes marinos de camino a Point Piedras Blancas


13- San Luís del Obispo


Por la mañana bien temprano salimos a esta ciudad no precisamente costera. Salimos bien temprano dirección de Starbucks para desayunar y en mi caso para también ver un partido del Málaga que estaba en juego. El internet de Starbucks es tan bueno que te permite ver stream o incluso descargarte series y películas rápidamente. 
Al ser domingo pudimos aparcar gratuitamente en sus calles más céntricas. Es una de las ciudades más pobladas que existen entre LA y SF. Tras unas cuantas horas sentados allí salimos a explorar un poco la ciudad.

Es un lugar que me sorprendió para bien. Es conocida por ser uno de los lugares en la que las misiones españolas llegaron para convertir a la gente al cristianismo. Un personaje importante de esta época es el famoso misionero Junípero Serra, un misionero español que fue muy importante en estas misiones y del que se ven muchas estatuas de él con un bastón y una túnica. 

Una de las visitas más interesantes es la Misión San Luis Obispo de Tolosa, la quinta misión californiana fundada por Junípero. Una iglesia a la que se puede entrar y aprender de ella con las visitas guiadas que te ofrecen los mismos curas del lugar con pago a voluntad.

SuMision Plazaes un lugar donde pasar un buen rato entre tiendas y restaurantes y uno de los lugares más curiosos te lo encuentras en la llamadaBubblegum Alley, el lugar más bizarro que te puedes encontrar en California. Una calle en la que la gente ha ido pegando los chicles a la pared haciendo de ella que sea asquerosa pero curiosa a la vez, ¡no puedes no haber visto esta calle si andas por la ciudad!

La calle de los chicles pegados de San Luís de Obispo

14- Pismo Beach


Una de las playas más visitadas del lugar es esta bonita y bulliciosa playa de Pismo Beach. Una playa que parecer ser terreno de disfrute mexicano, solo oíamos español por los alrededores, muy diferente a lugares tan pijos como Carmel-by-the-Sea. Algo así como las playas de El Palo de Málaga, playas más comunes para la "plebe" de la ciudad. 

Al ser domingo la playa estaba a rebosar, un lugar retro de domingeo californiano en el que echar un buen día de playa donde se escucha artistas en el paseo maritimo y la gente se pasea con un helado en la mano. Su centro de atracción se encuentra una vez más en su muelle, el cual se mete mar adentro y pasa por encima de su extensa playa de arena blanca donde bañistas y suferos comparten espacio. Las vistas desde el muelle merecen mucho la pena, los acantilados de los alrededores de la playa son preciosos 



En este muelle nos encontramos con muchos pescadores como en San Simeon y un lugar donde se puede alquilar una caña. En el mismo muelle también tuvimos la grata sorpresa de que un gigantesco pelícano posara para nosotros, vaya animal más extraño cuando le observas de cerca, seguro que estaba a la trinca por si a algún pescador se despistaba.



15- Solvang


¿Quieres sentirte como en Dinamarca sin salir de California? Yendo a Solvang se puede. Quien se iba a esperar una localidad como esta en plena costa californiana. Fue toda una agradable sorpresa cruzarnos con esta pequeña y bonita ciudad. Situada en plena región de ruta del vino pudimos disfrutar un par de horas paseando por un pueblo en el que de verdad te hace sentir en un cuento de Hans Christian Andersen.


Solvang es un pueblo que fue fundado en el 1911 en el Valle de Santa Inez sobre lo que era un rancho de colonia española. Un pueblo de estilo totalmente danés en la que las pastelerías y panaderías rebosan en cada esquina, eso sí, con precios carísimos. Lugares como Hamlet Plaza y sus molinos de viento son claros ejemplos de la arquitectura de este país. 



Un agradable paseo antes de irnos a cenar a uno de los lugares más famosos de toda California situado muy cerca de Solvang en una pequeña localidad llamada Buellton. Un lujo que nos permitiríamos ya que habíamos llegado hasta aquí. El restaurante se llama Pea Soup Andersen's en la que se tiene buffet libre de esta sopa especial, aparte de la sopa compartimos una de las hamburguesas más grandes que he visto, tenía tanto relleno que ni se veía. Casi salimos rodando de allí, ¡qué bien comimos!

Detrñas de todo eso se encuentra la hamburguesa


16- Santa Bárbara


La colonia española por excelencia de todos los San y Santa que hay por aquí. Pasear por sus calles te hace llevar a un pueblo español de casas blancas con nuestros tejados tan característicos, arquitectura que me teletransportó por instantes a mi país natal. 

Una ciudad, que antes de que llegaran los conquistadores era habitada por tribus indígenas chumash. En 1542 llegó el explorador Juan Rodriguez Cabrillo el cual reclamó una de las islas de Channel Islands aunque fue algo que los chumash evitaron hasta que los españoles volvieron en mayor número a finales del siglo XVIII. Fue cuando los curas españoles llegaron para convertir a los indígenas al cristianismo utilizando a estos mismos para construir iglesias por toda la costa, conocido como las misiones. Echaron a todos los indígenas de las islas hacia el interior, muchos de ellos murieron por enfermedades traídas por los conquistadores. Como veis, los españoles crearon estragos en este continente, esta es una prueba más sobre ello, no me extraña que alguno aún nos guarde algo de rencor, sobre todo los mayores.


Al llegar temprano a la ciudad después de haber dormido en otro rest area de la hwy 101 nos fuimos directamente a su playa con nuestra manta india y nuestras cosas listos para desayunar, un lugar en el que se estaba de lujo, ni frío ni calor y con un sol agradable que provocaron que nos quedáramos allí durante algunas horas disfrutando del buen tiempo que presume tener siempre tiene esta ciudad. Esta playa esta llena de palmeras, un lugar llamado Chase Palm Park.

Con las pilas cargadas fuimos directamente al centro de visitantes donde nos ayudaron con un mapa de la ciudad. Desde la costa subimos por su calle más larga y concurrida, la State St. En ella pudimos ver toda la arquitectura española, hasta lugares como Starbucks o McDonalds son de este estilo.

Uno de los edificios más bonitos e impresionantes es el Santa Bárbara County Courthouse, una obra de arte arquitectónica árabe-español tanto por fuera como por dentro. Subiendo escaleras arriba, en la segunda planta se puede entrar a una habitación de estilo español con murales de frescos de mucha belleza. Subiendo una planta más se llega a la terraza llamada El Mirador de donde se tienen vistas de todos los alrededores con vistas de 360 grados, ¡un espectáculo! 

Vistas desde el mirador
Una de las habitaciones del Courthouse
Desde allí pasamos por El Presidio de Santa Bárbara y la Casa de la guerra, lugar fundado en el año 1782, una especie de museo donde explica la historia de los españoles y mexicanos en el lugar.


Lugares como El Paseo o La Arcada son los lugares más españoles de todos, lo único que cambia son los precios de los restaurantes y el acento americano, por lo demás, ¡cómo si estuviéramos en España oye!

Volvimos hacia la costa donde estaba nuestro coche y de camino fuimos hacia Stearns Wharf, un muelle que te lleva mar adentro donde hay lugares para comer y vistazas de toda Santa Barbara con sus playas incluidas, no es raro ver leones marinos y pelícanos dar vueltas por allí como nos encontramos nosotros.

Cogimos el coche y nos dirigimos a otro de los lugares más visitados de Santa Barbara, Este lugar es la Misión de Santa Bárbara. La llamada 'reina de las misiones' situada en lo alto de la ciudad. Por allí se puede visitar su pequeño museo gratuito donde se aprende mucho del lugar. Como no podía se de otra forma, fuera se encontraba la escultura del onmipresente Junípero .


17- Malibú


Para terminar nuestra ruta por la costa caloforniana pondríamos broche de oro parando en otro de los lugares más míticos de este estado. El archiconocido pueblo de Malibú. Lugar conocido por ser lugar de residencia o de vacaciones de mucha gente famosa de Hollywood o del mundo de la música, famosos que llegan a estas lujosas casas, estaríamos al tanto por si nos encontrábamos con alguna estrella. Ese mismo día en Los Ángeles nos enteramos de que unos momentos después de estar nosotros, Lenny Kravitz se hacia fotos en la playa de Malibú, ¡si lo hubiéramos sabido antes!

La primer parada la hicimos un poco antes de llegar a la localidad de Malibú, este lugar se le conoce como Point Dume State Beach. Un precioso lugar en que la naturaleza tiene su lugar y sus playas rodeada de acantilados se ofrecieron vírgenes para nosotros. Hicimos un corto sendero que nos llevó a una altura suficiente como para ver los dos lados del lugar, un lugar que con buen tiempo como disfrutábamos nosotros puede llegar a ser maravilloso.





Una vez en Malibú nos llevamos una pequeña decepción, no es un lugar donde tenga un centro acogedor. Lo único atractivo que nos encontramos fue con una playa llena de surferos y un muelle de mucho peor de lo que habíamos visto hasta ahora. Malibú para nosotros tiene mucho nombre pero la sensación que nos dejó fue de ni fu ni fa. 

No tardamos en poner rumbo a Los Ángeles donde visitamos algunos lugares que se nos quedaron en el tintero como las locas playas de Venice y Muscle Beach o la lujuría de Beverly Hills, donde el dinero habla en cada rincón de este barrio. Devolvimos nuestro coche alquilado tras dos meses sin rasguño alguno, todo salió bien, a veces arriesgarse sin seguro sale bien :-P.

Dormiríamos un par de noches en casa de nuestro amigo Amit, persona que conocimos los primeros días que llegamos a Estados Unidos gracias a couchsufing. Días de descanso y preparación para lo que venía del viaje.


Venice Beach y sus doctores green
Beverly Hills
Para volver a San Francisco lo hicimos en una caravana gigante, en uno de esos relocation que ofrecen entre ciudades, empresas que necesitan mover sus caravanas de una ciudad a otra. Tendríamos dos noches para ello y solo nos costó 2 dólares. ¡Vaya lujazo que nos dimos! Pero aunque solo nos costara un dólar por noche, la gasolina que chupa fue un palo, no sabíamos que podía chupar tanto. Fue toda una experiencia, conducir con una caravana de esas dimensiones por las calles céntricas de Los Ángeles daba mucho respeto, por suerte salimos indemnes del lugar. 



Un autobús nos esperaba en San Francisco para poner rumbo hacia Seattle, en el estado de Washington, serían muchas horas de viaje nocturno las que nos esperaban . Cada vez estábamos más cerca de Canadá, el que sería nuestro segundo país del viaje, pero antes tocaba conocer el estado de Washington durante un par de semanas.


Post anterior del viaje:  San Francisco, mucho más que el Golden State Bridge
Siguiente post del viaje; Próximamente

Seattle, la ciudad de los monstruos empresariales

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Habían pasado ya 2 meses casi sin darnos cuenta desde que empezamos el viaje sin billete de vuelta, dos meses de roadtrip en lo que vimos infinidad de maravillas por el suroeste de los Estados Unidos, el comienzo no podía haber sido mejor. Tocaba despedirse de la primer etapa del viaje, había que seguir hacia adelante por el mapamundi.

¡Bluf! Es tanto lo que hemos vivido en tan poco tiempo. Siento que hemos aprovechado el tiempo al máximo y al decir la verdad, estábamos un poco saturados. Los dos días off en Los Ángeles en casa de Amit nos vinieron de perlas y el cambio de aires aún mejor. 
Así me sentía mientras recapacitaba en el autobús que salía de Sacramento y se dirigía hacia Seattle, 20 y pico horas subidas a un autobús dan para mucho en lo que pensar. 

Nos íbamos a un estado que nada tenía que ver con lo que habíamos visto hasta ahora y teníamos 14 días para ello. Empezaríamos nuestro periplo en Washington asentándonos unos días en su ciudad más importante, Seattle. El viaje fue pesado, no es el viaje más largo que hemos hecho, en eso gana Indonesia por goleada, además, el bus es bastante cómodo. 

Esta vez no queríamos que nos volviera a ocurrir lo de San Francisco, lo teníamos todo atado. Días atrás, encontramos por Couchsurfing a un chico vietnamita que vive en el barrio de Fremont, un lugar cercano al centro de la ciudad de Seattle. Con él pasaríamos 3 noches (que se convertirían en 4) en esta gran ciudad.

La llegada a la estación de autobuses de Seattle fue abrumadora. La estación se encuentra muy cerca del estadio de béisbol y en ese mismo momento en el que salimos terminó el partido así que las calles estaban repletas de gente con la camiseta de sus héroes del bate. Duc, nuestro anfitrión vietnamita, trabajaba cuando llegamos a la ciudad así que nos fuimos a un Starbucks para pasar el tiempo, con nuestras mochilas no podíamos movernos mucho. Estamos hablando de la ciudad de esta famosa cadena de café, Starbucks nació aquí en Seattle y se ha expandido por todo el mundo, se ha convertido en una especie de Mcdonalds del café. Cerca de allí se encontraba la entrada al barrio chino y pudimos retratar su puerta del dragón.

Recién llegados a Seattle
Chinatown de Seattle
Para llegar a su casa cogimos un autobús, él ya nos había explicado todo para llegar a su casa. Un chico sonriente y servicial de cara expresiva nos recibía al abrirnos la puerta de su casa de un barrio muy ordenado y limpio, las diferencias que estábamos viendo hasta ahora respecto al suroeste del país eran bastante evidentes. Dormiríamos en su salón en un sofá y una colchoneta hinchable muy cantúa. Más que suficiente.

Duc es un chico que se crió en Vietnam pero ha sido lo suficientemente emprendedor como para acabar en una ciudad como Seattle consiguiendo un buen puesto en Amazon, una de las empresas más on fire del momento, de la cual su sede se halla en uno de los rascacielos del centro de esta ciudad.

La primera noche la pasaríamos en uno de sus lugares favoritos para cenar, un mexicano, con lo que a nosotros nos gusta comer tacos... fue ahí cuando admite ser vegano, sería todo un reto cocinar algún plato para él. No duramos mucho ya que llevábamos ya casi dos días sin casi dormir ni pillar cama y aunque fuera un sofá, caeríamos redondos igualmente.

Al día siguiente salimos a conocer la ciudad tras un desayuno que nos hizo el bueno de Duc. Para llegar al centro se puede tomar un autobús pero elegimos hacer una ruta con google maps para ir andando e ir viendo cosas por el camino. Cruzamos de largo el barrio de Fremont y pasamos sobre un puente con vistas de la parte del centro. Entre cuestas y mansiones con banderitas americanas y jardines de competición llegamos a Kerry Park. Un lugar en el que mirar embobado al bonito skyline de Seattle del que destaca sobre todo lo demás su Space Needle , una torre gigante que arriba tiene un restaurante giratorio, ese que tanto se ha visto en las películas americanas. Subir a él se sale de nuestro presupuesto, abusan demasiado.

Space Needle visto desde  Kerry Park

Con un tiempo feo y frío pero sin lluvia caminamos hacia el Seattle Center donde se encuentran el mismo Space Needle, la sala de conciertos de Key Arena y museos interesantes y con una arquitectura como el Guggenheim (mismo arquitecto) como el EMP y el Children's Museum. En el museo de EMP o de la música había una exhibición sobre arcade y videojuegos y en la entrada tienen consolas para jugar, aprovechamos para echarnos unas partidas al Mario Bros. Fuera hay una bola en forma de fuente que baila con el ritmo de la música, unos niños corren y se divierten esquivando chorros de agua.

La famosa sala de conciertos Key Arena

EMP Museo

Cerca de esta plaza se encuentra el Bill y Melinda Gates Foundation. Seattle es el lugar de nacimiento de este genio de generar dinero. Bill Gates nació en el año 1955 en esta ciudad y ha logrado ser ni más ni menos que el hombre más rico del mundo gracias a su legado de Microsoft. No cabe duda de que este genio ha participado en la evolución de Seattle como ciudad moderna.

Seattle no es solo la ciudad de Microsoft, Amazon o Starbucks como ya he comentado, esta ciudad es un nido de cerebritos. Empresas como Boeing, Nintendo América o Cosco tienen su base en esta ciudad. Monstruos empresariales que hacen de esta ciudad una de las más emprendedoras y importantes del país.

Seguimos caminando hacia el downtown pasando por Belltown, un barrio adyacente al centro donde los edificios se vuelven rascacielos y donde las calles con cuestas te recuerdan un poco a San Francisco. Seattle luce como una ciudad seria, rica, ordenada aunque como en todas y cada una de las ciudades grandes que hemos visto en este país, por sus calles hay sin techos, locos y drogadictos (muchas veces van unidas) que ensucian esa imagen de ciudad ejemplo, el gran lastre de este país conocido como primera potencia del mundo que no tiene solución a este problema social. 

Biblioteca pública de Seattle


Pasamos por su moderna biblioteca y vemos de cerca el edificio más alto de la ciudad y de Washington llamado Columbia Center. Desde allí bajamos hacia la costa para ir hasta uno de los lugares más turísticos, el Pike Place Market, un mercado interior como podemos conocer en España pero que aquí por una cosa u otra es un lugar que no te puedes perder. Muchísima gente dando vueltas por su interior, la mayoría solo mirando como nosotros, los precios son desorbitados, ¿no se supone que en un mercado debería ser más barato? Pescaderías, floristerías, souvenirs, manualidades entre otras cosas se reparten por el largo mercado. Algunos vendedores se merecen una compra por el arte con el que venden, algo que solo había visto en los mercadillos de mi ciudad.


Pike Place Market
Pescaito  al pescaito fresscoooooo
Fuera del mercado en la 1st avenue hay muchos restaurantes donde comer a un precio decente, compramos un bocadillo bastante bueno con la intención de bebernos el café de después de comer en el primer Starbucks de la historia, el autentico y verdadero primer Starbucks. Y como era de esperar, una maraña de gente se agolpaba en sus puertas para pedir un café o para sacar fotos. Me parece a mí que vamos a tomarnos el café en otro lugar...


Interior del primer Starbucks
Por la zona y metiéndote por Post Alley te encuentras con la Gum Wall. La misma historia que en San Luís del Obispo en California. Una calle llena de chicles masticados y pegados por toda la calle, chicles de todos los colores y formas. Se dice que algunas personas tienen como reto coger un chicle de la pared, masticarlo y volverlo a pegar. Seguramente sean apuestas ¿Estamos locos?

Gum Wall, Perrine pensando en hacer el reto
Por la tarde quedamos ya en casa de Duc para pasar algún tiempo juntos después de su trabajo. Salimos con un grupo de amigos suyos que también andan por couchsurfing para cenar dumplings rusos y bebernos unas cervezas en uno de los bares más divertidos que jamás he estado. En el puedes escuchar música, beber cerveza y jugar a maquinas de arcade  con clásicos como el Street Fighter y  muchas maquinas de pinballs. También juegos de mesas, acabamos jugando jenga. A final acabamos bebiendo unas cuantas más en el ultimo bar que había abierto donde hablamos de todo con unas cuantas cervezas en lo alto y jugamos al billar (todavía podíamos atinar :)).

Jenga time!
Al día siguiente nos lo tomaríamos más tranquilos. El día no pintaba muy bien ahí afuera (como es normal en esta ciudad según me cuentan) así que disfrutamos de tener una casa por unos días durmiendo más de la cuenta y haciéndonos buenos desayunos. Cuando el día empezó a ser algo mejor y empezábamos a aburrirnos salimos a la calle a conocer el barrio de Fremont  con un folleto con los lugares que visitar en la ciudad, resulta ser un lugar alternativo y con mucho freedom of speech

Según los habitantes creen que Fremont es el centro del universo, una señal da cuenta de ello. Por el barrio existen varias estatuas de lo más originales como por ejemplo la que mas impacta que es la estatua de Lenin, ¿que cojo--- hace una estatua de Lenin en una ciudad como Seattle? Esta estatua de 7 toneladas viene originalmente de la ciudad de Propad, Eslovaquia. Un americano profesor llamado Lewis Carpenter que vivía en esa ciudad se encontró con la estatua tirada bocabajo tras la revolución el Eslovaquia del año 1989. Este americano estaba tan encantado con el arte del su escultor Emil Venkokv que decidió llevarse la estatua hasta Seattle donde la tuvo hasta que murió en el 94. Desde entonces su familia se hizo cargo de ella y la puso en este lugar para el disfrute de los demás ya que ellos dicen que sirve como recordatorio de una importante época de nuestra historia. Actualmente esta estatua está en venta y tiene precio, ¿será vendida algún día de estos? Quién sabe. Es una estatua que crea controversia entre la población pero que sigue en pie.

Estatua de Lenin en Fremont
Otro de los puntos más curiosos de este barrio tan singular es la que se encuentra debajo de la carretera principal. Un trol esculpido de roca gigantesco se esconde en este lugar. Una gran obra de arte que sorprende a cualquiera, original sobre todo lo demás. Para mi uno de los lugares que no te puedes perder si llegas hasta Seattle y que poca gente sabe, eso sí, no traigas a niños, puede que se vaya con un trauma.


Existen otras estatuas como una de un grupo de gente esperando en a estación de autobuses a los que visten de mil formas o un cohete espacial entre otros tantos. Fremont está separada del centro por un brazo de mar. Caminando junto a este trozo de mar por la parte del barrio llegamos hasta Gas Work Park. Un parque donde hay una antigua fábrica abandonada y desde donde se tienen unas vistas fabulosas de todo el skyline de la ciudad.

Vistas desde Gas Work Park
Empezó a llover y decidimos ir al supermercado y hacernos un buen plato de comida en casa, Duc estaba todavía en el trabajo. Los supermercados que nos encontramos en Fremont eran todos de productos orgánicos. Es una ciudad con una población muy concienciada en saber lo que come y lo que compra, aquí es difícil encontrar fruta o verdura que no sea de una granja orgánica. Lo único es el precio, ¡que caro son aquí los supermercados! ¡Una burrada!

Por la noche fuimos a hacer algo que quería hacer sí o sí antes de salir de los Estados Unidos y no era otra cosa que ver un partido de béisbol, ¿hay algo más americano que esto? Quedamos con Duc en la puerta del estadio y con un cubo de palomitas con refills -relleno- ilimitados nos pusimos a ver este espectáculo. Como nos pasó viendo el partido de la NBA, aquí también utilizan su pantalla gigante para interaccionar con el público haciendo que este esté metido en el partido. Echamos unas horas muy divertidas aunque no tuviera ni la más mínima idea sobre este deporte. El equipo de Mariners de Seattle ganó al de Texas.




En nuestro tercer día nos fuimos de nuevo al centro de la ciudad, esta vez en autobús para ahorrar piernas y andar más por el centro. Nos fuimos directamente al Olympic Sculture Park, un parque con estatuas raras como la cabeza de una mujer gigante que da un efecto que te deja fuera de lugar. 

Olympic Scultire Park


Desde allí ya pegados a la costa fuimos andando dirección sur pasando por el downtown y una zona que estaba en obras para llegar hasta el barrio de Pioneer Square, el barrio más antiguo de la ciudad. Su característica arquitectura rojiza romanesca richadsoniana data de últimos del siglo XIX. En su plaza Occidental Square aparte de estar decorada con estatuas de los indígenas de la zona y unas sillas de colores, disponen de mesas de ping-pong y futbolines para jugar gratuitamente. Tuvimos al suerte de que las mesas de ping-pong estuviera libres, las paletas para jugar y la bola están allí y al parecer nadie se los lleva a casa. - Eso no pasaría en mi barrio malagueño... es lo primero que te viene a la mente.


Estatuas indígenas de Pioneer Square

Ping pong en Pioneer Square
Callejeando por el barrio y por pura casualidad vimos un lugar que estaba regentado por el NPS (National Park Service), nos llamó la atención ver algo así en el centro de la ciudad así que entramos. Es una especie de museo que trata sobre el Klondike, algo que nos sonaba a chino. El museo lo explica todo muy bien y es una historia real que nos llamó mucho la atención. Incluso nos pusieron una pequeña película para aprender en términos generales sobre esta historia que ocurrió hace algo más de 100 años. 

Resulta que el Klondike es algo que cambió el rumbo de Seattle y el de muchos estadounidenses, una locura en forma de oro que volvió loco a medio mundo por una riqueza casi prometida. Para que lo entendáis mejor, el Klondike es el nombre de un afluente del grandioso Río Yukon en la provincia canadiense de mismo nombre que el río, situado cerca del círculo polar ártico y de la por entonces inexistente Dawson City, una ciudad creada de la nada por la fiebre del oro. 

En este río encontraron oro, oro a cantidades inimaginables. Un barco apareció repleto de oro en el puerto de Seattle y la noticia corrió como la pólvora por todos los Estados Unidos,  ¡oro! ¡oro! La noticia corrió desde San Francisco hasta Nueva York. Incluso hasta en Europa se hizo eco la noticia. Llegar hasta allí solo se podía hacer en verano con el deshielo y las rutas hasta el lugar era casi inexistentes, la mayoría de gente se las tuvo que ingeniar y buscar rutas para poder llegar, ruta que podía durar meses y vidas.

No voy a entrar en mucho detalle, os vais a hartar de Klondike en los próximos posts de Canadá... Dawson City entre otros puntos importantes de la historia estaban en nuestros planes de viaje.

Las diferentes rutas para llegar al Klondike
Desde Pionner anduvimos por el barrio chino para comprar fruta barata. como no, y cogimos el autobús dirección de las alturas de Capitol Hill a hacer una visita a alguien muy especial. Si en Los Ángeles fuimos a visitar donde está enterrado secretamente Michael Jackson, en Seattle visitaríamos la tumba del único y singular Bruce Lee, el cual está enterrado junto a su hijo Brandon. Es muy raro estar junto a un mito como Bruce.
Otro de los personajes míticos de la ciudad es Jimmy Hendrix que aunque no sea muy fan de su música es sin duda toda una leyenda.
Esta ciudad también ha sido cuna del Grunge con grupos como Pearl Jam, Nirvana o Soundgarden, ídolos mundiales para los que les gusta este tipo de música


Esa noche la pasamos en casa hablando de todo y cenando una comida que nos preparó Duc. Nuestro tiempo compartido con él fue de lo mejor que hemos tenido hasta ahora en el viaje. Un chico inteligente, viajero, amante de la naturaleza con el que congeniamos desde el principio, nunca nos gustan este tipo de despedidas pero es algo a lo que nos teníamos que ir acostumbrando en este viaje, gente que conoces, coges cariño y con el que al final te tienes que despedir hasta quien sabe cuando. Diría que un 80% de la gente que se conoce viajando no se vuelve a ver, aunque tengas su facebook o email, son personas a las que raramente vuelves a ver, ¡gajes del oficio!

Al día siguiente teníamos que estar en el aeropuerto de Seattle no para un vuelo precisamente si no para recoger nuestro coche alquilado para visitar el estado de Washington durante 10 días. Al presentarnos allí tuvimos un grave problema, no podíamos recoger el coche porque nuestra tarjeta de crédito no funcionaba, ¡habíamos alcanzado el limite mensual! Arghh.

Tuvimos que cancelarlo y esperar un día más ya que teníamos que contactar con nuestro banco en Bélgica, allí aún dormían. Tuvimos que volver a Seattle y contactar con Duc que amablemente nos dejo las llaves de su casa, para ello tuvimos que ir a las oficinas de Amazon. No sabíamos bien como agradecérselo, esa noche acabaríamos viendo una película en su casa tranquilamente.

Esta vez sí, al día siguiente conseguimos nuestro coche y no un coche como el que habíamos acordado. Al no tener nuestro tipo económico disponible nos hicieron un upgrade gratuito y podíamos elegir entre un 4x4 o una minivan. Nos lanzamos a por la minivan para que no nos la quitaran, ¡era perfecto para pasar nuestras noches! No hay mal que por bien no venga. Un coche de lujo para viajar por Washington, la cosa no podía haber empezado mejor... Olympic National Park era nuestro primer objetivo, ¡allá vamos!

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Ruta de 4 días por la península de Olympic National Park, Washington

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¡Alegría, alegría! Nos vamos de ruta por el estado de Washington con una minivan gracias a que no había coches de la categoría "económico" disponibles en la empresa de alquiler tcon lo que nos tuvieron que dar uno mejor por el mismo precio. Ya no dolía tanto haber perdido un día por culpa de la tarjeta, estaba todo destinado a que tuviéramos un coche mejor.
Tras conocer la entretenida e interesante ciudad de Seattle nos fuimos a Olympic National Parkel primer destino de la ruta, situado en la Península Olímpica en lo más al noroeste del país. Un basto parque nacional, aislado de todo y uno de los rincones más salvajes de todo Estados Unidos galardonado por la UNESCO como patrimonio mundial.

Teníamos pensado pasar unos cuantos días por la zona. Pero antes de empezar fuimos al supermercado para recaudar necesidades básicas como comida. bebida, gas y algunas cosillas más que nos iban a hacer falta. Nuestra intención era aprovechar el coche tan grande para dormir en él, algo que lo hacía todo mucho más fácil. A veces da mucha pereza poner y quitar la tienda de campaña. Nuestro lema era gastar en coche de alquiler (el cual nos sale bastante barato) y así ahorrar en hoteles o campings, algo que salía a cuentas para nuestro reducido presupuesto.


La primera parada sería la ciudad de Port Ángeles, una de las ciudades entradas que tiene el parque de Olympic, ciudad situada en el extremo norte del país, solo el estrecho de Juan de Fuca lo separa de la Isla de Vancouver, un destino que pisaríamos no en mucho tiempo. En el centro de visitantes de Port Ángeles sobre Olympic nos dieron todo lo necesario para los próximos días por el parque con mapas y consejos y nos pusieron una corta pero bonita película sobre el lugar para inspirarnos y motivarnos.

Ave que nos encontramos en el estrecho de Juan de Fuca


Hurricane Ridge, entre los picos más altos


Lo primero que visitaríamos del parque sería el Hurricane Ridge, una carretera cuesta arriba que penetra en este parque tan poco accesible hasta sus montañas más altas o al menos a llegar a verlas. Conduciendo hasta arriba del todo llegas a lo más cerca de sus picos más altos los cuales poseen extensos glaciares. Un paisaje que a estas alturas del año aún se encontraban cubiertas de nieve haciendo que fuera difícil hacer alguna caminata por allí (las mejores del parque) pero dejando unas vistas de las masas montañosas muy espectaculares. Las vistas son increíbles y desde arriba se puede ver perfectamente al otro lado del estrecho donde sitúa Canadá






Nos dedicamos a dar una vuelta por la nieve siguiendo los pasos que la gente iba dejando marcados en ella. Hasta hicimos un muñeco de nieve que quedó con un narizón que ni Rosa de Palma. El resto del día lo pasamos en Port Ángeles paseando por su tranquila costa con vistas a Canadá que nos hizo pensar en el futuro cercano en ese país.



Al día siguiente seguimos hacia adelante por el parque dirección oeste. Rodearíamos el parque nacional al contrario de las agujas del reloj, como ya he dicho, este parque nacional es muy poco accesible en coche y no se puede cruzar por su interior. Para ello existen algunas carreteras que penetran en el parque no demasiada profundas y una general que va dando la vuelta por fuera rodeando el parque. Esto hace que sea un parque inmaculado, con una vida vegetal y animal única en el mundo. Muchas especies solo se ven aquí. Un parque que se divide en tres regiones: Costa del Pacífico, montañas de Olympic y bosque templado húmedo, no teníamos tiempo de aburrirnos.


Lago Crescent y sus cataratas



Tras la visita a unas cascadas pasaríamos por el bonito Lago Crescent por el que se conduce pegado por su orilla haciendo que paráramos más de una vez. Por aquí decidimos hacer una caminata que va por la parte norte del lago por una vegetación muy común en este parque, o sea, muy verde y con mucho musgo (rainforest)Esta caminata la haríamos de ida y vuelta por un camino bastante enfangado, fuimos rodeando el lago por el norte que nos dejaban estampas como las que veis aquí abajo.

Ademas del lago en sí con sus espectaculares vistas, lo que más me gusto fue su "bosque encantado". Es uno de los lugares más populares de Olympic.





Por la parte sur del largo también se pueden hacer caminatas, un lugar para relajarse sentado en la orilla del lago y disfrutar obervando la grandeza de la naturaleza de este lugar.
Desde allí mismo hicimos otra corta caminata hacia las Marymere Falls, otra de las muchas cataratas del parque que nos llevó por unas bonitas cataratas. Desde allí seguimos la carretera y nos desviamos para ver otras bonitas cataratas llamadas Sol Duc Falls.

Marymere Falls

Sol Duc


Pero no solo de monte, rainforest y cataratas trata este parque nacional. Su mayor atracción se encuentra en su costa, su salvaje costa. Kilómetros de costa protegida por ser parque natural. Pero antes pasaríamos por la localidad de Forks, una ciudad más a no ser que se la conoce como la ciudad base de la saga de películas de Twilight, la famosa saga de películas de vampiros. Viajando por aquí te darás cuenta de ello ya que hay tiendas y carteles relacionados a la película, un lugar donde muchos de sus fans acuden. La verdad es que nunca he visto estas películas pero resulta curioso.

Señales de la saga Twilight

La Push y las playas olímpicas


Pasaríamos la noche en esta ciudad y a la mañana siguiente desayunaríamos en un bar muy a la americana antes de salir hacia su costa. Desde Forks sale una carretera que te lleva a las mejores playas de Olympic, unas playas que se encuentran cerca de La Push, una comunidad de indígenas americanos llamados los Quileute.

La más conocida y la que más atrae a más turistas es la playa de Rialto. un lugar donde sus cientos de troncos de árboles muertos inundan su orilla. Un gran cementerio de árboles en una playa idílica con rocas gigantes en el mar, ¡lo malo es que sus aguas están congeladas! Se pueden hacer caminatas de días caminando hacia el norte e ir acampando con un permiso que se pide en el centro de visitantes, siempre teniendo muy en cuentan los horarios de las mareas pero eso es algo que nos guardábamos para la Isla de Vancouver, un lugar similar a este, donde se dice que es el mejor sitio para ello. Nosotros teníamos la playa para nosotros solos, era todavía muy temprano.


Camino a La Push
Playa de Rialto


Árboles muertos por todos los rincones de la playa

Cerca de Rialto y metiéndonos en La Push empiezan una serie de playas con las que no se han esmerado mucho en ponerles un nombre. Se trata de playa primera, playa segunda y playa tercera. ¡A cual más bonita! La primera es en La Push mismo donde hay una especie de espigón con un faro abandonado al final, las vistas desde allí hacia Rialto y playa primera bien merece la pena el esfuerzo, cerca también se puede ver a la pequeña Isla de James. Estas playas son solo accesibles por una caminata a través de un bosque, una caminata preciosa con un final muy feliz en sus playas. Los paisajes son impresionantes y las playas muy vírgenes y protegidas. Una pena que no tuviéramos el permiso para acampar en ellas, el tiempo era perfecto pero el centro de visitantes nos quedaba ya muy lejos para pedir el permiso. Con él puedes acampar donde más te plazca en un entorno como si en una isla perdida se tratara. Sus aguas están plagadas de grandes rocas e islitas que decoran el paisaje y sus árboles muertos en la orilla hacen de estas playas un cementerio muy atractivo.






Hall of Mosses y salmones en Ho Rainforest


Desde las playas de Olympic nos fuimos a uno de los lugares más especiales del parque, para ello nos adentramos de nuevo por una carretera a las profundidades de Olympic para llegar a Ho Rainforest. Desde allí existen senderos que te llevan por lo que llaman "Hall of Mosses" en español sería algo así como "La sala de los musgos" una selva plagada de estos musgos que cuelgan de todos sitios, todo se ve verde. Hicimos el sendero corto con dicho nombre por esta selva donde los musgos son el gran protagonista. Todos los árboles y piedras están cubiertos de pelo verde. Me encantó particularmente por su belleza única que te hace sentir como en un cuento de hadas. Como extra vimos una banda de elks -uapitís-, uno de los venados más grandes que existen, no parecen que se asusten mucho, andaban tranquilamente a sus anchas incluso con nuestra presencia.



Hall of Mosses Olympic
Hall of Mosses
Uapití o Wapití
Fuera lo que fuere

Desde allí mismo salen otros senderos de varios días así que aprovechamos para dormir en el parking donde había más coches de montañeros para que no se notara mucho, muy cerca de allí había un camping pero con nuestro amplio coche no lo necesitábamos y menos teniendo un buen baño público al lado donde incluso pudimos recargar la batería de la cámara de fotos.

En la carretera que te lleva hasta Ho (nombre de una tribu indígena) hay una parada donde un corto sendero te lleva a las orillas del Río Hoh, un río donde se puede observar uno de los espectáculos más curiosos de la naturaleza. Que levante la mano quien no haya visto en un documental a los salmones saltando por un río contra las piedras a contracorriente con los osos intentando cazarlos al vuelo. Esto es precisamente lo que pudimos ver, un lugar conocido para ver este fenómeno único. Nos encontrábamos en la temporada perfecta ya que es este mes cuando los salmones empiezan a subir desde el mar río arriba para frezar y morir para empezar un nuevo ciclo, una hazaña que también se la conoce como "La carrera del salmón". Para ello deben de completar una serie de obstáculos como las subidas por rápidos. Como pudimos comprobar una tarea nada fácil para ellos. Muchos de ellos saltan contra las piedras, salmones gigantes que con unos saltos impresionantes se daban unos cabezazos que hacían que me temiera lo peor por ellos. Disfrutamos casi una hora viendo a los pobres salmones saltando río arriba, ¡una experiencia única! Solo faltó que viniera un oso a cazarlos, es algo muy común y que les encanta hacer pero no hubo suerte, también son presa fácil para las águilas calvas. 
La tentación que tuve de ponerme a pescar alguno de ellos era muy grande pero por desgracia no teníamos nada para poder hacerlo. ¡Hubiera sido un lujazo de cena!


¡Jeronimo!
A la mañana siguiente seguimos hacia el sur pasando por otras playas como Ruby Beach también protegidas por el nps. No tan bonitas a mi parecer como las que vimos anteriormente pero merecedoras igualmente de una parada.


Lago Quinault, nuestro primer oso...bebé


Quinault es un lago situado en parte en territorio indígena y en parte protegido por el parque nacional. Llegamos aquí con la intención de explorar sus orillas y hacer algún sendero que nos dejara buenas vistas. Entre parada por aquí y por allí para sacar algunas fotos nos encontramos con una sorpresa inesperada, ¡un oso! Por suerte al otro lado de la orilla, digo por suerte por que trataba de un bebé oso y cuando te encuentras con un bebe oso es mejor no estar cerca de él. Mamá oso te arrancará la cabeza de un manotazo si se te ocurre acercarte a él. Nuestro primer oso era un hecho y todavía no habíamos entrado a Canadá. Esto solo había comenzado.

Desde una carretera que acompaña al lago llegamos al inicio del sendero de Irely Lake, un sendero no demasiado largo que al final te deja a orillas de susodicho lago con la rareza de ver troncos que sobresalen del lago, ¿qué hacen esos troncos ahí? Uno se pregunta. 

El calor que hacía no era normal, supuestamente nos encontrábamos en una zona de mucha lluvia y estábamos teniendo unos días de calor y de un sol de escándalo. Al dar la vuelta al lago paramos en el diminuto poblado de Quinault a ducharnos en una de sus duchas que funcionan con quarters (monedas de 25 céntimos de dólar). El lugar era el ideal para relajarse con vistas al bonito lago. 

Nuestro primer oso
Lago Quinault

Final del sendero al Lago Irely
Y con este lago terminamos con nuestro periplo de 4 días por el gigantesco Parque Nacional de Olympic. Quizás nos faltara hacer algún sendero de los largos pero nos íbamos con la satisfacción de haber visto muchas maravillas de este patrimonio de la UNESCO. Seguíamos con nuestra ruta por el estado de Washington...




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Visitando lugares increíbles del estado de Washington

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Poco tiempo y muchas opciones. Así nos sentíamos una vez qur llegamos a Olympia (la capital del estado) tras visitar Olympic National Park durante unos intensos días. Las opciones que barajábamos eran múltiples y la cosa quedaba entre visitar North Cascades NP, Mount Baker, Mount Rainier NP y Mount St Helens National Volcanic Monument disponiendo  tan solo de 3 días. Gracias a la ayuda de un voluntario de la oficina de turismo de Olympia decidimos ir a por los dos últimos y terminar la ruta volviendo a esta ciudad para vivir sus fiestas más importantes del año, a eso se le llama estar en el lugar y tiempo apropiado.

El primer destino sería Mt Rainier National Park, un parque nacional situado al sureste del estado de Washington que tiene como protagonista a este gigantesco monte que sobresale de la tierra como si fuera un rascacielos en una ciudad plana. ¿Y si te digo que Mt Rainier es uno de los picos más altos del mundo? La prominencia que hay desde la base hasta el pico de la montaña es de los más elevado de nuestro planeta situándose en el puesto 21 de picos más altos, también es el volcán más alto de todo América. Si te has planeado subir el Mt Rainier desde sus faldas más bajas... suerte con ello. Llegando por la highway y todavía a muchos kilómetros te encuentras de sopetón ante él, una vista que parece irreal que te hace decir: ¡wow! 



En esta época del año, el monte en sí está completamente bajo una capa de nieve pero la carretera que te lleva a lo más cerca de él la pillamos recién abierta y libre de nieve para la temporada de primavera-verano. Por fin empezábamos a poder hacer carreteras que se cierran en invierno, ya nos quedamos con las ganas de hacer algunas en lugares como Bryce o Yosemite algunas semanas atrás.  Esta carretera en concreto nos llevaba hasta Paradise, un pequeño poblado vacacional situado en el lugar mas alto del parque, la idea de conducir hacia un lugar llamado Paraíso molaba mucho. Al llegar te das cuenta de que el nombre es muy apropiado, un paraíso para todo aquel amante de la naturaleza y de los paisajes panorámicos.


La única parte negativa fue que las mejores rutas de senderismo que se encuentran en todo lo alto solo eran accesibles con equipo de raquetas de nieves ya que la nieve estaba muy suave y solo con botas de hiking sería una difícil y peligrosa aventura, no nos lo recomendaron para nada en el centro de información de Paradise. No nos podíamos permitir el coste del alquiler de las raquetas de nieve así que nos limitamos a caminar sobre la nieve por un sendero donde había mucha gente. Con nuestras botas, fuimos por un camino que nos llevaba a unas vistas más cercanas del pico del monte y de los alrededores. El día era claro y soleado, el monte se mostraba tal y como es y eso en el estado de Washington no es que ocurra cada día, es un estado muy lluvioso (sobre todo el oeste). No me imagino estar en este lugar en un día nublado sin la presencia del monte, ¡no sería lo mismo!



Desde lo alto vimos a gente bajar en sus skis, vaya envidia que nos daban. Nos conformaríamos tras un par de kilómetros, ya no era seguro seguir con nuestras botas así que decidimos bajar hasta el coche y dormir en nuestra minivan en un parking de por allí. Subir al pico del Mt Rainier es posible pero no es fácil de conseguir el permiso, hay que hacerlo con mucha antelación y es una proeza que pocos consiguen, muchos son los que fracasan en su intento. El tiempo en este monte es muy impredecible y es común que te impida conseguirlo.




Nuestra minivan donde pasabamos las noches
Al día siguiente decidimos hacer alguna ruta más abajo donde la nieve es escasa y donde no íbamos a tener problemas para caminar. Hicimos unos 10 kilómetros hasta un valle con unas vistas muy extensas de la montaña y de los alrededores. Para llegar allí tuvimos que atravesar un largo tramo de parches de nieve que hizo que disminuyera a la mitad nuestro ritmo. Fue un buen sendero para explorar un poco la flora y fauna del parque que todo el mundo puede hacer, no tenía un desnivel importante.




Esa misma tarde decidimos poner rumbo al siguiente destino, conduciendo algo así como un par de horas hacia el sureste. St Helens (Santa Helena) es un lugar similar a Rainier pero a la vez diferente, muy diferente. El concepto de monte gigante en solitario es el mismo pero la historia y la forma del monte es otra cosa. El volcán St Helens ha sido un volcán que ha cambiado el ecosistema de kilómetros a la redonda debido su entrada en erupción en el año 1980, una erupción que causó estragos en la zona cobrándose algunas vidas humanas e innumerables vidas animales. Es algo que ocurrió en mayo de 1980 y todavía está reciente en la población de incluso mediana edad. La vista del Mt St Helens es asombrosa, a mi parecer más que el Rainier. Es espectacular ver su pico colapsado y ver sus alrededores carentes de árboles en un paisaje desolador provocado por la erupción. 




Uno de sus muchos miradores por la carretera
Detrás de esta catástrofe existen historias como la de David A. Johnston, un chico vulcanólogo de la universidad de Seattle que estudió el volcán durante meses y el cual predijo lo que iba a pasar salvando así muchas vidas, días antes de la tragedia. Este chico fue uno de los pocos que consiguieron culminar su pico por aquel entonces. En su afán por el volcán, sus estudios y su cercanía, fue junto a otros 74 uno de los que perecieron en aquel trágico día. David fue sepultado bajo una capa de ceniza caliente que le provocó la asfixia hasta su muerte. También tenemos la historia de Harry Randall Truman, un hombre de 83 años que renegó abandonar su casa durante la erupción a pesar de la presión de los oficiales.

    -Voy a quedarme aquí y te voy a contar el por qué, mi casa y mi vida pertenecen a este lugar.

    -Mi mujer y yo hemos prometido durante años y años que nunca abandonaríamos Spirit Lake, nos encanta. Es parte de mi y yo soy parte de esa montaña.

Tras la erupción, su casa fue sepultada por una avalancha de barro y nieve con él en su interior.

Al contrario de Rainier, en este lugar si había una carretera que estaba cortada por estar todavía con nieve así que no pudimos conducir hasta lo más profundo del parque. Sin embargo, pudimos hacer una ruta al día siguiente con las expectativas de disfrutar de unas mejores vistas del paisaje y del monte en sí. Expectativas que se cumplieron ya que durante la ruta de senderismo que realizamos pudimos disfrutar de unas vistas únicas y para nosotros solos. Debido al mal tiempo no pudimos hacer una de las largas que incluso te llevan hasta un mirador muy cercano hacia su cráter. El monte se tapó por completo de nubes y decidimos poner punto y final a nuestra visita. Con una lluvia persistente llegamos a Olympia, preparados para vivir de cerca sus fiestas más famosas.






Ahora lo ves


Ahora no lo ves

Dejó de llover y aprovechamos para visitar el Washington State Capitol tan reconocible parecido a otros tantos del país. Este lugar está rodeado de grandes edificios y zonas verdes para echar un buen rato. Para visitar su interior, el mismo personal del edificio, ofrece tours guiados y gratuitos al cual nos apuntamos. Es una hora en la que te llevan al interior de habitaciones como la cámara de diputados entre otras muchas. Información muy completa y curiosa para aprender un poco sobre la manera de gobernar que tienen por los Estados Unidos.
Nuestro guía por el edifciio

Interior del State Capitol de Washington


Los jardines del exterior

Cuando iba llegando la hora nos fuimos a su downtown para empezar a vivir la gran fiesta. Dos veces al año se celebra esta fiesta llamada "Procession of the Spieces". Una fiesta muy rara para la que la mayoría de los habitantes de Olympia y alrededores salen a la calle a celebrarlo. Muchos de los negocios abren sus puertas con galerías de arte, con eventos de música, talleres de manualidades o simplemente exponiendo sus productos con algo para beber y picar. Sus calles se llenan de puestos de comida y gente pa'rriba y pa'bajo haciendo tiempo y esperando el momento cumbre del día. Ya con la oscuridad en lo alto empieza la procesión con gente que han creado unos muñecos con luz con los que van por las calles de la ciudad. Mucho ruido, música y alboroto con estos "muñecos" que han sido creados por ellos mismos. Sinceramente, no le veo mucho el sentido a esta procesión pero ese punto de rareza y locura es lo que lo hace especial.




 
Pero la procesión más importante de las fiestas se hace al día siguiente a medio día cuando mucha más gente se reúne con sus trajes y creaciones que exponen en una nueva procesión. Gente vestida de animales o plantas en grupos que celebran con música y bailes esta procesiones de las especies. Fue de esta forma con la que mejor conocimos a la ciudad de Olympia. Un lugar que nos pareció acogedor e ideal para echar un día, bastante diferente a su hermana mayor, Seattle.







Nuestra última noche aprovecharíamos para reservar alojamiento con HundredRooms para obtener un buen precio y así descansar del viaje y organizar un poco lo que íbamos a hacer en nuestro segundo gran destino, ¡nos vamos pa' Canadá!

Para ello teníamos que tomar un estúpido vuelo entre Seattle y Vancouver, una distancia de apenas un par de horas en coche. El caso es que para entrar Estados Unidos nos pedían un vuelo de salida del país, fue por eso por lo que lo compramos.

El vuelo era con Alaska Airlines, mientras esperábamos sentados en la puerta de embarque nos pasó algo difícil de creer. Al parecer había overbooking y la mujer de puerta de embarque abrió el micrófono para ofrecer una oferta irrechazable para nosotros.

- Ofrecemos un bono de 400$ y otro de 25$ para aquel que se ofrezca para tomar el siguiente vuelo dentro de 4 horas, tenemos dos plazas.

No terminó la frase cuando nosotros ya nos levantamos hacia el mostrador a llevarnos el premio gordo. Por esperar 4 horas en el aeropuerto nos llevábamos un total de 800$ más otros 50 para comer tranquilamente en el aeropuerto. ¿Quién puede decir que no?

Tras 4 horas que pasaron volando ya estábamos de verdad subidos en un bonito vuelo que nos llevó a la ciudad más importante del oeste de Canadá. ¡Vancouver nos esperaba!


Vancouver, una puerta a la naturaleza salvaje

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Empieza una nueva etapa en nuestro viaje.Ya habían pasado 3 meses que dieron mucho de sí conociendo gran parte de la costa oeste de los Estados Unidos, no habíamos parado desde entonces. Para Canadá llevábamos la Working Holiday Visa, es decir, teníamos la oportunidad de trabajar por el país mientras viajábamos para así tomárnoslo más tranquilo, hacer slowtravel aunque a veces nos resulte difícil estar parados. Habíamos planeado unos 5 meses o medio año en los que trabajaríamos dos de ellos. El viaje por estos dos países no se hace nada barato y teníamos que recuperar una parte para seguir viajando por el resto del continente americano.
Vancouver sería nuestra adaptación al país, pasaríamos una semana en ella. Conoceríamos una de las ciudades más famosas y grandes del país y arreglaríamos todos los papeles que teníamos que tener en regla para poder trabajar, lo mejor es tenerlo preparado desde el principio, no íbamos a ver ciudades como Vancouver muy a menudo en esta parte del país.

Semanas antes habíamos contactado con Ryanom a través de couchsurfing, un chico brasileño que lleva algunos años trabajando y viviendo en Vancouver, en la parte de Burnaby para ser exactos.  
Nos había aceptado como inquilinos en su apartamento y tras coger el tren desde el aeropuerto aparecimos en su casa. Ryanom nos recibió con los brazos abiertos y nos enseñó lo que iba a ser nuestra casa durante una semana. No tardó mucho en mostrarnos su faceta de artista aunque pasara un momento difícil con la reciente separación de su mujer y un hijo recién nacido. 

Nuestra cama
Necesitaba compañía y nosotros se la ofrecimos todo lo que pudimos. Su horario de trabajo era nocturno y de día no se levantaba hasta bien tarde así que tampoco es que nos viéramos mucho.
Al día siguiente nos fuimos al centro de Vancouver para empezar a conocer la ciudad y a "arreglar papeles" como el número SIN (seguridad social), una cuenta del banco con Scotiabank y sacarnos una tarjeta SIM (la mejor opción fue Virgin Mobile).

El centro de la ciudad se encuentra como en una clase de isla y moverse por ella es fácil teniendo como guía el agua que la rodea. Las vistas desde la parte más alta de la ciudad son muy bonitas, en los alrededores de la ciudad se pueden ver como se alzan las montañas, algo que siempre me gusta ver en una ciudad.  

Pájaro no identificado en Vancouver centro



Anduvimos por sus calles más céntricas donde se concentran sus edificios más altos, una especie de NY sin llegar a serlo, con calles comerciales llenas de gente como Grandville Street o Homer St y la parte que da al mar donde se ven los hidroaviones, el curioso Digital Orca, la llama olímpica y donde se encuentra el Canada Place, uno de los rincones más bellos de la ciudad. Por la zona del Gastown se encuentra el famoso reloj que echa humo, bares, muchos restaurantes y tiendas de souvenirs y poco poco más adelante se encuentra su deprimente Hasting Street donde todos los sin techos y drogadictos de la ciudad se reúnen. Da grima pasar por allí, se ve de TODO, no sé como lo pueden permitir en pleno centro de la ciudad, en fin... 





El famoso reloj humeante de Gastown

Tuvimos que tomar esa calle para llegar al barrio de Chinatown, como siempre, un placer pasear por las calles chinas que te hacen teletransportar a China por un rato. Aprovechamos para comer por allí (con un plato pueden comer 2) y visitar el jardín chino llamado Dr. Sun Yat-Sen, todo un remanso de paz. También anduvimos por la viva parte Yaletown, siempre lleno de gente vayas por donde vayas.



Vancouver empezó a existir con un bar de copas que fue abierto por "Gassy" Jack en un asentamiento que originalmente se conoció como Gastown (actualmente el barrio se sigue llamando así) allá por el año 1867, derivado de la expresión de la era victoriana "to gas" que tiene el significado de una persona que habla mucho como así bien se le conocía.  Un alcohólico charlatán británico de Hull que hizo alcohólicos a otros tantos a su alrededor ya que propuso que si el bar lo construían en un día los trabajadores tendrían barra libre de whiskey. El bar serviría sobre todo para los marineros y trabajadores del aserradero de la entrada del mar Burrard que paraban para tomarse algo.

Estatua de Gassy Jack en Gastown
Poco después, en 1970, el asentamiento se amplió gracias a las obras del ferrocarril que unirían Canadá de costa a costa y que daría hogar a los trabajadores, asentamiento que se le conocería como Grandville Townville.
Con el paso del tiempo la ciudad se fue construyendo entorno al bar y Grandville fue poco a poco creciendo hasta que se la llegó a considerar ciudad. Aún así, la ciudad debe su nombre al señor George Vancouver, un explorador británico líder en una misión española que hizo tratos amistosos con los indígenas (a cambio del villano James Cook que los asesinaba por muchos territorios que descubriera, no fue ningún santo), no les gustó la idea de tener el nombre de un borracho de un bar y dieron el honor al explorador británico. Hay que decir que Vancouver no fue el primero en explorar la zona, ese título se lo lleva el español Jose María Narvaez que llegó a través de estrecho de Georgia y que ya había puesto nombre a muchos accidentes geográficos.

Una cosa que me llamó mucho la atención de Vancouver es la gran cantidad de asiáticos que se ven por sus calles. A veces me hacía preguntar si nos encontrábamos en Canadá, en China o Filipinas. Sobre todo en barrios como Richmond o Burnaby, algo desmesurado.
No has estado en Vancouver si haber pisado su famosísimo Stanley Park, un parque gigantesco en el norte de la "isla" donde lo típico es alquilar un bicicleta para recorrertelo. Las vistas desde el parque hacia la ciudad y sus alrededores son espectaculares. Un pulmón verde que más bien parece un parque nacional, por él tiene rutas, museos, playas y mucho más para echar un buen día. 

Playa en Stanley Park


Nosotros elegimos la opción de visitarlo en bicicleta alquilada (primera vez que lo hacemos en este viaje). Hacía muy buen tiempo y el parque estaba a rebosar, tuvimos bastante suerte con el tiempo de Vancouver que tiene fama de ser muy lluvioso, se nota que la primavera llegaba fuerte.






Otro de los lugares importantes para visitar en la ciudad es la Isla Grandville, un mercado cubierto muy visitado donde tienen puestos de comida, fruta, verdura, pescado entre otras cosas aunque la verdad sea dicha, a un precio de locos. A pesar de lo caro que es, es un buen lugar para disfrutar del ambiente y de las vistas hacia el skyline de Vancouver.




En el día libre de Ryanom nos llevó a su zona favorita de la ciudad, nos fuimos a English Bay, una playa en la parte oeste de la isla donde la gente viene a hacer deporte o a sentarse en el césped tranquilamente. Nosotros compramos un kebab para llevar y elegimos la segunda opción de césped con vistas de la bahía. Por allí es por donde entran los grandes barcos de carga, algo que impresiona. ¡La vista desde allí es espectacular! Para cenar fuimos a un restaurante brasileño, donde él estuvo trabajando algunos meses, y probamos algunos platos típicos de su país, buenísimo todo. Pero lo mejor lo guardó para la noche, sacó sus botellas preciadas de Cachaza (bebida típica y muy fuerte brasileña) y jugando a las cartas nos dieron las tantas de la madrugada (el que perdía bebía).

English Bay

Otro de los días fuimos en la orilla del frente al sur de la isla donde se encuentra el Charleston Park, para mí, uno de los mejores lugares para ver el skyline de Vancouver. Caminamos todo ese paseo marítimo hacia el oeste hasta Quebec Street donde se encuentra uno de los edificios más representativos de la ciudad, una bola donde se encuentra el Centro de las Ciencias Kaleidoscope.






Una semana fue suficiente para arreglar todo y relajarnos en esta ciudad que tiene de todo, es imposible aburrirse en Vancouver, las opciones son infinitas. Con sus zonas locas de edificios gigantescos y repletas de gente y la tranquilidad de sus grandes parques y montañas que casi se pueden tocar para hacer hiking o relajarse. Esto es Canadá, un país que significa naturaleza salvaje, y de eso, nos moríamos de ganas. Nuestro siguiente paso era ir a la Isla de Vancouver, uno de los lugares que los canadienses utilizan para ir de vacaciones. Será por algo, ¿no?


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La Isla de Vancouver en 10 días

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Vancouver Island la teníamos entre ceja y ceja desde que empezamos el viaje, uno de los destinos más esperados de Canadá. Hacer una caminata larga de varios días por la costa pacifica estaba entre las prioridades, es aquí donde se encuentran una de las más famosas de todo el mundo, la conocida como West Coast Trail aunque nosotros nos decantaríamos por su hermana menor llamada Juan de Fuca Trail por razones que expongo en este post. Le dedicaríamos 10 días en un coche alquilado con la compañía llamada literalmente 'Alquila un Desastre' -Rent a Wreck- una compañía para alquilar coches de segunda mano más baratos aunque no sea siempre así.

Vancouver Island -o Isla de Vancouver- es la isla más grande de la parte occidental de América que situada a pocos kilómetros en barco de la ciudad de Vancouver, perteneciente a la provincia de la Columbia Británica. El nombre de la isla lo heredó del gran explorador británico George Vancouver que encomendó una misión española de exploración por la zona, asunto del que ya escribí en el post anterior sobre la ciudad de Vancouver
Esta isla suele tener un clima moderado y es uno de los favoritos para irse de vacaciones de la población canadiense, los vuelos y barcos a la isla son incontables. Es conocida por tener todo lo que uno puede desear en cuanto accidentes geográficos con sus gigantescas montañas y su costa salvaje interminable, uno de los pocos lugares en Canadá donde puedes hacer hiking con vistas al mar y al océano por los dos lados.



Teniendo en cuenta la temporada en la que nos encontrábamos teníamos que obviar lugares muy a nuestro pesar como Strathcona Provincial Park, el lugar donde se encuentran las montañas más altas de la isla que guarda las mejores rutas de montañas de toda la isla. De todas formas, con solo 10 días en la isla no daba para mucho más, nos concentraríamos en la parte sur del país. Para llegar a la isla desde Vancouver tienes dos opciones, ir por Nanaimo desde Horseshoe Bay o ir hasta Swartz Bay (cerca de Victoria) desde la terminal de Tsawwassen

Nosotros elegimos la primera opción ya que nuestro coche alquilado lo recogíamos en Nanaimo, uno de las ciudades más grandes de la isla. El trayecto en barco es algo impresionante, la vistas que se tienen son supremas, uno de los viajes en barcos más bonitos que jamás he realizado. Ver la costa continental con todos esos picos nevados es algo que nunca se borrará de mi mente, incluso podíamos ver el skyline de Vancouver con toda esa maraña de edificios.





En este barco conocimos a Flopi, un chico francés que se lanzó a la aventura en Canadá durante unos cuantos meses sin hablar apenas inglés. Iba a hacer woofing en la isla y no sería la última vez que nos veríamos. Entretanto conversamos con otras personas como un anciano que viajo por España en la época de franco o un inglés parlanchín que no paraba de imitar a personajes como Rambo, vaya personaje.


A continuación desgloso los lugares que visitamos en nuestra ruta por la isla:

Victoria


Nuestra primera parada en la isla no podía ser otra que la ciudad colonial de Victoria, conocida por ser la antigua capital del país y la ciudad más importante en la época victoriana del imperio británicoen estas tierras. Hoy en día es más conocida por ser la ciudaddonde la gente viene a jubilarse, es más, una gran parte de la población de esta ciudad es de la tercera edad. Otro titulo que se lleva es la de ciudad más elegante y acogedora del país.



Visitamos sus edificios victorianos y sus edificios parlamentarios que son los más impresionantes de toda la costa oeste del país. Paseamos por su zona portuaria donde salen muchos tours para ir a ver orcas y ballenas, esta zona del mundo es la mejor para ver a orcas en libertad. El precio del tour se nos antojaba demasiado abultado para nuestro ajustado presupuesto, nos quedaba la esperanza de verlas desde la costa aunque estaba difícil. Siguiendo la linea del mar se llega a un punto muy colorido llamado Fisherman's Wharf, un buen lugar para comer pescado y ver leones marinos. Sus restaurantes, tiendas y casas de alrededor son de colores chillones que no pasan desapercibidos. 





Visitamos su barrio chino, uno de los más antiguos y auténticos de Norte América que no nos defraudó tanto ni sus calles como ni su comida. Pasamos también por su centro histórico donde se concentra la mayor cantidad de gente, un lugar muy agradable por el que callejear en calles como Goverment St o View St.



Uno de los lugares que más nos gustaron fue el Beacon Hill Park, un parque grande que da a la costa. Las vistas son preciosas y hay unos bancos que dan al océano que relaja hasta al mas nervioso.



A las afueras de la ciudad hay otro lugares que merecen la pena ir a visitar, Mt Douglas Park es uno de ellos. Un monte muy alto al que se puede acceder a su pico fácilmente en coche o bien puedes hacer deporte como muchos locales corriendo por las rutas que existen hasta su pico. Pudiéndolo hacer en coche aprovechamos que lo teníamos y subimos rápidamente para tener unas vistas tremendas. Ya sudaríamos la gota gorda haciendo otras caminatas en los días siguientes. 


Vistas desde la cima del Mt Douglas
Otro lugar fue uno recomendado por una pareja que nos encontramos y nos recomendó lugares como el anterior y Finnerty Gardens, unos jardines preciosos y gratuitos que poco tiene que envidiar a los Butchart Gardens, al cual se entra pagando bastantes dólares.

Otro lugar bonito cerca de Victoria es la entrada de agua Malahat -Malahat Inlet-, Una lengua de mar que entra en tierra y que se puede observar muy bien desde su parte oeste, lo mejor es tomarte algo en su restaurante mirador y tener vistas como las de aquí anbajo. Por esta carretera hay variosiradores, las vistas son inmejorables y no hay que hacer ningún esfuerzo.




Juan de Fuca Trail


Esta caminata de 47 km por la costa pacífica de la isla se presentaba como un reto para nosotros. Decidimos elegir esta caminata en lugar de la mundialmente conocida West Coast Trail porque cuesta mucho menos dinero, no hay que reservar con antelación y es muy recomendada y similar.No había más que hablar.

Nos preparamos bien el día anterior haciendo las compras y preparando lo que iba a ser la ruta. Lo haríamos en 3 noches y cuatro días, o ese fue plan inicial. Pedimos un mapa en el centro de información de Sooke con el perfil de la ruta y nos sentamos en con un café a discutir las etapas. La ruta dispone de diferentes campamentos donde poner tu tienda de campaña y es recomendable planearlo con antelación por el tema de mareas, algo a tener muy en cuenta si no te quieres quedar atrapado. Lo de las mareas es algo que hay que tener bajo control y por suerte las horas de las mareas bajas eran ideales para nuestro planes, nos dieron una tabla muy útil en el mismo centro de información.

Para salir bien temprano decidimos ir a dormir en el coche en el mismo parking del inicio de la ruta Juan de Fuca. Dormir en el coche era ya rutina para nosotros, en los Estados Unidos lo tuvimos que hacer a menudo.

El trail se puede hacer en dos direcciones. En nuestro caso elegimos la opción de empezar en China Beach y terminar en Botanical Beach (de sur a norte), o sea, de lo más difícil a lo más sencillo. Algunos prefieren hacerlo al revés, eso ya depende de la persona.

El primer día sería el más duro y largo, nos veíamos con fuerzas y fuimos ambiciosos. No todo iba a ser tan fácil como habíamos pensado. La ruta estaba llena de obstáculos, de subidas y bajadas continuas y con zonas de barro que nos retrasaban mucho en nuestro ritmo. Los primeros 9 km fueron relativamente bien pero los 12 km siguientes fueron un reto, estábamos hablando de la parte más difícil de toda la ruta. Teníamos claro que no iba a ser ningún paseo en el parque y con el peso de nuestras mochilas cargadas de comida y cosas para acampar se iba a hacer más duro con el paso de los días. Los últimos km se presentó un problema, mi rodilla derecha dijo basta.





No sé si por un paso en falso o qué pero de repente cada paso que daba con esa pierna era un infierno, la rodilla estaba bien jodida. Llegamos a las 7 de la tarde al campamento, bastante más tarde de lo que habíamos planeado. Con la maltrecha rodilla los últimos km se hicieron larguísimos. Llegar a esa playa nos supo a gloria, la parte más difícil estaba hecha pero a un precio muy caro. Confiaba que durante la noche mejorara y pudiéramos continuar al día siguiente. Acampar en la playa siempre es un placer y allí encontramos un lugar protegidos por troncos donde disfrutamos de un atardecer precioso, el tiempo estaba siendo el mejor posible. Tras caer la oscuridad y cenar, caímos rendidos, había sido un día duro y necesitábamos descansar.




Cuando nos despertamos el segundo día notaba como mi rodilla respondía mejor así que decidimos seguir adelante. Afrontábamos una etapa considerada como difícil.
Los primeros kilómetros pegados al mar fueron bien pero con el paso del tiempo mi rodilla volvió a fallar, esta vez antes de lo previsto. Decidimos que nos íbamosa quedaren un campamento que no estaba en los planes, este segundo día solo haríamos 7 km lentos por la dificultad del terreno y mi rodilla. Las vistas iban mejorando kilómetro a kilómetro, ¡vaya maravilla!


Empezando el día

Perrine iba en cabeza todo el rato y yo intentaba seguir como bien podía, llevaba dos palos que encontré por la ruta que ayudaron mucho para apoyar menos esa pierna. Llegamos a eso de las 2 de la tarde a Sombrío Beach donde disfrutamos del buen tiempo que estaba haciendo. 
No hicimos nada más, me tumbé en la arena esperando que la rodilla tuviera tiempo suficiente para descansar y recuperarse, a partir de ahora la ruta iba a ser menos dura y quizás la rodilla no sufriría tanto. La verdad es que por una parte me alegré parar allí antes de tiempo, a veces hay que detenerse y disfrutar de lo que tienes alrededor sin prisas, sin bullas. Un lugar así lo merecía.


Vistas de nuestro segunda noche

Cuando nos levantamos el tercer día la cosa fue mejor de lo que pensaba. Apenas notaba molestia en la rodilla y podía andar relativamente bien. De todas formas no podía cantar victoria, había muchos kilómetros por delante, solo habíamos hecho 28 de los 47 km.
Con el paso de los kilómetros mi rodilla iba sorprendentemente bien, ahora era Perrine la que tenía que seguir mi ritmo mucho más rápido. Aún así, la zona de obstáculos y de barro no era nada fácil de pasar, a veces el barro hacía que tuvieras que hacer virguerias para poder seguir, averiguártelas para no meter la pata (nunca mejor dicho). El paisaje en esta etapa era bastante más bonito que las anteriores, los paisajes rocosos del océano son espectaculares, pura naturaleza.


Parada de almuerzo con vistas
Llegamos al campamento de la tercera noche sin problemas tras 13 rápidos kilómetros, podía decir que mi rodilla se había recuperado por arte de magia, el largo descanso del día anterior me había venido de perlas. Este lugar para acampar ya no era en la playa, esta vez estábamos metidos en el interior.Cada campamento tiene una caja metálica contra osos para meter toda tu comida, cremas y todo lo que pueda oler para evitar atraerlos. Toda esta zona es muy frecuentada por osos negros, por suerte o desgracia no vimos ninguno aunque alguien nos dijo que si vio en la misma arena de la playa. Lo que recomiendan es siempre hacer ruido para evitar un encuentro fortuito, cuando no hablábamos entre nosotros Perrine se ponía a cantar, con su alto tono de voz seguro que espantó a más de uno.





El último día iba a ser pan comido, solo nos quedaban 6 kilómetros para llegar al final de toda la ruta, el final estaba cerca. A través de un frondoso bosque y playas idílicas llegamos a Botanical Beach.  El cartel decía kilómetro 47 ¡Lo hemos conseguido!



The end...¿o no?
Ahora se nos presentaba otro asunto que resolver. Habíamos pensado hacer autostop para volver a nuestro coche por una carretera que nos devolvía al inicio de la ruta. Para ello tuvimos que caminar hacia el pueblo más cercano situado en Port Renfrew, a algunos kilómetros más. En nuestro camino, con el dedo levantado, paró un todoterreno. Una sonriente mujer nos ofreció un asiento mientras quitaba cosas y las ponía en el maletero. Trataba de una familia de 4, el padre de Bolivia, ella de la India y sus dos hijos menores de 12 años. Por suerte se dirigían hacia China Beach, donde nosotros teníamos nuestro coche pero antes nos ofrecieron comer en su bungalow que tenían alquilado en Port Renfrew. Con el hambre que llevábamos tras 4 días comiendo noodles y fajitas no podíamos negarnos. Su bungalow en plena costa tenía unas vistas de escándalo y comimos de escándalo, ¡vaya suerte la nuestra!

Al llegar a nuestro coche condujimos directos hacia Victoria en busca de un hotel para descansar del palizón, teníamos que seguir visitando lugares por la isla.


Port Alberni y Sproat Lake


Este día sería de mucho conducir, nuestra intención era llegar desde Victoria hasta Uclelet pasando por Port Alberni. No venía mal para descansar las piernas y ver el paisaje a través del parabrisas del coche.

Port Alberni se encuentra en mitad de la isla pero está comunicado por agua en una de sus entradas de océano desde donde incluso se puede tomar barcos, muchos de ellos te llevan a Port Renfrew.. Esta bonita ciudad isleña está rodeada de maravillas naturales. Su gran pico nevado Arrowsmith Peak se presenta a las espaldas mientras las montañas y el inlet decoran al otro lado de la ciudad, uno ya no sabe hacia donde mirar sin estar sorprendido por las bonitas vistas.


Es una ciudad que lo tiene todo así que aprovechamos para comprar en el supermercado más barato del país llamado No Frillsy compramos para los días que nos quedaban en la isla.

Lo más destacado de la ciudad es irse a la zona de donde salen los ferries. Allí hay una plataforma con escaleras a la que te puedes subir y tener unas buenas vistas del inlet, la ciudad y las montañas de alrededor. A parte de eso, poco más, lo mejor está ahí afuera.

Cerca de la ciudad existe un lugar donde se pueden ver unos curiosos petroglifos y disfrutar del gran y bonito Lago Sproat. Para llegar a ellos caminamos un par de kilómetros junto al lago, allí hay una plataforma flotante (que estaba medio hundida cuando llegamos) desde donde se pueden verestos petroglifos de los first nations (es como llaman en Canadá a los indios indígenas)




Uclelet y su Wild Pacific Trail


El camino de Port Alberni hasta Uclelet es uno de los mejores que hicimos en la isla. El camino va entre grandísimos picos nevados a los dos lados de la carretera y lagos interminables.


La localidad de Uclelet se encuentra en plenoOcéano Pacífico, una ciudad con nombre indígena no muy lejos de la popular ciudad de Tofino, Uclelet es famosa por sus playas para hacer surf, su ritmo más relajado que Tofino y su costa salvaje donde se puede realizar una larga caminata. Esta caminata es conocida como la Wild Pacific Trail, creo que el nombre ya dice mucho en sí. 

Al quedarnos solo la tarde (habíamos estado todo el día conduciendo y viendo Port Alberni) hicimos solo un tramo del susodicho trail. La costa está salpicada por rocas e islitas por todos sitios. Es una caminata muy fácil de hacer y las vistas bien merecen la pena. 

Esa noche dormiríamos en un camping llamado Surf Junction Campground por 25$ con jacuzzi comunitario incluido, estuvimos en remojo toda la tarde junto a un grupo de jóvenes suferos.


Wild Pacific Trail
Al día siguiente decidimos hacer el resto del Wild Pacific Trail, nos quedaban aún unos cuantos kilómetros para echar toda la mañana. Para nuestra sorpresa, el paisaje en la costa estaba bajo una intensa niebla que no permitía ver dos metros allá de nuestrasnarices, con estas limitadas vistas el paseo no fue lo mismo... es la típica niebla que se crea en la costa del Pacífico Norte. 



Añadir leyenda

 

Tofino no... Cooms y Parksville sí

 

Tofino es uno de los lugares para venir de vacaciones más populares de toda la Isla de Vancouver. Eso traía consecuencias fatales para nosotros, todo lo que se podía hacer en esta ciudad costera costaba un riñón y si en Tofino no pagas para hacer alguna actividad, hay muy poco que puedes hacer a parte de disfrutar de las vistas de su maravilloso entorno. Incluso coger algún transporte a la isla de al lado de Meares Islandcuesta un pastizal. Con tal panoramanos conformamos con deambular por la ciudad,beber café, comer comer donuts y disfrutar de las vistas. Lo siento Tofinopero no eres para nosotros. Estoy seguro de que si se hacen las actividades que se ofrecen seguro que te lo pasas pipa, el entorno es una pasada.

Tofino
Vistas desde Tofinoi
Centro de Frist Nations de Tofino
Saliendo de Tofino a la mañana siguiente para volver a Nanaimo hicimos varias paradas como la del Lago Kennedy, un refrescante lugar con unas vistas relajantes para empezar el día. 


Lago Kennedy
La siguiente parada fue en un bosque con árboles gigantes cerca ya de la ciudad de Parksville.



Antes de llegar a Parksville hicimos una parada más en una pequeña y acogedora localidad llamada Coombs. Lo más curioso de esta localidad es que en los tejados de sus casas hay cabras, sí, como lo oyes. Estas cabras están ahí porque tienen hierba en los tejados y estas están ahí comiendo sin parar, curioso cuanto menos. Por el resto este pueblecito merece la pena una parada para visitar su mercado con productos de todo el mundo y sus encantadoras calles (muy pequeñito). 


Las casas de Coombs
Nuestra última parada del día sería en la ciudad de Parksville, un lugar costero muy tranquilo donde aprovechamos de su Tim Hortons y de su bonita costa. Los 10 días habían volado, la verdad es que el Juan de Fuca Trail se comió 4 de ellos así que no nos quedó mucho más para el resto, aún así lo disfrutamos mucho, esta isla es una autentica maravilla. 

A la mañana siguiente devolvimos el coche en Nanaimo y volvimos a Vancouver para seguir viajando por la zona... ¿a donde iríamos esta vez?


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Subiendo desde el mar hasta el cielo

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10 días en la Isla de Vancouver y 5 para visitar las maravillas de la carretera llamada Sea to the Sky que sale desde Vancouver y llega hasta Pemberton. Nos estábamos dando prisa porque teníamos un vuelo desde Vancouver que nos llevaba hacia Whitehorse, la capital del remoto Yukon, al norte de Canadá. Íbamos allí para trabajar dos semanas con perros de trineo, experiencia de la que hablaré en el próximo post.


Empezábamos en Vancouver porque allí reservamos el coche de alquiler. Una vez más con la suerte obtener un coche mejor con el precio del económico por la falta de este ¡está vez nos dieron un 4x4! Lo suficientemente grande como para dormir tumbados en su interior. Perfecto mundo.

'Sea to the Sky' es una carretera con mucho que ofrecer para todo aquel amante de la montaña: caminatas míticas y deportes de invierno. Una carretera que pasa por lugares como Squamish, Whistler y Pemberton como localidades más destacadas y con parques provinciales como Garibaldi, Jofre Lakes o los alrededores de Squamish o Whistler.

Ahora centrémonos es nuestro paso por esta carretera y las mejores rutas que hicimos.


The Chief (Squamish)


Squamish es la primera ciudad que te encuentras saliendo hacia el norte desde Vancouver, se llega entre cadenas de montañas a la derecha y el mar a la izquierda. En su moderno centro de visitantes nos informaron de lo que se podía hacer por allí, que no es poco.


Uno de los sitios imperdibles era subir a la cima de 'The Chief', una roca gigante al estilo 'El Capitán' en Yosemite que se puede divisar fácilmente desde la carretera. La subida es corta y por escalones, pero oh boy, es muy dura para el pulmón y piernas. Y es que en tan sólo dos kilómetros se asciende la friolera de 600 metros. Eso sí, las vistas desde ahí arriba bien merece la pena, es una de las maravillas de la zona que nadie debería de pasar de largo, sólo hay que sufrir un poco para llegar. Si se quiere más tienes la posibilidad de hacer sus otras dos cimas para echar el día completo. Nosotros llegamos ya por la tarde y se dice que las vistas desde la primera cima son las mejores, bien...

Otro de los lugares famosos y fácilmente accesibles son las cataratas Shannon, las cuales tiene dos miradores, uno arriba y otro a sus pies.



Garibaldi Lake


Nos encontramos en las fechas del deshielo del año y los caminos se iban abriendo poco a poco al alpinismo. El Parque Provincial de Lago Garibaldi es uno de los que más prestigio goza en la zona para ello, así que allá fuimos. El lago ya era accesible a pesar de que los últimos kilómetro estuvieran aun cubiertos totalmente de nieve.

La ruta ida y vuelta es de 18km con 900m en elevación, es decir, un día entero. El sendero no perdona ya desde el inicio, un constante zigzageo largo cuesta arriba se prolonga varios kilómetros por un bosque hasta que llegas a la primera recompensa, unas vistas del valle y de las montañas te dan las energías suficientes para seguir subiendo hacia el lago.



Desde aquí la nieve fue apareciendo en escena con pequeños parches hasta que en los dos últimos kilómetros la tierra fue desapareciendo de la vista. Algunas zonas se hacían peligrosas porque la nieve era en realidad hielo duro y eso con las botas de hiking se hacía difícil. Tuvimos o que frenar el ritmo para ser más cuidadosos con cada paso que dábamos. Por supuesto, las caídas de morros y culo no faltaron, sobre todo Perrine que es experta en ello. Yo tampoco me libré.



Por suerte la ruta estaba bastante llena de gente con lo que nosotros sólo teníamos que seguir los pasos.

Llegar al lago fue un subidón tremendo, ¡vaya maravilla! En realidad, el lago estaba cubierto totalmente de nieve pero estando en plena época de deshielo el hielo se agrietaba dejando un color azul turquesa intenso que junto a todas las montañas de alrededor nevadas creaban un entorno maravilloso.






La bajada se hizo más larga que la subida aunque no fuera tan duro, pero los kilómetros pesaban. Ya sólo quedaba quitarse las botas y disfrutar de la 'tarde libre'.




Whistler


La ciudad del deporte de invierno más famosa de Canadá, sobre todo después de que se celebrarán en 2010 los Juegos Olímpicos de invierno en esta ciudad que precisamente fue uno de los peores inviernos en cuanto a nieve se refiere. 






La ciudad está toda construida de casitas de madera. Más que ciudad parece (prácticamente es)  un resort de vacaciones para gente que viene a hacer deporte de invierno o a hacer alpinisno-senderismo. Sus calles tienen un aspecto muy nuevo y chic. Nuestro paso fue breve, un rato de window shopping, un Starbucks y pal coche.

Esa noche iríamos a pasarla a un camping para tener la posibilidad de ducharnos. Una de las cosas que nos sorprendió fue su sistema anti-osos ya que es un camping en el que el coche se deja fuera de la zona de parcelas de acampadas. A través de una polea y una red se suben los alimentos y productos que desprendan algún aroma a una altura a la que no puedan llegar. A la mañana siguiente vimos que nuestra comida no había sido devorada por osos si no por las ardillas. Mucha de nuestra comida estaba roída, se dieron un buen banquete las malditas. Así que ya sabes, protege bien tu comida si alguna vez utilizas uno de esos sistemas anti-osos, personalmente me quedo con el sistema de la caja metálica.



Joffre Lakes

Para llegar a esta caminata conducimos lo más al norte de esta ruta, ya pasada la localidad de Pemberton -Pemby para los amigos-. Ciudad en la que pararíamos en nuestro camino de vuelta.

Teníamos entendido que esta caminata era una de las más bonitas de la zona. Una caminata que pasa por tres lagos a diferentes alturas siendo el más alto el más espectacular, nos daría para medio día. Al no estar a tanta altura como el Lago Garibaldi había menos nieve y el lago no iba a estar tan congelado. Nuestras ganas por descubrir nuevos paisajes naturales nos hizo lanzarnos a comprobarlo por nuestros propios ojos.

Al llegar temprano vimos que eramos los primeros en aparcar en el parking de inicio de la caminata, teníamos entendido que es una caminata popular que suele ser visitada por mucha gente pero por lo temprano que era y al ser entre semana, supongo que es diferente.

Mientras nos preparábamos para salir llegaron más coches. En uno de ellos iban dos parejas de cuarentañeros muy simpáticos con los que nos encontraríamos en diferentes puntos de la ruta. Eran Testigos de Jehová, una practica religiosa muy extendida por Canadá y EEUU. No es la primera vez que conocemos a alguien que acaba por regalarnos una tarjeta de visita de este grupo religioso. Te hacen saber muy pronto.



El primero de los tres lagos te lo encuentras nada más empiezas la ruta, a medio kilómetro, un extenso lago se expande por la superficie con la tranquilidad que caracteriza a los lagos canadienses, rodeado de montañas para variar. 

Para llegar al segundo lago había que sudar. Una pendiente fuerte nos aguardaba, rocosa, sin nieve pero con terreno un poco fangoso por el deshielo. Las vistas van mejorando con el paso de los kilómetros, un rango de montañas con una capa verde de pinos aparece en escena. 



El lago del medio nos parece ya una autentica pasada. Ahí mismo nos encontramos con nuestros amigos los Testigo de Jehová de los que nos despedimos con un 'Nos vemos en la cima'.

Por otra pronunciada pendiente subimos al tercer y definitivo lago, para ello tenemos que pasar de nuevo por nieve siguiendo las escasas huellas que quedan del día anterior, parece que somos los primeros en llegar en este día. El paisaje es impresionante una vez más, sobre todo cuando nos encontramos con el glaciar que está encajado entre las montañas. El lago nos lo encontramos semi-congelado, con grandes parches de hielo y otros tantos de agua, el color es un tanto bizarro. Para la mejor vista hay que rodear todo el tercer lago. 



Llegamos a una zona con huellas de osos que nos parecen recientes y dudamos si seguir o no. Entre nuestra indecisión llegan 'los 4 jehovás' que parecen entendidos en el tema, según ellos las huellas de oso tienen ya un tiempo. 


Rodeado de huellas sospechosas
Nos juntamos los 6 y seguimos adelante tirándonos por un tobogán de nieve para llegar a la zona donde se supone que hay un camping y unos aseos, esta todo bajo nieve. Nos encontramos justo debajo del gran glaciar, ¡hemos terminado!. La vista del lago semi-congelado es impresionante a pesar de que no tiene el color turquesa que se le supone tener pero eso es algo que se ve cuando está totalmente descongelado, faltaba al menos un mes para ello. Hemos terminado y nuestros amigos los jehovás tienen un festín preparado, ¡se han traído hasta una botella de vino! Comparten todo con nosotros aunque no tengamos nada que ofrecerles.





La vuelta la hacemos lenta, disfrutando paso a paso del paisaje, es todo cuesta abajo.

En nuestra vuelta en coche por la ruta decidimos parar en Pemberton. Una pequeña pero mona localidad donde tomarse un buen café o hacer algunas compras, yo me quedo con las bonitas vistas y los murales que tiene. Es más natural que Whistler.








Conduciendo más al sur y pasando Whistler paramos en unas cataratas populares llamadas Brandywine Falls. Una corta caminata nos lleva hacia un mirador, la verdad es que es una catarata impresionante. Un caño de agua perfecto cae a plomo a una gran altura. Desde arriba vemos gente abajo, desconocía que hubiera una ruta que te llevará hasta allí.


Las impresionantes Brandywine Falls

Por la tarde hacemos otra ruta corta por la zona del Brohm Lake que nos lleva a unas bonitas vistas de toda la pared de montañas a través de una ruta boscosa y muy húmeda. Arriba hay como una caseta de vigilancia, significa que estábamos en lo más alto.









El día siguiente devolvemos el coche y tomamos un vuelo a las profundidades de Canadá. El Yukon nos esperaba. ¡Fueron unos 5 días muy bien aprovechados!



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Whitehorse, a orillas del mítico río Yukon

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Volar entre provincias en Canadá es como volar entre países lejanos dentro de Europa, es un país tan grande y salvaje que viajar por carretera puede ser eterno, además de que un autobús nos iba a costar casi igual. Es por eso que decidimos ir por la vía rápida y volar hacia Whitehorse desde Vancouver, la capital del Yukon -Yucón-. 
Es una provincia muchas veces ignorada y sin embargo es de las más fascinantes de Norte América (y tan al norte). Si quieres ver naturaleza en su máximo exponente, Yukon es tu provincia.

Desde los aires, subidos en ell avión de Air North, ya nos frotábamos las manos al ver tal paisaje por la ventanilla de nuestro asiento. Desde ahí mismo pudimos seguir la pista al mítico e inacabable río Yukon. El paisaje era una auténtica pasada.


Emerald Lake desde las alturas
En el aeropuerto nos recogía Andrew, un chico de Halifax (Nueva Escocia) al extremo este del país. Un viajero que forma parte de la red de Couchsurfing y que tuvimos el placer que nos aceptará durante unas cuantas noches. Nos recogía en su desordenada ranchera, llena de planos y cajas y nos llevó a su casa. Un casa pequeñita de madera junto al río Yukon, los pelos se me pusieron como escarpias sólo con estar allí presente. Un río por el que transcurrió una de las historias más fascinantes del mundo, hablo de la fiebre del oro del Klondike. Ahora estaba ahí sentado, junto al río Yukon, empezaba a soñar despierto, empezaba una nueva aventura.




Vistas desde la casa de Andrew
Andrew es un gran viajero, pero no uno cualquiera. A este chico treintañero le gusta pasar frío. Ha viajado y trabajado en lugares remotos donde sólo habitan esquimales y ha hecho rutas durante el invierno a -50 grados con la ayuda de un trineo a sus espaldas. No sólo lo hace en Canadá, este año estuvo en las mismísimas Islas Svalbard durante el solsticio, en el lugar donde se encuentra la ciudad más cercana al polo norte. Nos contaba historias sorprendentes, con este chico no nos íbamos a aburrir. 
Nuestra cama sería una mini caravana a remolque que el mismo utiliza en sus viajes por Canadá, un lugar pequeño pero acogedor.


Nuestra casa durante algunas noches
Durante un par de días descubrimos esta curiosa ciudad que aún siendo la capital y ciudad mas grande del Yukon, se me hacía pequeñita y manejable. Losfirst nationsse mezclan con los blancos y filipinos en sus calles ordenadas y a menudo solitarias. Digamos que no es una ciudad bonita en si, lo que la enriquece es su historia y sus alrededores. Como nos contó un local de allí, Whitehorse es una ciudad de y para viajeros, son muchos canadienses los que han llegado hasta  allí desde otras provincias en busca de aventura. 

El paseo junto al río Yukon es una de las mejores cosas que se pueden hacer, si tienes suerte como nosotros veras a águilas de cabeza blanca. Por allí pasa una especie de tranvía antiguo donde te puedes subir por poco dinero, en él te explican cosas de la ciudad mientras hace una pequeña ruta.


Tranvía turístico junto al río

Whitehorse es también el puerto de salida desde donde salen las personas que emprenden un viaje de varios días en canoa hasta Dawson City, todo un clásico. Hay libros como el del escritor y viajero Javier Reverte que cuentan esta experiencia entre otras, un libro  llamado 'El río de la luz' que me inspiró durante todo el viaje, en él cuenta muchas cosas interesantes del oeste de Canadá y Alaska.

Existen un par de museos muy buenos como el SS Klondike, un barco que servía de transporte a pasajeros tras la fiebre del oro que navegaba por el siempre peligroso río Yukon hasta la ciudad de Dawson City. Actualmente se puede subir a él y ver todo tal y como era por aquel entonces cuando se puso en funcionamiento en el año 1921. Estuvo en marcha en la ruta Whitehorse - Dawson City hasta el 1950. La entrada al barco es gratuita.


SS Klondike


El segundo museo que DEBES visitar estando en Whitehorse es el museo MacBride, un museo que indaga en la historia del Yukon, una historia siempre ligada al Klondike, tema que da para escribir largo y tendido en un próximo post. En este museo puedes aprender de diferentes lugares en la provincia, vestimentas, grupos indígenas, fauna y mucho más, perfecto para pillar la base antes de empezar a viajar por la provincia. En la planta baja había una exposición de la remota isla Herschel situada en el Mar de Beaufort, por encima de la línea del Ártico, en lo más al norte de la provincia.


Los indígenas inmortales de la isla de Herschel

El mapa visto desde otra perspectiva


¡Oro, oro!

La historia de Whitehorse tanto como la del Yukon como provincia es muy joven. Es una ciudad creada por ser punto estratégico para repostar y de acampada para la gente que venía de viaje en busca de oro. Se dirigían hacia el norte en la famosa estampida que empezó en el año 1897. Todos tenían un mismo destino: Dawson City, lugar donde se encontraba el oro que todo el mundo prometía en los periódicos y en el boca a boca. Oro que se encontraba sobre todo en el afluente del río Yukon, el Klondike, una palabra que se convirtió en un sueño para muchos americanos y que llegaba incluso a la remota Europa. Posteriormente, la ciudad floreció con la creación de la carretera Alaska highway. La capital cambiaría entonces desde Dawson a Whitehorse convirtiéndose en la ciudad más grande y poblada de la provincia con mucha diferencia.


El nombre de la ciudad se debe a las formaciones de agua que se formaban en unos rápidos, parecían tener forma de caballos blancos -white horse-. Supongo que por la espuma que soltaban con el movimiento. Un mural que nos encontramos en la ciudad lo describe gráficamente.

Los caballos blancos de los rápidos
Uno de los personajes más importantes de la ciudad es Jack London (aunque naciera en Oakland, SF). Nombre ligado a la historia de esta ciudad. Un aventurero y pionero en lanzarse en busca del oro del Klondike. Fracasó y no pudo llevarse ningún oro, sin embargo, sus experiencias le sirvieron para escribir libros, convirtiéndose así en uno de los escritores más laureados de su época. El Klondike le había hecho rico en experiencias y lecciones de vida. En Dawson City se encuentra un museo al lado de lo que era su casa cuando llegó a la ciudad prometida.

Entre otros libros, Jack London ha escrito obras como el clásico de Colmillo Blanco, versión que se pasó al cine con una exitosa película hace ya bastantes años. En una de las calles del centro se encuentra su estatua.

Otro personaje mas actual podría ser Pierre Berton, nacido en esta misma ciudad. Uno de los escritores más famosos de Canadá que también tiene su libro sobre el Klondike. Él también tiene su estatua en la ciudad. Sus libros tratan sobre todo sobre la historia de Canadá: revoluciones, guerras, independencia y otros asuntos políticos y de historia del país, muy interesante si se quiere aprender mientras viajas por este bastísimo país


En el centro puedes encontrar de todo lo que te haga falta. Aquí se encuentran los supermercados grandes como el Superstore o Walmart. Todas las cadenas posibles de comida rápida y tipo Starbucks o Tim Hortons también hace acto de presencia repetidas veces. Poco a poco, Tim Hortons, se convertiría en uno de nuestros lugares fijos de casi a diario. Sus precios son muy bajos y el café, personalmente, me parece bastante bueno, nada que envidiar al de Starbucks (espero no ganarme muchos enemigos). Sus croasanes y donuts ademas de baratos,¡están buenísimos! Fuera de Whitehorse, encontrar una tienda barata se convierte en una odisea. Son muchos los que conducen una hora, dos o tres para venir a la ciudad y hacer las compras semanales o mensuales. Hay poco que rascar en otros lugares de la región.

En lo más céntrico existe una calle donde aún se preserva como lucía la ciudad de Whitehorse en la época de la fiebre del oro, cuando la ciudad solo trataba de un calle donde el viajero podía abastecerse de lo que necesitaba. Son muchos los que se aprovecharon de la situación y vinieron hacia aquí para hacer negocios.


Calles como antiguamente en la fiebre del oro creada por americanos
La old log church, es una iglesia museo situada en el centro y es considerada la iglesia de este tipo (con troncos de madera) más antigua de esta parte de Canadá. Es de pago pero en días de misa se puede visitar gratis.

Old Log Church


El centro de información turística es muy bueno y gigantesco, en él podrás hacer tus planes con mapas que tienen. Se puede rellenar agua y aprovechar de su WiFi. Es por eso que es un buen punto de encuentro entre viajeros. 

Cerca de allí se encuentra el Centro Cultural de Kwanlin Dun donde poseen exposiciones sobre los first nations (primeras naciones o indígenas) de Whitehorse, Disponen de arte, artefactos y una canoa de madera típica Kwanlin Dun. El edificio en sí es de los más bonitos de la ciudad con esas caras indígenas tan características y los típicos totems, los cuales se ve mucho por Canadá.


Kwanlin Dun Cultural Center
Lugar de reuiniones de los Kwanlin Dun
Por las tardes estábamos con Andrew. Como gratitud preparamos la cena cada noche, como no podía ser de otra forma cocina a la española o incluso a la malagueña. Uno de los platos que hice fue el plato malagueño por excelencia llamado gazpachuelo, esta vez con salmón local, ¡salió de escándalo! 

Los días eran largos, muyyy largos, se prolongaban hasta las 12 de la madrugada y amanecía ya como a las 5 de la mañana. Nos encontrábamos a una latitud muy al norte y eso era algo de lo que nos dimos cuenta enseguida, era la primera vez que vivía algo así (los países escandinavos son algo que tengo aún pendiente) y eso que solo era mayo.

Los días en Whitehorse volaron. De repente estábamos en el centro de la ciudad esperando a Michelle, la que sería nuestra experiencia HelpX, una de las razones de la que nos encontrábamos en este lugar. En su pick-up y con dos perros más nos subimos, nos llevaría hasta lo que es su casa en mitad de la nada, situada entre las minúsculas localidades de Tagish y Carcross. Allí viviríamos una nueva experiencia, trabajaríamos y aprenderíamos a cuidar y manejar a perros de trineo durante dos semanas, ¡esta historia me la guardo para el próximo post!

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Trabajando con perros de trineo en el Yukon

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Subidos en el coche de Michelle, con dos perros gigantes encima que llenaban de pelos cada parte de mi cuerpo, viajábamos por paisajes de ensueño dejando Whitehorse a nuestras espaldas. Íbamos con la incertidumbre de dónde apareceríamos, de dónde pasaríamos las próximas 2 semanas y pico. Antes de salir habíamos hecho las compras de alimentos, ya que donde vive ella no hay nada y lo más cercano sería Carcross donde hay cosas básicas (caro) y se encuentra a unos 40 minutos en coche de su casa. Toda nuestra compra semanal nos lo pagó ella, cocinaríamos nuestra propia comida.
Michelle nos contaba sobre sus perros y sobre los viajes que había realizado. Ella ha sido viajera y estuvo en lugares como la India entre otros lugares lejanos al Yukon, no es que sea muy complicado. Fue un largo tema de conversación.
Entre las cabezas de los perros sacaba fotos del precioso paisaje lleno de lagos y montañas. 




Michelle ha trabajado casi toda su vida con perros de trineo por lo que es una gran experta en ello. Casi cada año hace carreras como el Iditarod (de Anchorage hasta Nome en Alaska)y la competición de perros de trineo más dura del mundo,el Yukon Quest (desde Whitehorse hasta Fairbanks con un total de 1000 millas), carreras  de varios días que hacen en temperaturas extremas que fácilmente llegan a los -50 grados centígrados. Para poder participar cada año en esta prueba de superhéroes necesita patrocinadores ya que necesita los 20.000 dólares para inscribirse. Eso si, ganó un año y se llevó como premio una ranchera 4x4 y una gran cantidad de dólares. Hay documentales sobre perros a trineo donde es una de las protagonistas, digamos que es una mujer conocida en este mundillo.

Ruta del Iditarod
Ruta del Yukon Quest




Michelle junto a Jane, que se encargaba de ayudar sobre todo con la tienda de souvenirs
Esto que íbamos a comenzar lo encontramos a través de la página de HelpX, web en la que estamos inscritos desde hace tiempo, donde la gente ofrece un trabajo a cambio de comida y alojamiento. Nuestro acuerdo fue el de trabajar 3 horas al día con un día de descanso a la semana. Ya hicimos algo parecido en el refugio de animales en Nueva Zelanda.
Tras conducir como media hora por un camino de tierra lleno de baches, llegamos a su casa de madera en medio de la nada. Allí una manada de perros nos daba la bienvenida a ladridos ensordecedores.Allí se encontraba Ed, marido de Michelle, persona que sería la única vez que veríamos porque salía hacia Alberta para un trabajo.
 
Nos dieron a elegir entre dos lugares para dormir: una casita de madera cerca de la suya o una yurta, edificio típico mongol, un poco más alejado. Ambas sin electricidad ni agua corriente pero con batería de coche donde podíamos cagar cosas y bidones de agua que podíamos rellenar con un fregadero. Elegimos la yurta, nos parecía muy especial dormir en algo así aunque no estuviéramos en Mongolia.Luego nos daríamos cuenta de que no fue la mejor decisión por la claraboya que tiene en el techo, anocheciendo a medianoche y amaneciendo a las 3 o 4 sería un reto dormir con tanta claridad. El baño se encontraba fuera, un baño al que llaman 'outhouse' que básicamente consiste en un agujero en el suelo sobre el que han puesto una plataforma de madera con un asiento. Lo peor era el olor. Parte de la experiencia supongo.

Nuestra yurta
Calentitos en los días fríos y de lluvia en el interior de la yurta
En el interior de nuestra yurta con luces gracias a la batería de un coche
Al siguiente día ya empezaríamos con nuestras tareas. Cada mañana deberíamos de dar de comer a los 60 perros que estaban amarrados a una caseta, es la única forma de poder controlar a tanto perro. Cada vez que alguien se acercaba se oía una ola de ladridos.
 
Mi sorpresa fue lo bien recibidos que fuimos por los perros. Nos habían contado que los perros de trineo no son para acariciar, que son como perros salvajes. No era para nada así, todos eran adorables, perros muy dóciles que deseaban su momento de atención para ser acariciados. Alguno más tímido y otros demasiado alegres, cada uno con una personalidad diferente. Todos huskies, algunos alaskeños y otros siberianos.

George, uno de mis perros favoritos
Bruno, uno de los perros timones (que siempre van a la cabeza cuando hacen carrera con trineo). De los más veretanos de la manada
Les encantaba tener su momento de atención
Su comida trataba de pienso mezclado con agua. Había que hacerlo así porque son perros que requieren mucha hidratación y de esta manera comen y beben a la vez. Los perros de trineo se entrenan para comer rápido, puesto que en una carrera tienen que ingerir muchas calorías en poco tiempopara poder trabajar bien.
La segunda tarea era llenar todos sus cuencos de agua que había junto a sus casetas y la tercera y más desagradable era recoger todas sus mierdas con un rastrillo y un recogedor y echarlo en una carretilla que teníamos que vaciar en el bosque. Creedme, 50-60 perros más dos caballos es muuuucha mierda.

Lugar donde preparabamos y guardabamos todo lo de la comida de los perros, al lado los bidones de agua y carros con lo que moviamos todo

Por último, teníamos que preparar la comida para la tarde. Echar en un cubo de pienso con un poco de agua para que se ablandaran.El resto del primer día nos lo dio libre. Nos estudiamos todos los nombres de los perros aunque fuera una tarea casi imposible. Hay muchos que se parecen entre sí que sólo puedes diferenciar por su conducta o si estás ya un tiempo con ellos, sólo nos quedaríamos con el nombre de los más especiales. 
La mayoría de los perros estaban en la zona central del terreno. Aparte, en otra zona, se encontraban Superwoman y Gaia, dos madres con sus cachorros que estaban en un terreno mas grande y sin correas. 

Gaia con sus hijos
En otro lugar se encontraban las perras que están en celo para prevenir embarazos no deseados. Normalmente por la tarde también alimentabamos a los perros siguiendo la misma operaciòn de por la mañana.
Entre tareas, teníamos bastante tiempo libre. Era tiempo para jugar con los perros, leer, adornar nuestra yurta, cortar leña, hacer de comer o dar una vuelta por los bonitos paisajes con algunos de sus perros. 

Saltos con vistas
Splash
Los caballos venían a visitara sus amigos los perros de vez en cuando
Decorando la yurta sacando mi vena artistica en nuestro tiempo libre
Como el día que fuimos al lago que se encuentra como a 4 km por el bosque que hay tras la casa. Íbamos con Bruno, uno de los perros más veteranos y que más fácil te acompaña. Para el paseo nos llevamos spray antiosos y un tipo de bengala-petardo (flare) también para ahuyentarlos en caso de verlo a más distancia, algo que se utiliza por esta zona aunque no siempre este permitido. 

El petardo en caso de ver osos
Un gopher o 'tuza'
Los osos en este lugar son fáciles de ver, negros y grizzlies, mejor ir un poco protegidos y caminar un poco más relajados, con tanto perro no se suelen acercar al terreno. Otro de los peligros es la gran cantidad de puercoespines que hay, aunque no para nosotros si no para los perros. Estos huskies son cazadores por naturaleza y en cuanto ven a uno van tras él a matar, con la consecuencia de que quedan llenos de aguijones, pueden llegar a tener clavados en el hocico como cientos de ellos como le pasó al pobre Apollo en una de las mañanas que estábamos por allí cuando encontramos a un puercoespin muerto. Según Michelle, con Bruno podíamos ir mas tranquilos dejándolo suelto aunque tuviéramos que ir un par de veces tras él al ver a un puercoespin a lo lejos

Así quedó el pobre Apollo

El paisaje tras llegar al lago nos dejó asombrados y perplejos ante tal belleza, os dejo con las palabras que me salieron en una foto que puse en Instagram:

´´Allá muy al norte, en el círculo polar ártico y junto a Alaska, se encuentra la provincia del Yukon. Donde el hombre no puede dominar a la basta naturaleza si no todo lo contrario. Osos pardos y grizzlies, puercoespines, alces y caribúes entre otros andan a sus anchas bajo el sol de medianoche. Lagos y ríos interminables dividen el paisaje de montañas decoradas con brochazos de nieve muy blanca. Restos de una fiebre de oro que trajo a gente de todo el mundo siguen aún presentes, la locura del Klondike es como si hubiera ocurrido tan solo días atrás y sin embargo han pasado ya más de 100 años.

Y aquí nos encontramos, trabajando con 60 perros de trineo en una comunidad llamada Tagish, aprendiendo mucho sobre ellos y de la vida campestre que llevan por aquí, una experiencia muy singular...´´





Algunos días hicimos otras tareas como trabajar en su jardín donde con una máquina aramos y pusimos abono a un terreno donde siembra sus verduras. Un trabajo que hicimos en unas 3 horas en pleno son de verano, menos mal que a estas latitudes no es para tanto.
Tras una semana allí fuimos a ayudar a su negocio. Un negocio que empezó a penas hace algunas semanas y que se encuentra a una hora en coche, no importaba ya que el paisaje por el camino era precioso y muy a menudo veíamos osos negros. 


Vamos a trabajar

Cartel de bienvenida al Yukon que veíamos cada vez que volvíamos del trabajo situado en Columbia Británica
El lugar se sitúa en el norte de la provincia de Columbia Británica, un trozo pequeño de esta provincia que se encuentra entre Alaska y el Yukon. Trata de dar paseos a los turistas que paran por allí (sobre todo los que se bajan del crucero que para en Skagway, Alaska) en un quad semitirado por los perros como si fuera un trineo por un paisaje impresionante, es toda una experiencia.

Nuestro lugar de trabajo de donde salen los tours
En el trabajo de Michelle
Los cachorros también venían a trabajar, era parte del show de la visita de los turistas
Haciendo agujeros en el suelo para colocar la valla
Michelle decidió abrir este negocio junto a MC, su joven y simpática vecina, tras trabajar en otro negocio en Carcross. Harto del mal trato que se le daba a los perros decidió abrir su propio negocio. Nosotros ayudamos a construir la plataforma desde donde salen los perros, de poner una valla, de pintar y de ayudar con los perros cuando llegaban clientes. También tienen un pequeño museo y una tienda de souvenirs donde trabaja la graciosísima Jane. Un negocio llevado y construido totalmente por mujeres. A nosotros nos dieron un paseo con los perros para mostrarnos como era. Al no haber nieve se tiene que hacer en camino de tierra y por ende en quad al que se le da un poco de gas cuando los perros están corriendo. Ahí me di cuenta de la fuerza que tienen estos perros, no te lo puedes imaginar. Todos estaban deseando salir a correr pero tenían turnos para descansar.

Pequeño museo con video sobre los logros de Michelle, al lado de una cerca donde se encontraban los cachorros
Nick era uno de los perros mascota que siempre andaba detras de un palo
De paseo con los perros
A veces la comunicación con Michelle no iba muy bien, teníamos la sensación de que siempre estaba estresada con tanto trabajo y a veces por falta de comunicación no sabíamos bien en qué podíamos ayudar, al final nos poníamos a hacer lo que nos parecía oportuno.
En otro día libre cogimos el coche que nos dejó de su madre y nos fuimos a Carcross a echar el día. Lugar más conocido como Caribu Crossing (Paso de Caribúes) ya que es un lugar donde existen muchos de estos animales que a estas alturas del año se encontraban por las alturas y no se dejaban de ver. Era un día lluvioso pero aún así visitamos este diminuto pueblo (lugar más 'grande' de la zona). Aprovechamos del internet que dan en el centro de visitantes e hicimos una entrevista de trabajo para un hotel por Skype para un trabajo en un lugar llamado Revelstoke. La cosa fue bien y nos aceptaron para trabajar en algo más de un mes.

Autobuses que pasaban dirección Alaka
Casas de cultura indígera de Carcross
Uno de los días, nuestro trabajo fue tener que ir a Whitehorse a recoger la camioneta en la que transporta cada día laboral a sus perros de su casa al trabajo. El día anterior se había roto en camino al trabajo y una grúa se la tuvo que llevar a Whitehorse, el taller más cercano (a hora y pico desde su trabajo). Para ello volvimos a coger el coche con el que fuimos a Carcross y aprovechamos en Whitehorse para hacer alguna compra. A parte de la caravana que habiamos conducido de Los Ángeles a San Francisco, no había conducido algo tan grande, fue emocionante poder hacerlo. Con nosotros se vinieron algunos perros, nos lo pasamos en grande, lo podéis ver en sus caras :-P

¡Vamonos de paseo!
Para volver a casa tuvimos que ir uno en cada coche, yo llevaba la camioneta que veis en la imagen. Perrine tomó la foto desde el coche que conducia.
De camino, muy cerca ya de Carcross, paramos en un lugar que no nos podíamos perder estando por allí. Se trata del llamado 'desierto más pequeño del mundo'. Un curioso fenómeno causado por la última glaciación en esta zona, dejando como huella un curioso desierto de arena muy cerca del mismo Ártico. La arena proviene del cercano Lago Bennett en días de viento. En realidad es un lugar demasiado húmedo como para considerarlo desierto, pero es algo que atrae más al turista curioso como nosotros.

Desierto de Carcross, el más pequeño del mundo
Los últimos días nos encargó la peor tarea de todas con diferencia. En un cogelador muy grande guardaba carne de todo tipo la cual obtenía de los indigenas de la comunidad de Tagish. Desde carne de caribú, pavos enteros, puercospines y ¿carne de oso? hasta todo tipo de pescado entre otros animales no identificados. El caso es que el congelador no congelaba demasiado bien y el olor que salía de ahi no era el mejor. Nuestra tarea era ni más ni menos que deshuesar toda esa carne, la cual se cocía en una olla tremenda para que fuera más fácil deshuesarla para que los perros se la pudieran comer mezclada con su pienso. El olor de nuestras manos tras una hora o así sacando carne no había quien lo quitara. Al menos los perros estaban locos de contentos cuando veían tal fiesta carnivora, fueron tres días con la misma rutina, hasta que la carne se acabó.

Cara de asco de Perrine del deshueso
El tiempo en Tagish voló, cuando nos dimos cuenta ya teniamos que salir de nuevo hacia Whitehorse para seguir con el viaje. Fue una experiencia única en la que aprendimos como se trabaja con estos perros tan adorables en uno de los deportes más conocidos del norte de Canadá y Alaska, aprendimos a vivir sin lujos ni electricidad en un entorno natural y salvaje. No sería fácil despedirse de todos los perros. Michelle nos llevaría a un hostal en el norte de la ciudad, cerca de unos termas calientes naturales.

Ya teníamos un plan de lo que haríamos por el Yukon y Alaska ahora quedaba ejecutarlo.

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